De la mano del padre Paco Olveira, miembro del Grupo de Curas en Opción por los Pobres y párroco de la capilla Beato Enrique Angelelli que desarrolla su obra en el asentamiento Eva Perón, 27 chicos y chicas de entre 14 y 16 años conocieron el mar, gracias a un viaje de fin de semana a la localidad costera de La Lucila.

El asentamiento Eva Perón, en la localidad de Libertad, partido de Merlo, es una de las zonas más necesitadas del oeste del conurbano. Allí, sólo conocen el mar algunos pibes que terminaron la secundaria en estos últimos años, gracias al programa Viaje de Fin de Curso que implementó la el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Ahora se les sumaron unos cuantos hermanos menores. "Esto es la comunidad organizada", dice Olveira a Buenos Aires/12.

El viaje fue planificado durante meses por los colaboradores de párroco a sabiendas de que la solidaridad de algunos puede suplir, parcial y temporalmente, la ausencia del Estado.

Viajaron en el minibus perteneciente al centro comunitario que funciona en la parroquia, con el que van al colegio diariamente, ya que para hacerlo es necesario salir del barrio. El vehículo fue donado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación durante la gestión del Frente de Todos

Paco hizo de chofer, pero los pibes no le permitieron oficiar también de disc jockey: los pibes, cuenta, lo hicieron escuchar Wos, Trueno y L-gante durante las casi seis horas que duró el viaje. 

Un poco entre todos

Olveira explica que entre varios compañeros se reunieron los recursos para que los chicos tuvieran sus cuatro comidas durante los tres días que duró la travesía. Fideos con tuco, carne y puré fueron parte del menú. "Son personas con sentido solidario, con pertenencia al campo nacional y popular", remarca.

El plano solidario primó durante todo el fin de semana. Al momento de dar la palabra ante los chicos, Paco le pidió a cada uno que se acercara a la mesa, tomara un pedacito de pan "con mucho cariño", y se lo acercara a alguno de los presentes. "Lo pueden comer o guardar para los fideos, pero estén tranquilos que hay más pan al momento de la comida", dijo para despertar algunas risas. 

Del colectivo chicos y chicas que arribaron a La Lucila, el padre afirma que la mayoría no conocía el mar y que, además, son adolescente con los que se trabaja en Merlo con un programa socioeducativo provincial. "Se lleva adelante con profes que no le tienen miedo al barro, que se ocupan de dar apoyo escolar, que buscan que los pibes se reinserten, que también dan talleres de arte, de teatro, de fotografía", cuenta el dirigente tercermundista. 

Y en un contexto de agresividad para con los empleados públicos, Olivera resalta que los docentes que viajaron lo hicieron por su propia voluntad. "No tenían porqué hacerlo, no vienen cumpliendo horario, sino que son trabajadores del Estado que tienen un compromiso con la gente", advierte.

Entre los colaboradores se encuentra Rodolfo Parisi, integrante de la agrupación de abogados peronistas Nace un derecho. Él consiguió las donaciones necesarias para alimentar al contingente, y el empresario turístico local Fernando Giovanángelo, puso a disposición un complejo para alojarlos.

Parisi estuvo los tres días trabajando como voluntario en la cocina y dice a Buenos Aires/ 12: “Son tiempos duros y lo que viene es peor. Por eso en un momento sé discutió si hacer el viaje o usar los recursos para otra cosa. Finalmente decidimos mantener el plan. Aún en plena catástrofe socioeconómica, los pibes tienen derecho a un rato de felicidad, a llevarse un lindo recuerdo. Eso es revolucionario. A lo Paco, a puro optimismo, logramos burlar la motosierra”.

Paco, por su parte, agradeció también al intendente del partido de La Costa, Juan De Jesús, que les gestionó a los chicos las entradas para conocer Mundo Marino, y al delegado municipal de La Lucila, Diego Juan, que estuvo a disposición del grupo.

Además de acompañar a los chicos a la playa, al acuario y a una cabalgata por el bosque y responsabilizarse por ellos en todo momento, el cura tuvo la oportunidad de conversar con la comunidad, en una charla abierta que se organizó en el monumento a José de San Martín.

Allí contó su experiencia reciente en el barrio, en qué se traduce la retirada del Estado. "No estábamos bien, pero en estos cien días todo empeoró mucho porque nos cerraron el ANSeS más cercano, que todos los días tenía tres cuadras de cola, o sea que no eran ñoquis, y nos sacaron los abogados del programa de acceso a la justicia", ilustró.

“La mayoría de estos pibes no conocían el mar”, explicó Olveira. Y agregó: “La experiencia demuestra que estos pibes sólo tienen futuro si hay un estado que los ayuda y acompaña. Si no, es muy difícil. Sin educación, sin trabajo, el sistema expulsa gente y parte de esos expulsados, no todos, terminan en el delito”, dijo allí. Luego, respondió toda clase de preguntas e inquietudes de los vecinos que se acercaron.

“No hay plata”

La realidad en barrios como el Eva Perón y La Esperanza de Merlo es particularmente dura en estos tiempos. Ambos barrios integran el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap) y habían firmado, en 2022, un convenio de urbanización con esa agencia estatal, que incluía asfalto, luminarias y cloacas, entre otros servicios.

El convenio no llegó a ejecutarse en 2023 y hoy está, como el resto de la obra pública nacional, parado. La decisión genera una profunda desazón entre los vecinos, además de una dramática ola de desempleo, porque muchos de ellos trabajaban en la construcción. Como contrapartida, el centro comunitario que conduce el Padre Paco crece, a pesar de la crónica falta de recursos.

Entre los anfitriones, en La Lucila, tampoco abunda el optimismo. La temporada de verano fue mala y, entre el precio de la nafta y la crisis generalizada, saben que no habrá turismo de fin de semana. Su público habitual es de clase media, media baja y trabajadora, las más golpeadas.

“El turismo social, de jubilados, de estudiantes o de barrios populares, sin fondos de nación, va a durar poco, y nosotros vamos a tener que inventar algo para subsistir”, reflexiona Giovanángelo, referente del sector inmobiliario local y amigo de Paco.