La Red Creer es un espacio del que forman parte 140 organizaciones del sector público, social y privado que tiene como objetivo generar inclusión socioeconómica de personas privadas de su libertad en Argentina, con el fin de disminuir los índices de reincidencia. Mediante una articulación con dos ONGs, en la ciudad de Salta desarrollaron talleres en la Unidades Carcelarias 1 y 4. 

En 2022 y 2023, la Red Creer financió dos talleres en Salta, de "panadería y pastelería básica" y de "habilidades emocionales", que dictó la fundación Ser Todos, en la Unidad Penitenciaria 1 de varones, la cárcel de Villa Las Rosas. Los fondos provinieron de la Unión Europea.

Esta Red busca "generar mayor oportunidad para personas que atravesaron el contexto de encierro a través de la empleabilidad y la formación. Puntualmente, lo que estamos haciendo con este objetivo en la provincia de Salta, y articulados más que nada con la fundación Ser Todos, es el desarrollo de talleres formativos dentro del contexto de encierro", explicó a Salta/12 la coordinadora general de la Red Creer, Florencia Sequeira. Recalcó que no hay mucha intervención de las organizaciones de la sociedad civil en las unidades penitenciarias salteñas.

"En el interior del país, y esto también pasa en Salta, son pocas las organizaciones que trabajan con las personas en contextos de encierro, son pocas las que tienen esas habilidades (para abordar la población específica) y pocas las que tienen esos objetivos. Eso nos dice que es sumamente necesario poder llevar estos objetivos y modelos de trabajo dentro de cárceles", sostuvo Sequeira.

La coordinadora resaltó la importancia de trabajar en la reinserción social de las personas presas para disminuir la reincidencia en el delito. También mencionó que se destinan pocos recursos del Estado al acompañamiento de las personas "en el medio libre" cuando salen de prisión.

"Es importante contribuir a disminuir los números de los índices de reincidencia para que las personas que pasaron por un contexto de encierro, que ya vienen de ámbitos de extrema vulnerabilidad tengan una oportunidad para tener un proyecto de vida totalmente diferente del que los llevó a la cárcel. Pero si una persona no tiene estudios, no tiene desarrolladas ciertas habilidades, no tiene oportunidades en ningún ámbito social y laboral y tiene encima antecedentes penales y no puede ser contratado o empleado por esas condiciones, lo más probable es que la persona reincida, que vuelva a cometer un delito", recalcó Sequeira.

Asimismo, mencionó que según datos del Ministerio de Justicia de la Nación, el índice de reincidencia ronda el 30%, pero en realidad es "difícil de dar correctamente porque las personas que se contabilizan como reincidentes tienen que haber recibido una condena previa y volver a estar condenados y en nuestro país casi el 50% de la población que está privada de su libertad está pocesada, todavía no está condenada. Entonces no es un índice del todo fiel, del todo correcto, y podría ser mayor".

En 2023 el Comité Provincial contra la Tortura declaró de interés un decálogo de la Red Creer que es una guía para periodistas sobre buenas prácticas a la hora de informar sobre las personas privadas de la libertad.

"Doble dificultad para adultos mayores"

La presidenta de la fundación Ser Todos, Raquel Chilo (58), es licenciada en enfermería, especialista en criminología, operadora socioterapéutica, prestó servicios en el sistema penitenciario y ya está jubilada pero decidió "volver desde otro lado" a intervenir con la población carcelaria. Contó a Salta/12 que se sumó en 2022 a la Red Creer, que le aportó financiamiento para la compra de insumos y pago de profesores para posibilitar el dictado de los talleres de panadería y pastelería y también de habilidades socioemocionales.

En 2022 esta fundación dictó talleres a un grupo de 18 varones del pabellón de adultos mayores. Chilo destacó la importancia de abordar a esta población específica porque usualmente "las capacitaciones están destinadas a las personas en edad productiva". Recalcó la "doble dificultad" dada por el contexto de encierro y la "edad" a la hora de reinsertarse. Todos los cursantes obtuvieron las certificaciones y la idea es que "puedan emprender (un trabajo) desde sus propios hogares" al salir en libertad.

