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  Fmérides Truchas  


Jueves 31 de Agosto de 2000

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tapa del No

Dr. Trincado apunta y dispara en varios frentes

El Dj tenía cosas para decir y aquí se saca el gusto. Y casi nadie se salva. Se incluyen explosivas revelaciones so-bre algunos entretelones de la escena electrónica local. Egos, deudas, ami-guismos y figuretis pasarán delante de tus ojos. Joven tecno impresionable: tomarlo con calma.

TEXTOS PABLO PLOTKIN
FOTOS NORA LEZANO

otro le agarra un hombro, con la mirada puesta en el cielo: una nube, un pájaro o un ovni. “Es mejor quedarse mirando el cielo que vivir allí arriba. Es un sitio tremendamente vacío. No es más que el país por donde corre el trueno y todo desaparece”, dijo una vez un personaje de Truman Capote. La tapa del último disco de Dr. Trincado y la frase de Holly Golightly (el personaje de Capote) convergen en el discurso del disc jockey en cuestión, que le pasa el trapo al “cielo” de la escena dance porteña mientras ceba mates con miel en su departamento de Palermo Viejo. “Es un ambiente dominado por el snobismo y la apariencia”, describe. “Un disc jockey catalán me dijo una frase que la estoy sampleando mucho últimamente: hay mucha gente más preocupada por dónde está que por lo que hace.” Dónde está y qué hace Trincado se resume en Arte o Negocio, el álbum de los gauchos de Bragado y la contratapa aleccionadora; allí nos cuenta el Doc: “Una plataforma para bailar fue el encargo que recibió Daedalus, personificación del primer arquitecto occidental, luego de construir el laberinto en Knossos... Pocos arquitectos saben que la música diseñada para bailar se llama House”. Y si bien Arte o Negocio se parece más a la banda de sonido de una película de David Lynch que a un manifiesto house, el propósito existencial de Trincado es hacer bailar (“y reflexionar”, agregaría él) a las personas.

Ahora el hombre quiere hablar. Como se considera un disc jockey “con actitud” (“quiero contar estas cosas para dejarlas atrás”, explica), Trincado empieza por revelar que existe una “pequeña mafia dance argentina”. “Y suceden cosas lamentables”, detalla. “Por ejemplo: sé que Oid Mortales (el sello que edita a Dj Deró, entre otros) mandaba emisarios a las cadenas de disquerías a cambiar de lugar los discos de Beat Records (un sello competidor) para que la gente no los encontrara.” Don Corleone se estremece en su tumba. “Sí, es una mafia análoga, menor, con gomera”, confirma Trincado. “Por otro lado, hay un snobismo... Frágil, por ejemplo (el sello que edita Ocio, Rascacielos, Trineo, Pommerenk): no hay una necesidad profunda de llevar a un estado de conciencia al oyente. Hay una cuestión de ego, y nada más. Es una situación totalmente figureti, snob y sustancialmente hueca. Y sólo por tener gente conectada con los medios llegan a representar a la Argentina en el Sónar. Pero eso no representa a la Argentina sino a una mínima parte que, en realidad, para mucha gente es sinónimo de vergüenza ajena. Sé que la gente de Frágil comenta su trabajo como ‘la revolución de unos pocos’. Bueno, sí, ya lo creo. Debe ser de unos pocos.”

También le molesta la megalomanía de algunos colegas. “Los disc jockeys están muy preocupados en lograr el sonido nuevo, y me parece una frivolidad. Mi búsqueda consiste en la emoción, por eso sigo poniendo voces. La voz sigue pareciéndome el instrumento divino, lo que te conecta con algo superior”, expresa. La oposición de Trincado frente a la Caza Del Sonido Nuevo se refleja en su lista de álbumes imprescindibles: en lugar de consultar el catálogo de últimas ediciones alemanas, el Doctor cita a Pet Sounds de Beach Boys, Slave To The Rythm de Grace Jones, Bistró Málaga de Estupendo, Duck Rock de Malcolm McLaren, (Who’s Afraid Of?) The Art of Noise!, y también Rubber Soul de los Beatles. Y como house-man religioso de primera hora se siente autorizado para hacer pedazos algunos “mitos” de la escena. “Paul Oakenfold es sinónimo de piratería inglesa”, señala. “Es uno de los que agarra el acid house en Ibiza y se lo lleva a Londres. El fenómeno del acid house se produjo en Ibiza, y los piratas ingleses se lo llevaron a Londres. Veo que Hernán (Cattáneo), que encaró las cosas realmente como un business man, está de gira con él. Oakenfold debía necesitar algún artista de un país exótico para su compañía, y Hernán le cierra perfecto: es excéntrico tener un artista argentino.”

