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Jueves 16 de Agosto de 2001

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Papa Roach y la nueva generación metálica

Malas semillas

En un caso, habrás visto el video de las cucarachas. En los otros, sabrás de su existencia a través de otros videos, tatuajes, esa cara de trastornados que todos tienen (parte de su encanto, en verdad) y el sonido turbo propio del siglo XXI. El comun denominador de una nueva oleada de bandas dispuestas a aturdir al mundo.

POR JAVIER AGUIRRE

”Si la vamos a hacer, la vamos a hacer bien”, bien podrían decir con acento olmediano los californianos Papa Roach, considerados una de las grandes promesas del metal tercer milenio. En realidad, con sólo un disco clase A editado (Infest, del año pasado, más allá de un par de EPs y un álbum debut semi-independiente), los P Roach ya pasaron cómodamente el status de promesa. Se convirtieron en una banda exitosa, que a su sonido destructivo –metal, hardcore, alternativo y todo eso– y a su información genético-rockera –que va de Faith No More a Rage Against the Machine– le agrega una carta ganadora y respetadísima en todo el oeste estadounidense, especialmente desde Kurt Cobain: la de las almas torturadas. Es que las letras de Papa Roach son desesperadas, frustradas, furiosas y ricas en palabras como “malaria”, “serpientes”, “infección” y “bichos”. Sin embargo, todo eso no les impide disfrutar los placeres de la vida. El cantante Coby Dick le cuenta al No que el presente del grupo, en estado de gira permanente, los ha llevado a cultivar la santísima trinidad sexo, droga y rock and roll: “Estamos viviendo como nunca la rock’n’roll experience. Estamos chupando como idiotas, tocando como nunca, yéndonos a dormir borrachos todas las noches y amaneciendo siempre en una ciudad distinta. La estamos haciendo bien”. Para Dick y sus compañeros de banda, Jerry Horton, Dave Buckner y Tobin Esperance, no hay conflicto entre pasarla bien y componer canciones con letras serias, con palos para el gobierno, la sociedad, la familia. Dice Coby: “Somos una banda que no hace ficción. Escribimos sobre lo que sentimos, sobre lo que pensamos, sobre nuestras frustraciones y nuestros enojos. Pero no significa que no podamos descontrolar o divertirnos. Esas también son emociones nuestras, deseos nuestros. Y sería tonto no aprovecharlas”.
–¿Ser una banda de no-ficción significa que no tienen metáforas?
–Yo diría que es nuestra forma de expresarnos, queremos ser lo más francos y directos posibles, y nos gusta mostrar tal como son a todas las cosas jodidas y podridas que nos salen cuando componemos o armamos una canción.
–¿O sea que nunca harían un despliegue glamoroso al estilo Kiss, o más extremo aún, Slipknot?
–Tenemos tiempo. Si bien estamos tocando juntos hace ya ocho años, a la vez es como que recién empezamos. Tenemos un solo disco oficial, y nos queda mucho por delante. Nos gustaría hacerlas todas, así que nada está descartado.
–¿Las letras de Papa Roach son de revancha?
–Yo diría que son un llamado de atención más que una revancha. Nosotros sentimos mucho asco y mucho enojo, y me estoy dando cuenta de que mucha gente siente algo parecido. Eso me parece bien, yo veo mucha belleza en los desacuerdos, hasta en los odios. Me parece muy poderoso ver que la gente piensa distinto, que no todos tenemos los mismos planes ni que vemos igual al mundo. Pensar distinto te hace sentir vivo.
–Hace poco dijiste que el próximo álbum va a ser más “espiritual”. ¿Estás siguiendo la senda de George Harrison? ¿Papa Roach va a grabar con un sitar?
–(Risas) No, no es que hablemos de Dios o que nos vayamos a volver hindúes (aunque estuve leyendo libros sobre hinduismo, a decir verdad). Lo que pasa es que nuestras nuevas canciones están muy volcadas al corazón, al alma, a la parte de nosotros mismos que nada ni nadie puede cambiar.

Fuckin’ cool
Meses atrás, los Papa Roach compartieron una gira con Eminem, el nene malo del rap blanco, y Coby Dick tiene su opinión sobre el escandaloso muchacho: “Eminem es fucking cool y fucking hijo de puta. Se la pasa puteando, habla así. No sé cuánto tiene de personaje, ni cómo será en su casa o con su familia, pero habiendo compartido varios días y noches con él en la ruta, te aseguro que el pibe no se come una, sabe lo que hace y es muy divertido. Es real”.