"Necesitamos poder creer en ellos"

La segunda intervención de Ser Todos fue en 2023 con el dictado de los mismos talleres a otro grupo de 50 varones, que tenían en promedio entre 25 y 45 años. Chilo señaló que las posibilidades de formación son pedidas y agradecidas por la población carcelaria.

Mencionó que hay mucho prejuicio y estigmatización de la población carcelaria. Aunque dijo que entiende el daño o dolor causado a las víctimas de delitos, consideró que "es la sociedad la que necesita que esa persona se reintegre, se reinserte. La gente olvida que las personas que están adentro son nuestros vecinos, son parte de nuestra comunidad (...). Tienen que volver a vivir en algún lado. No se van a ir a Marte. Aparte, salen sin un peso y en general provienen de zonas vulnerables".

En este sentido, reafirmó el sesgo que siempre se atribuye a la justicia penal por recaer en general sobre la población pobre. "No hace falta más que entrar (al penal), son en su mayoría muchachos que viven en villas, que han carecido por años de servicios básicos, la mayoría no tiene el secundario", indicó. Asimismo mencionó que muchos llegan a cometer delitos por problemas de consumo de drogas y alcohol, algunos han sido institucionalizados en la infancia en dispositivos de niñez, y en general provienen de contextos vulnerabilizados. Destacó además la importancia del "actual acceso a la educación" en las cárceles.

"Necesitamos poder creer en ellos, es lo que nos falta como sociedad (...) Creemos que también es una forma de reinsertarlos poder darles una oportunidad, esperar algo diferente de ellos, no estar centrados en que van a volver a delinquir. Ellos son conscientes de que la sociedad los estigmatiza y no quiere verlos afuera", manifestó.

"Mayor complejidad para mujeres y diversidades"

Sequeira contó que en 2022, trabajaron con un grupo de alrededor de 40 mujeres en la Unidad penitenciaria 4 y estuvo a cargo de la fundación "Abriendo Caminos" en articulación con el Patronato de Liberados. Dijo que "fue mas complejo darle continuidad" por una limitación de espacio físicos.

La referenta de la red sostuvo que la situación de las mujeres y personas trans privadas de la libertad "es aún más compleja", aunque esta población penitenciaria es más baja en Argentina en comparación con la de varones y ronda el 4%.

"Acarrea una mayor complejidad para las mujeres y diversidades atravesar un contexto de encierro por muchísimas razones y entre ellas tiene que ver con que la condena social que recae sobre las mujeres es mucho mayor. Se cree que las mujeres deberían cumplir con su rol en el cuidado de la familia y en lugar de eso están detenidas. Esto lleva a que las mujeres estén solas en el contexto de encierro, que nadie las visite (...) No tienen personas que las acompañen, que las ayuden, que las asesoren, que les brinden contención y ni qué hablar del contexto con sus hijos e hijas", explicó Sequeira.

"Hay alrededor de 100 mujeres en Argentina que están privadas de la libertad con sus hijos e hijas", detalló además. El indíce disminuyó en 2023 en comparación con los últimos años.

Asimismo, Sequeira explicó que la condena social se da de modo diferente respecto a la población masculina, ya que en contextos de encierro los varones reciben visitas "justamente de las mujeres" y al volver a sus hogares suelen tener "una red un poco mayor" de contención familiar. Las mujeres al recuperar la libertad tienen "la necesidad de conseguir trabajo urgente" para generar ingresos y es una situación "sumamente complicada" cuando están solas y son cabeza de familia.

Sequeira recalcó que para las mujeres es más difícil formarse cuando están a cargo de sus familias y en situaciones de extrema vulnerabilidad, "por eso se complejiza mucho más cuando han atravesado un contexto de encierro".