Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
NO

todo x 1,99

Clara de noche

Convivir con virus
Boletería

Cerrado

Abierto

 Fmérides Truchas 

 Bonjour x Liniers

Ediciones anteriores

  

 


Jueves 16
de Agosto de 2001


tapa


Doble o nada

Domingo, termina “Fútbol de Primera”... ¿Te vas a ir a dormir? No, el lunes es feriado y en el Teatro Club tocan dos bandas que le pueden poner calor a la noche: Sometidos por Morgan y Los Parraleños. Jogging, el segundo disco de los Sometidos, será reeditado por Tocka Discos dentro de un mes, después de que se agotara la tirada inicial autogestionada. Y si causaron revuelo en su debut Ludomático al reivindicar al dentista asesino José Barreda, esta vez no se quedan atrás con un tema llamado “La autopsia del Papa”. “Quería hacer una canción que hablara de forma explícita de algo que Chiche Gelblung calificara de polémico. ¿Y con qué puede joder? Que se hable de que el Papa es gay”, explica el cantante Pablo Mar (Marchetti, periodista de La García, además). El grupo se completa con el tecladista Fernando Gerundio, el bajista Toto y el guitarrista Pablo Pax. ¿Cómo es eso de ser periodista de rock y tocar en una banda? “Se dio de modo natural”, explica el calvo vocalista. “Seguro que es más fácil ser músico de rock para un periodista de rock que para uno de turf convertirse en jockey”, afirma.
Lo que distingue a Los Parraleños no es su actividad profesional al margen de la música sino que casi todos sus integrantes son descendientes de japoneses. Pero no son como los hardcore Tintoreros: estos muchachos de ojos rasgados se dedican a la “cumbia samurai”. Además de temas tropicales propios, hacen versiones tropicales de hits como “Mujer amante” (Rata Blanca), “The Final Countdown” (Europe) y “Motor-psico” (Redondos). Aunque la banda ya lleva diez años de vida, recién ahora está abriéndose a tocar fuera de la colectividad. Ya tienen listo un demo y esperan grabar su debut antes de fin de año. ¿Qué prometen para el domingo? Nuevos covers (“Muy cansado”, de V8, y “Las calles de Liniers”, de Hermética: tiembla Ricardo Iorio) y un vestuario al estilo del teatro Kabuki, que “es como Kiss, pero con kimono”, según el cantante Mariano.

R.C.


Travolta te explica cómo hacerlo, pibe

25 shots

Cuando era apenas un adolescente, Hugh Jackman tenía una foto de Olivia Newton John pegada en su pupitre escolar. Todos los días, cada vez que levantaba la tapa del mueble para sacar sus útiles, besaba esa foto. Dos décadas más tarde, sentado en el trailer de John Travolta durante el rodaje de Swordfish, Jackman se encontró de golpe con la mismísima Olivia. “Imaginate –se entusiasma Jackman, de paso por Buenos Aires para promocionar dicho film–. Sentados frente a mí estaban Olivia Newton John y John Travolta, uno al lado del otro, como en Grease, mi film preferido de adolescente. Y justo en ese momento me acordé de la foto de Olivia que besaba todos los días, y no pude evitar contárselo. Se produjo un silencio incómodo. Acto seguido, Olivia siguió hablando como si yo no le hubiese dicho nada. Fue todo un papelón”, dice Jackman. “Olivia debió crecer escuchando esa clase de historias, y ahí estaba otra vez, escuchándolas incluso en el último lugar que se podía imaginar: nada menos que en el trailer de Travolta.”
Nacido en Sydney, pero criado en Melbourne, Hugh Jackman es un australiano treintañero que cambió –tarde, pero de manera contundente– el teatro por Hollywood. ¿El vehículo? Su soberbia encarnación de Wolverine en la esperada –y más que digna– adaptación cinematográfica de la serie de comics X-Men. “Barato, desconocido y bueno”, enumera Jackman. Y explica: “Esas fueron las tres virtudes que hicieron que todo el mundo se fijase en mí”. Listo para volver a dejarse crecer las patillas para volver a interpretar a Wolverine en el segundo film de la saga X-Men –a rodarse a comienzos del 2002–, Jackman celebra haberse hecho amigo de John Travolta durante el rodaje de Swordfish. Cerebro detrás de una megaoperación de delito informático en el film producido por Joel Silver –el papel de Jackman es el de un hacker que ha abandonado los malos hábitos, pero es reclutado para la operación–, el personaje de Travolta recuerda desde su primera escena todo el cinismo a la Tarantino de Pulp Fiction. “Obvio que le pregunté a John sobre esa película”, cuenta. “Lo que más me interesaba saber era cómo se las había ingeniado para interpretar ese papel sin haber tomado drogas jamás. Porque John nunca se ha drogado. Y me contó que habló con dos heroinómanos sobre el asunto. Uno le explicó con lujo de detalles el efecto de la droga, pero eso no le sirvió. El otro, en cambio, le dijo que se metiese en su jacuzzi con su mujer, y que tuviese listos 25 shots de tequila en una bandeja. Si se los tomaba uno tras otro el resultado iba a ser igual que la heroína. ¿Y sabés qué? John me contó que lo hizo, y que gracias a eso pudo interpretar su personaje en Pulp Fiction.” M.P.

