El 7 de mayo se cumplió un año del femicidio de Dominga Ferreyra en la pequeña localidad de Los Blancos, en el departamento Rivadavia, y su familia pide que el condenado por el crimen, Rolando Ezequiel Domínguez, sea trasladado de la comisaría de Coronel Juan Solá (Estación Morillo) a una alcaidía, como lo dispuso el juez Ricardo Martoccia.

El pedido de la familia se debe a que tienen temor de que este hombre se escape. El hermano de Ferreyra, Hugo Cruz, dijo a Salta/12 que en 2023, poco después del crimen, una vecina que visitaba a otra persona en la comisaría escuchó decir a Domínguez que quería "matar" a su cuñada y después matarse. 

"Hicimos una denuncia", contó Cruz. Pero dijo que no hubo medidas hasta el momento de parte de las autoridades.  

En abril el juez Ricardo Martoccia, de Tartagal, condenó a Domínguez, de 42 años de edad, a prisión perpetua por el femicidio cometido en Los Blancos.

"Mi hermana era muy compinche con Dominga. Eran vecinas en los terrenos, vivían al lado de mi madre. Convivían como hermanas y andaban para todos lados. El asesino le echaba la culpa", dijo Cruz. Explicó que el asesino culpaba a su hermana, cuñada de Domínguez, de "no avisarle a él" sobre cuestiones referidas a las decisiones que tomaba Dominga cuando ya le había planteado separarse, evidenciando la naturalización del control sobre su víctima.

Cruz contó que el martes 7 de mayo, rezaron rosarios en memoria de su hermana Dominga y la situación les removió el dolor de su ausencia. "No estamos de acuerdo con que esté alojado en la comisaría, a 29 kilómetros. Le mandé mensaje a Cecilia, la secretaría del fiscal (Gonzalo Vega) porque había una orden del juez para que se lo saque y se lo lleve a la Alcaidía hasta que la sentencia quede firme", sostuvo.  

"Queremos que se lo saque y se lo lleve. Estará esperando la justicia que mate a otra persona para que recién se lo lleve de acá”, insistió. Destacó que en "la justicia se lo considera peligroso para terceros y para sí mismo” al condenado.

Cruz dijo además que estando detenido Domínguez se contactó varias veces con él. “Me mandó unacarta diciendo que él sabía que yo lo había denunciado”. “Nunca nos pidió perdón”, recalcó. Conató que contestó estas casrtas porque en ese momento estaba cuidando a sus sobrinos, hijo e hija del acusado, y le preguntaba por "los chiquitos". "Nos encargaba las cosas que tenía, era criador de animales, tenía chanchos, chivas (...) tuvimos que dialogar para darle a otro familiar de él", detalló. Destacó que este hombre vendió animales para pagar su defensa y le cuestionó que no destinó "ni un peso" para alimentar a sus hijos. Dijo que con el hijo mayor de la víctima, que ya cumplió 18 años, consiguieron un bloqueo del Senasa para esas ventas, pero igual se siguieron haciendo y tienen pendiente el trámite del juicio sucesorio.

Sin Ley Brisa

El femicidio de Dominga dejó víctimas colaterales, sus dos hijos y una hija se ven privados de la crianza y del cuidado de su mamá y a merced de la buena voluntad de sus parientes. Aún siguen sin acceder a la Ley Brisa, N° 27.452, que reconoce el derecho a cobrar una suma mensual y a tener cobertura de salud para "personas menores de 21 años" cuyas madres fueron asesinadas en un contexto de violencia de género.

El niño y la niña se habían mudado a General Güemes para vivir con otro hermano de su mamá y su esposa, allí sufrieron un duelo más porque esta mujer enfermó y falleció al poco tiempo. Ahora están viviendo de nuevo en Los Blancos, en la casa materna, a cargo de la hermana de su madre.   

"Nos están pateando mucho en cuanto a que no había una definición clara de dónde se van a quedar los chicos. No había nada claro de la justicia", dijo Cruz sobre el trámite de la ley, respecto al niño y la niña. 

"Después de la sentencia, nos llamaron para que el hijo más grande pudiera acercarse a la Anses de Orán, pero no tiene dinero para moverse", agregó. Dijo que el adolescente de 18 años está viviendo con el padre, pero no pudieron pagar los pasajes todavía para que viaje a seguir el trámite.