ECONOMíA › ECONOMISTAS ORTODOXOS CUESTIONARON EL “GRADUALISMO” DEL GOBIERNO

“El ajuste se queda corto”

Espert, Giacomini, Sica y Castiñeira analizaron la coyuntura frente a los empresarios. Reclamaron un mayor ajuste del gasto, elevar la edad jubilatoria, que sectores industriales que dependen del mercado interno se reconviertan y bajar impuestos a las empresas.

 Por Cristian Carrillo

El foro para captar inversiones contó ayer con un panel de economistas de fuerte impronta ortodoxa, cuyas definiciones hicieron parecer las medidas adoptadas por el Gobierno como populistas. Ante un público que no se espanta fácilmente, los expositores pudieron expresar sin culpa ideas como subir la edad jubilatoria para aliviar las cuentas fiscales o hacer un ajuste con mayor dureza y no “a medias” como el que supuestamente instrumentó el macrismo. No faltaron las alabanzas a las políticas de los 90. Para estos economistas, la solución es que el Estado se corra para dejar actuar al mercado y que abandone el patrón de sustitución de importaciones. El diagnóstico y las recomendaciones estuvieron en sintonía con lo expuesto por representantes de la banca de inversión.

“El problema de la Argentina fue el amor patológico por la sustitución de importaciones y por un Estado blando. Eso es lo que peor le pasó a la Argentina en los últimos 70 años. La historia demuestra que hasta que el país no remueva esas dos causas, sólo va a tener recuperaciones cíclicas”, afirmó el economista José Luis Espert. Aseguró que el Gobierno “se queda muy a mitad de camino en materia de ajuste”. “Se queda corto. Si sólo se queda con este ajuste, la recuperación será sólo cíclica”, afirmó.

Como en un juego de subir la apuesta por derecha, el economista Diego Giacomini (de Economía y Regiones, ex consultora de Rogelio Frigerio) incursionó en el tema previsional: “En el siglo XXI, donde la esperanza de vida es de más de 80 años, es necesario aumentar la edad jubilatoria”. “Es un objetivo para las cuentas públicas y lo digo con todas las letras”, aseguró. Al ser consultado sobre los desafíos que enfrenta el Gobierno, insistió con que es necesario reducir la presión tributaria y bajar el gasto público para llevar el déficit a cero. “Esto es pro-inversión y pro-nivel de actividad”, agregó. Giacomini sostuvo que la ley de reparación histórica elevará el gasto público, lo cual es contradictorio con los objetivos de reducción del gasto que debe plantearse el Gobierno.

Dante Sica, titular de la consultora Abeceb.com, sostuvo que crecer mediante el arribo de inversiones es una política de largo plazo. Sica, hombre de consulta del equipo económico, reconoció que el actual esquema del Gobierno tiene como “ganadores” a los empresarios de infraestructura y telecomunicaciones, mientras que los “perdedores” son los sectores orientados al mercado interno. “Los sectores transables tienen hoy un problema de competitividad, lo que requiere darle más eficiencia a la cadena logística. Los que crecieron apalancados por el consumo son los grandes perdedores de este modelo y deberán reconvertirse”, aseguró. Para Sica, el Gobierno tuvo que “hacer concesiones y no hacer algunos ajustes” por no contar con mayoría en el Congreso y gobernadores propios.

El economista Ramiro Castiñeira, de Econométrica, aseguró que el gobierno de Mauricio Macri asumió con un país que estaba en pleno proceso de crisis, una mirada que coincide con la visión del oficialismo para justificar los ajustes. Según Castiñeira, lo hecho hasta el momento tuvo “muy buenos resultados”, pese a la caída de la actividad y la destrucción de puestos de trabajo. Luego coincidió con el resto de los panelistas en que la presión tributaria es muy elevada.

Las recetas se asemejan a las utilizadas en los 90, las que fueron dictadas por el Consenso de Washington y consideradas nefastas por sus resultados para las mayorías populares en distintos países. Pero ayer hubo espacio para resarcimientos. “Las reformas de los 90 pro-mercado fueron ejemplares y la crisis de 2001-2002 no tuvo que ver con esas reformas”, sintetizó Espert. “El populismo buscó conectar la crisis de 2001 con los reformas de libre mercado de la década anterior, pero eso no es así. Por eso el Gobierno tiene que preparar una agenda pro-mercado”, aseguró Espert, para quien el crecimiento en la última década tuvo mucho menos mérito que el de los 90 vía deuda.

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“Las reformas pro-mercado de los 90 fueron ejemplares”, arriesgó José Luis Espert, segundo desde la izquierda.
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