Swordfish, dirigida por Dominic Sena y protagonizada por John Travolta,
Hugh Jackman, Halle Berry y Sam Shepard, se estrena hoy en la cartelera porteña.


En el subte

Charlie Lorenzi es, desde 1996, el líder de Killer Dolls. También grabó un disco acústico en solitario, Death Valley. Y desde 1999, decidido a movilizar un poco la alicaída escena local, fundó su propio sello, No Fun (nombre probablemente inspirado en la canción de una de sus bandas favoritas, los Stooges). “Hacemos tiradas chicas”, cuenta, “de unos 500 o 600. Se vende mucho más afuera que acá: por correo tenemos más salida que en la Argentina. Pero a lo mejor la cosa mejora”. No Fun se dedica exclusivamente a editar bandas que cultivan un cierto tipo de rock’n’roll oscuro y maldito (garage, surf, psycobilly, punk, killer y demás). Así el sello dio a conocer a Elio & Three Horribles, una banda marplatense de garage-punk sesentista que sale a tocar en vivo con atuendos de monstruos clase B: este año editaron un split junto a Visión X, grupo con diez años de trayectoria, cultores del surf instrumental y el killer rock, que antes de grabar para el sello tenían un casete llamado El Terror de las Pistas. El último lanzamiento de No Fun es XXX, el debut de Motosierra, una banda de Montevideo. Su killer rock con influencias de Poison Idea es ultraveloz: el disco dura 22 minutos y tiene 13 temas. El nuevo proyecto del pequeño emprendimiento es el lanzamiento del segundo álbum de la leyenda del punk local Restos Fósiles, de próxima salida. Además, claro, el sello edita a Killer Dolls (el último cd, Devilsounds a go-go, fue grabado en Estados Unidos. Dentro de poco el sello brasileño Paulista Spicy les editará un split on The Forgotten Boys.

MARIANA ENRIQUEZ

El sábado, No Fun presentará todas sus bandas en un festival “Sounds from the underground”. Habrá feria de discos, vinilos y zines, sorteo de cd’s y música a cargo de DJ Plastic Gerard (ex manager de Killer Dolls) y DJ Pirulo (del staff de la revista Cosa Salvaje). El maestro de ceremonias del evento será Nixx Creeper (contrabajista de Historia del Crimen). La cita maldita es en Sótano Beat, Hipólito Yrigoyen 786, a partir de las 23, y la entrada cuesta apenas 5 pesos.


El proyecto paralelo del guitarrista de Limp Bizkit


Acomodado

”Por alguna razón has recibido una gacetilla sobre BIGdumbFACE. O bien algún capo de la industria musical te engañó para que te interesaras en BIGdumbFACE o es que algo no te funciona bien en la cabeza, pero enfrentemos los hechos: si yo no fuera el guitarrista de Limp Bizkit, hace mucho tiempo que esta hoja de papel estaría en tu tacho de basura.” El texto, que en Estados Unidos acompañó el lanzamiento de Duke Lion Fights the Terror!!, está firmada por Wes Borland. BIGdumbFACE es, precisamente, un proyecto “para llenar el tiempo” del violero raro de Limp Bizkit, en el que le rinde homenaje musical a sus adorados Ween. De hecho, el disco suena como si el dúo de satiristas de Pennsylvania se hubiera despachado con un álbum de metal. O a los Residents compartiendo el estudio con Ministry. Salvo por algunos detalles aportados por músicos invitados, Borland grabó todos los instrumentos. Para presentarse en vivo, armó un quinteto con familiares y amigos: Tongue of Colicab (seudónimo del hombre de la máscara) en guitarra y voz, The Cardboard Urinal (Scott, su hermanito menor) en guitarra, The Three Headed Demetrian Pup (Kyle Weeks) en voz, Joe Couch (Greg Isabelle) en batería y Moivet O’Sphelvey (Chris Gibbs) en bajo. Tiene razón Wes: si él no fuera el violero de Limp Bizkit, cualquier multinacional hubiera rechazado el disco. O en caso de haberlo publicado, jamás hubiera sido editado en la Argentina, tal como acaba de ocurrir. Como sostiene el slogan publicitario, pertenecer tiene sus privilegios.

R.C.