Trincado dice ser, también, el principal autor intelectual del romance de Deep Dish con la Argentina. Pero la fiesta Cream del 1º de enero pasado,donde los dos muchachos de sangre iraní, cerebro de Chicago y corazón porteño fueron estrellas, cambió su perspectiva. “Fueron 22 mil personas, se cobró dos pesos la entrada, las bebidas salían muy caras (algo así como cuatro pesos el agua mineral), y a los artistas argentinos no nos pagaron nunca”, denuncia. “Creo que los Deep Dish cobraron, al menos, un alto porcentaje de su dinero. Después estaban en Miami, en marzo, bailando en el medio de la pista con la camiseta de Argentina. Por supuesto: hicieron tres fechas y se llevaron 100 mil dólares. Si me pagan esa plata, yo me pongo la remera de Cancún”.

Entonces se menciona la palabra “rock”. A Trincado le gustan Babasónicos, Victoria Mil y (aunque nunca los haya escuchado) Suárez. “No sé qué música hacen, pero sé lo que significan para la ciudad, y me encantan”, dice. Menciona el “otro rock”, el de Pappo recomendándole a Dj Deró que se busque un “trabajo decente” en medio del banquete televisivo orquestado por Nicolás Repetto. “Creo que yo podría juntarme a discutir una cosa así con Pappo, pero parece que Ezequiel (Deró) no. Me encanta el rock, me encanta Pappo, y me parece que tendría cosas para hablar. Alguna vez hablé con él, y me parece un divino. Pero eso también demuestra los riesgos del fanatismo: una persona que escucha rock y sólo rock se maneja en una línea estética muy fina.” La línea estética de Trincado pretende estar en expansión permanente. “Por el momento, mis discos no son conceptuales, como pueden ser los de Melero”, dice. “El se situó en un lugar muy particular para la música de Buenos Aires. Relacionó a mucha gente, fue un conector. De todas maneras, creo que ahora está en un egotrip insoportable. Las últimas veces que lo vi en vivo me pareció bastante muñecón, mostrando la pantalla de computadora y eso. Pero bueno, creo que quería sentar un precedente. A veces me parece que está demasiado ocupado en eso. Este es un ambiente con mucho ego. Y lo peor es creer que estás haciendo algo importante. Mi disco es sólo uno más entre tantos que salen este año en Buenos Aires. No es punta de nada. Cuando creés que estás haciendo algo importante, cagaste.”

Se diría que el currículum de Cerati –cerebro de Soda Stereo, mitad de Ocio y especie de Pekerman electrónico al momento de armar la banda que lo acompaña como solista– también lo acreditaría como conector tecno-rock. “Me parece genial que elija a una camada de músicos jóvenes y electrónicos, pero tal vez también sea parte de una estrategia de marketing”, conjetura. “Lo que me pasa con Cerati es que no me sorprende. Veo las cosas que hace como slogans publicitarios. A su vez, creo que está mostrándole al rock, que es tan estructurado, que no existe solamente el rock. Es controversial lo que siento por él; creo que siempre hace lo que tiene que hacer. Si se usa determinado gorro en Londres, él se lo pone. Pero se pone la ropa de la vidriera, no la de los diseñadores underground. Siempre muy a la moda. Muy ahora.”

Coproducido por Estupendo, el babasónico Diego Tuñón y el propio autor, Arte o Negocio propone la expansión de miras ilimitada, transfundiendo ideas electrónicas a ritmos poco visitados por el dance local. El caso más explícito es “Frontiera (Chacarera NN)”, una cyberchacarera dedicada a un desaparecido. “Sí, no es todo tan frívolo como algunos suponen”, comenta. “Y no tiene nada que ver con política. No creo en la política: no soy de derecha ni de izquierda, ni nada.” ¡Ejem! Eso se parece bastante a una canción de La Renga. “Bueno –repone Trincado, mientras cae la noche en Buenos Aires–, la forma que toma lo que hacés finalmente no es tan importante. Si tenés algo que decir y se toca con lo que siente otro, aunque haga algo totalmente distinto... Lo importante es lo que hay debajo: de hecho, mis ideas deben parecerse más a las de La Renga que a las de Rascacielos”.

Dr. Trincado inaugura la discoteca Sound: los jueves a partir de la medianoche en Sarmiento y Cerrito.