Trece vehículos fueron incendiados en la madrugada de ayer, estacionados en las calles en distintos puntos de la ciudad. El fuego provocado fue acompañado de un puñado de notas dirigidas como advertencias hacia el gobernador Maximiliano Pullaro, su ministro de Seguridad y hasta a la titular del cartera nacional, Patricia Bullrich. Las misivas reclaman recuperar derechos para los presos, y es firmada por "Los Rosarinos". Básicamente exigen visitas y llamadas, ante el endurecimiento aplicado en los últimos tiempos, hacia aquellos presos sindicados como autores intelectuales de crímenes.

Los ataques ocurrieron entre las 2 y las 4 de la madrugada, en Santiago al 3800, Turin al 4500, Italia al 3800, Wagner y Mitre, La Paz al 3300, Gutenberg al 1500 y Laprida al 6300. Entre las hipótesis investigativas, las autoridades sospechan que estos hechos son una respuesta a la decisión del juez federal de Morón, Jorge Rodríguez, de extremar el aislamiento del jefe narco Ariel "Guille" Cantero y su sobrino "Lucho" Cantero, ya que se descubrió que triangulaban llamadas desde el teléfono oficial de la cárcel de Marcos Paz.

Pero tampoco quedan afuera del radar fiscal el derrumbe de siete propiedades que oficiaban de puntos de venta de drogas, realizados esta semana, para golpear a la banda de Alejandro "Chicky Monedita" Nuñez, ubicado como el instigador de muertes de alto impacto social, que le costaran la vida a colectiveros, taxistas y un playero. 

Foto: Sebastián Granata

La tercera vía de los pesquisas es el inicio del juicio contra veinte presos que se fugaron de la cárcel de Piñero, liderados por Claudio "Morocho" Mansilla, un peso pesado, mano derecha de Esteban Alvarado con quien comparte encierro en Ezeiza. 

Si embargo hay un cuarto motivo que podría haber disparado estos hechos: el Ministerio de Seguridad de Santa Fe había organizado para los periodistas locales una visita a la cárcel de Piñero, y esto podría haber generado la reacción de una parte de la población carcelaria. La versión oficial brindada por Seguridad a este diario es que una cosa no tuvo que ver con la otra, pero lo cierto es que la visita se canceló para los próximos días. 

El primer de los ataques fue en Santiago al 3800, en el sur rosarino, donde se reportaron tres autos incendiados. Doce minutos después, y a 14 cuadras de distancia, se dio una situación parecida en Turín al 3800, donde ardieron dos autos. En Italia al 3800, fueron prendidos fuegos dos autos. Allí, el Comando Radioeléctrico incautó la nota para las autoridades del Ejecutivo provincial y nacional. Dicho papel fue secuestrado y será objeto de análisis por parte del Ministerio Público de la Acusación. Los otros incendios fueron en La Paz al 3300, Laprida al 6300, Wagner y Mitre y Gutenberg al 1500.

En el incendio de la calle Santiago, se quemó la Fiorino del vecino David Martínez. Sus hijos encontraron el mensaje narco tirado en la vereda. El hombre está desesperado porque necesita el vehículo para trabajar. Se dedica al reparto de medicamentos pero además lo usa para trasladar a su hijo discapacitado de 14 años. “No tengo cómo llevar a Lucas a la escuela ahora”, se lamenta el padre. En esa misma cuadra, incendiaron dos autos más, además del utilitario de la familia Martínez. Los vecinos dicen que hasta ahora ese era un barrio tranquilo pero que ahora tienen miedo; sienten que cualquier cosa le puede pasar a cualquiera.

Por el hecho de Gutenberg y Zeballos, donde se produjo el incendio de dos autos, el Comando Radioeléctrico aprehendió a tres sospechosos, dos hombres y una mujer, que circulaban en un utilitario en Provincias Unidas y Urquiza aunque quedaron en libertad al cierre de esta edición. La información que trascendió es que venían del boliche La Cautiva. No tenían hollín en las manos y las botellas en su poder eran de cerveza y Smirnoff.

Sobre los motivos de los ataques, los pesquisas prefieren no apuntar hacia una sola dirección y retrucan que se haga un análisis del abanico de situaciones vividas en los últimos tiempos, donde se tuvo a narcos locales como  imputados por delitos graves : en las últimas dos semanas hubo resoluciones judiciales que endurecieron las condiciones de detención de varios reclusos de alto perfil, como los casos de Ariel Máximo “Guille” Cantero y Uriel Luciano “Lucho” Cantero, líder de Los Monos y su sobrino, respectivamente. Los Cantero, por resolución del juez federal Jorge Rodríguez, tienen prohibido utilizar el teléfono fijo del pabellón 7 del penal de Marcos Paz. La única excepción para realizar una comunicación es que lo hagan al teléfono de su defensor, ya sea público o particular. En el caso de “Guille”, además el magistrado le imposibilitó que siga recibiendo la visita de un hombre y una mujer que habían sido autorizados judicialmente.

Otro de los presos que tuvo medidas más severas en prisión fue Chucky Monedita, quien fue imputado el martes de la semana pasada por la presunta instigación de los homicidios de los taxistas Héctor Raúl Figueroa (43 años) y Diego Alejandro Celentano (38) y la balacera contra la comisaría 15 de Sarmiento y Ameghino. En su caso, la provincia dispuso que no pueda recibir más visitas, ya que su pareja Brenda Natalí Pared –ahora imputada y en prisión preventiva efectiva– había sido quien a criterio de los fiscales había recibido las directivas en una de las visitas presenciales y luego organizó los atentados y asesinatos.