El plantel de Independiente vivió ayer momentos de tensión cuando un grupo de hinchas autoconvocados a través de las redes sociales, que los propios futbolistas dijeron que no eran barrabravas sino hinchas comunes, según describieron los protagonistas, se apostaron en la puerta del predio de Villa Dominico para expresarse por el mal momento del equipo, que está cada vez más complicado en su lucha por mantener la categoría. Los hinchas colgaron banderas en la zona y hasta hablaron con el entrenador Américo Gallego y con algunos de los futbolistas.

Gallego detuvo su auto ante los hinchas que se manifestaban, bajó la ventanilla y dialogó con ellos. Escuchó el reclamo y extendió la mano para recibir un reclamo por escrito. “La actitud no se negocia”, decía el papel firmado por el colectivo Somos Independiente.

Situación similar vivieron los futbolistas que, en la medida en que iban saliendo del predio, eran abordados por el grupo de hinchas, quienes procedieron de la misma manera. Eran aproximadamente cincuenta los hinchas presentes, quienes se autoconvocaron a través de las redes sociales y los foros del club.

El pedido de una mayor actitud se repitió ante cada uno de los jugadores que detuvo su marcha y dialogó con los hinchas, entre ellos el experimentado volante Víctor Zapata, quien luego se refirió así a los hechos: “No eran barras, eran hinchas genuinos”, dijo, y luego admitió: “Estoy en un equipo grande, lo sé por la gente y por la historia del club. Estamos obligados a ganar, vamos a intentar hacer lo mejor”.

El que no la pasó bien fue el defensor Claudio Morel Rodríguez, quien intentó seguir de largo con su camioneta ante el pedido de detención del grupo de hinchas y provocó la reacción de los mismos, que incluso le recriminaron la maniobra brusca que realizó. Hubo insultos y empujones, pero finalmente no pasó a mayores, incluso pese a que la policía tardó en llegar al lugar.

La situación de Independiente respecto de la tabla del descenso fue el foco del reclamo del grupo de hinchas, quienes exteriorizaron sus angustias con banderas que colgaron en las puertas del predio en el que el equipo realizó el entrenamiento. “Jugadores: Mi cáncer no me mata, si nos vamos al descenso me voy a morir de tristeza”, decía una de las banderas. “Háganse cargo, esto es Independiente”, se leía en otra. También hubo trapos que criticaban al equipo por la derrota del domingo pasado ante San Lorenzo. “Poniendo más huevos se ganaba.”

Independiente cerrará su participación en el torneo Inicial el próximo domingo en Avellaneda, cuando reciba a Colón. No será un partido más, el Rojo de Gallego tiene que sumar puntos, para no perder la categoría.