La abogada querellante en la causa por la desaparición de Jorge Julio López, Guadalupe Godoy, dio este lunes detalles del vínculo de la candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza, Victoria Villaruel, con el represor Miguel Etchecolatz.

Lo hizo en el marco de un nuevo aniversario de la desaparición de Jorge Julio López, ocurrida el 18 de septiembre de 2006, un día antes de que la Justicia condenara a prisión perpetua al excomisario Miguel Etchecolatz por los crímenes cometidos durante la dictadura cívico-militar.  

En diálogo con AM750, Godoy recordó que el nombre de Villarruel figura en un cuaderno que tenía Etchecolatz para anotar sus vínculos políticos, en el marco de la estrategia de defensa judicial que preparaba el exgenocida en 2006.

Esta información es parte de la documentación que se secuestró en un allanamiento en el penal de Marcos Paz después de la desaparición de Jorge Julio López.

En ese momento se supo que había un estándar distinto para las visitas a los detenidos por crímenes de lesa humanidad en el Servicio Penitenciario Federal, tal como relata en Página|12 Luciana BertoiaPodían entrar con celulares, no hacían la misma fila que los detenidos comunes e incluso había anomalías en los registros. Mucho de esto surgió en un allanamiento secreto que llevó adelante en Marcos Paz la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), comandada entonces por el exinterventor Marcelo Sain.

En este sentido, Godoy sostuvo: "Nos pareció importante para distinguir -porque hay una confusión muchas veces- entre los discursos negacionistas, banalizadores o reivindicadores del genocidio con esto, en el que hay un compromiso directo por la impunidad de los perpetradores".

Antes de afrontar el juicio, Etchecolatz diseñó su estrategia defensiva. Entre las tareas que registró estaba el contacto con Villarruel y con Cecilia Pando, conocida por su defensa de los acusados por crímenes de lesa humanidad. El nombre y el teléfono de Villarruel aparece junto con la sigla COFA (Centro de Oficiales de las Fuerzas Armadas). Durante los primeros años de este siglo las organizaciones pro-impunidad tenían una mesa de articulación que se reunía en el COFA.