Así están las cosas
Soy de comprar discos y de estar muy atento a las bandas nuevas, y particularmente hay dos que me rompieron la cabeza. Una es Nothingface, que hacen algo como entre Pantera y Slipknot. En realidad, como son anteriores, estoy seguro de que los Slipknot tienen muy bien escuchado a Nothingface. El batero mete cosas irregulares, el cantante tiene una voz podrida, pero con canciones muy melódicas, las violas son bien pesadas y tienen riffs tipo death metal... Está buenísimo. Y la otra banda que me mató es Spineshank, que hacen una mezcla entre White Zombie y Sepultura, muy pesado, con mucha máquina, pero también con una presencia de violas bien pesada. También está muy bueno Papa Roach, claro. Con A.N.I.M.A.L. tocamos con ellos, y son una masa, superbuenos, muy originales, como un Iron Maiden versión nü metal. No me gustan tanto, en cambio, Godsmack, Disturbed (buenas bases, pero el cantante no me convence) y Linkin Park, que aunque está bueno es más light, como más comercial. Me parece que, para ser un disco debut, está demasiado cuidado, como superproducido. En realidad, allá todas las bandas suenan bien.

ANDRES “EL NIÑO” VILANOVA


Por venir

Con Limp Bizkit, Korn, Slipknot y Papa Roach liderando el bosque y ya “integrados” al circo, nuevos brotes heavy asoman del suelo metálico americano. Ellos son:

GODSMACK
Vida: cuarteto de voz, guitarra, bajo y batería nacido en Boston, en el ‘97.
Obra: graban su primer álbum, independiente, por 1500 dólares. Venden tanto que son fichados por una compañía grande y lo reeditan. Tienen dos discos oficiales, Godsmack (‘98) y Awake (‘00), y tres presencias consecutivas en el Ozzfest.
Onda: metal alternativo, con letras de dolor, reflexión y planteos existenciales. Su cantante Sully Erna es fiel de la religión wiccar, que adora a una Diosa Madre y a otras deidades, y promueve el uso de hierbas mágicas.

LINKIN PARK
Vida: compañeros del college en el norte de California que forman una banda de cantante, rapper, DJ, guitarrista y batero.
Obra: un disco, Hybrid Theory (‘00), que era el nombre original de la banda.
Onda: mezclan trash y hip hop, todo con mucha furia de por medio, y con letras sobre “estar cerca del límite”. Pero verlos tan producidos lleva a preguntarse, a riesgo de sacrilegio, si no serán algo así como el primer producto teen-heavy.

MUDVAYNE
Vida: quinteto de voz, violas, bajo y batería surgido en Illinois, en 1996.
Obra: un disco independiente –Kill I Oughta (‘98)–, uno oficial (L.D.50, del año pasado), gira estadounidense como soporte de Slipknot, y participación en el último Ozzfest.
Onda: metal bastante clásico. Y al mejor estilo Slipknot, son cultores de los mascarones y los maquillajes de alto impacto.

DISTURBED
Vida: cuarteto de voz, guitarra, bajo y batería nacido en Chicago en 1997.
Obra: The Sickness (‘00).
Onda: banda con cantante-personaje: Dave Draiman, chico de familia religiosa que se rebela, infancia torturada, expulsiones de escuelas y quilombos varios. O sea, pasta para icono.

NOTHINGFACE
Vida: los más veteranos de la camada, nacidos en el ‘95 en Washington, como cuarteto clásico de voz, guitarra, bajo y batería.
Obra: luego de dos discos independientes (‘97 y ‘98) tuvieron su debut oficial, Violence (‘00).
Onda: heavy con bastante melodía, y con ciertas influencias de punk rock. Con los recientes cambios de bajista y baterista, el guitarrista Tom Maxwell y el cantante Matt Holt quedaron como dueños del proyecto.

SPINESHANK
Vida: banda de voz, guitarra, bajo y batería formada en Los Angeles (‘96). Obra: soportes habituales de grupos como Sepultura, Soulfly o Danzig en el Whiskey A-Go-Go, tienen dos discos: Strictly Diesel (‘98) y The Height of Callousness (‘00).
Onda: metal industrial ideal para aullar. Las letras emanan furia, enojo y frustración.