CIENCIA › DESARROLLAN EMBRIONES SIN NECESIDAD DE UN óVULO

Un desafío al dogma

Científicos británicos reprodujeron ratones fertilizando con un espermatozoide una célula que no era un óvulo. El estudio abre nuevas perspectivas en reproducción asistida.

Por primera vez se logró reproducir ratones fertilizando una célula que no era un óvulo, lo cual abre nuevas perspectivas de reproducción asistida. Lo que hicieron científicos británicos fue desarrollar embriones viables a partir de esperma de ratones sin necesidad de un óvulo. Los investigadores, de la Universidad de Bath, aseguran que su experimento “desafía dos siglos de conocimiento adquirido”, dado que hasta ahora se pensaba que el esperma solo puede madurar en el interior de un óvulo. El estudio fue publicado ayer en la revista Nature.

“Nuestro trabajo es un reto para el dogma, que se mantiene desde que los primeros embriólogos observaron óvulos de mamíferos en 1827 y comprobaron la fertilización 50 años más tarde, de que solo un óvulo fertilizado con esperma puede dar lugar al nacimiento de un mamífero vivo”, señaló Anthony Perry, autor del estudio. “Se pensaba que sólo un ovocito era capaz de reprogramar el esperma para lanzar el desarrollo del embrión. Es la primera vez que se obtiene un desarrollo que llega a término inyectando esperma en los embriones”, agregó.

La fertilización integra múltiples procesos para transformar el material del espermatozoide y el óvulo en un embrión, un desarrollo conocido como reprogramación, en el que se producen cambios en los cromosomas y el ADN. Esa transformación permite al esperma madurar hasta ser capaz de dividirse, a fin de producir las diferentes células que requerirá el nuevo organismo, una capacidad denominada totipotencialidad.

La visión general hasta ahora es que el esperma solo puede adquirir esa propiedad dentro de un óvulo, una concepción que ponen en duda Perry y su grupo.

Para llevar a cabo su experimento, los investigadores inyectaron núcleos de esperma en embriones de ratones químicamente modificados antes de su primera división celular. Al inyectar esperma en estas células particulares, denominadas partenotes, los investigadores lograron hacer nacer ratones en un 24 por ciento de los casos.

Estos pequeños ratones se convirtieron en adultos fértiles y tuvieron una esperanza de vida normal, destacó Perry.

Según varios expertos interrogados, esta investigación, que ayuda a una mejor comprensión de los mecanismos de reproducción de los mamíferos, abre nuevas perspectivas en materia de reproducción asistida. Los autores consideran incluso posible que se pueda algún día prescindir de los óvulos para la reproducción.

“Es un artículo muy interesante, y una proeza técnica”, comentó Robin Lovell-Badge, biólogo británico especializado en genética de células madre, que no participó en el estudio. “Estoy seguro de que esto nos enseñará cosas importantes sobre la reprogramación (celular) en los primeros estados de desarrollo” esenciales en materia de tratamiento de la fertilidad, opinó el biólogo del Francis Crick Institute, de Londres.

En el futuro, “se puede imaginar recurrir también a los partenotes” en la reproducción asistida, lo cual permitiría depender menos de los ovocitos, cuya colecta es una operación muy ardua. Es decir que podría abrir puertas hacia la reproducción de padres hombres homosexuales o de una pareja heterosexual infértil.

Aunque por ahora se tenga que partir de un ovocito para fabricar este partenote o embrión virgen, se puede imaginar que en el futuro se podrá prescindir del ovocito, produciéndolas por ejemplo a partir de células de la piel, adelantó Perry.

Estos resultados presentan inconvenientes éticos, admitió por otra parte el biólogo. En efecto, uno de los argumentos adelantados para justificar la utilización de partenotes como fuente de células madre en el ser humano era el hecho de que esos embriones no eran viables.

De todos modos, la revista Nature advierte que el hallazgo de los científicos británicos está por el momento “lejos de ser aplicable a embriones humanos”, dado que la supervivencia de los embriones implantados es baja y el proceso tan solo se ha probado hasta ahora en ratones.

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