DEPORTES › A CINCO SEMANAS DE LA ELECCION

Se desató la guerra entre Blatter y sus enemigos

La FIFA está caliente: los rivales políticos del presidente le tiran con lo que tienen a mano; el “caso haitiano” y las maniobras para evitar una investigación financiera seria. Lennart Johansson no lo soporta más...

 Por Pablo Vignone

A cinco semanas de la elección presidencial de la FIFA, la disputa entre el suizo Joseph Blatter, titular del organismo desde 1998, y sus rivales políticos, especialmente el sueco Lennart Johansson, presidente de la poderosa Unión Europea, se ha recalentado al máximo, y las acusaciones que se cruzan ambos bandos ya pasaron el límite de la respetabilidad política. Johansson dijo que “no soporta más” los ataques de Blatter “en contra de los intereses del fútbol europeo”; y el camerunés Issa Hayatou, el único rival del suizo en la carrera presidencial, le imputó irregularidades en el ejercicio de su cargo.
Las denuncias se conocieron un día después de que el triniteño Jack Warner, aliado de Blatter, fuera reelegido como presidente de la Concacaf, tal como informara ayer este diario, pese a la sospecha de una grave irregularidad, cometida por Warner en favor de la elección de Blatter, en junio de 1998. Los 36 delegados de países de la Concacaf que votaron a Warner también aclamaron a Blatter, lo que motivó el contraataque de sus adversarios políticos.
Warner y Blatter fueron salpicados por el “caso haitiano”, que fuera denunciado por el periodista Andrew Jennings, el principal sabueso en los temas escabrosos de la FIFA y el Comité Olímpico Internacional, y sorpresivamente confirmado por el secretario de la FIFA, Michel Zen-Ruffinen, que durante 15 años respondió a Blatter y ahora se dio vuelta. En 1998, el ministro de Deportes de Haití impidió el viaje del presidente de la asociación de fútbol haitiana a las elecciones de la FIFA, el día previo al arranque del Mundial 1998. Sin embargo, en París se registró un voto en nombre de Haití, que fue suscripto por un allegado a Warner. “Según el reglamento de la FIFA, este amigo no podía votar por Haití porque era ciudadano de Trinidad y Tobago, y no de Haití –dijo públicamente Zen-Ruffinen–. Eso es claramente fraude.”
Blatter desmintió ayer, públicamente, a Zen-Ruffinen. “Me sorprende enormemente que, tras cuatro años en el cargo, el secretario general de la FIFA se dirija ahora a la opinión pública, en pleno proceso electoral, con semejantes recriminaciones”, explicó el suizo, que calificó a las acusaciones como “falsas e infundadas”. Pero los ataques le llegan por todos lados.
“Las pruebas de las irregularidades de Blatter vienen a mí por sí solas –dijo ayer Hayatou–. No necesito buscarlas personalmente. Hasta que en algún momento estalle la bomba.” El africano aseguró que esperará “el momento oportuno” para sacar provecho de las irregularidades de la cúpula de la FIFA, y sostuvo que está seguro de conseguir “numerosos votos”.
Pero el verdadero embate llegó de parte del auténtico adversario de Blatter, el sueco Johansson, derrotado en aquellas elecciones de junio de 1998 y ahora dispuesto a entronizar a Hayatou.
“Joseph Blatter intriga para privar a Europa de la vicepresidencia de FIFA, para reducir el número de nuestros equipos en la Copa del Mundo y todo con el único objetivo de ser reelegido”, declaró Johansson en una entrevista publicada ayer en el diario suizo Le Matin Dimanche.
Pero también se difundió ayer una carta de virulentos términos que le hizo llegar a las 51 asociaciones europeas, denunciando que Blatter ha gobernado la FIFA unilateralmente, provocado conflictos, protegido a aliados bajo investigación e ignorado los intereses del mundo del fútbol. Además afirma que el suizo ha dañado el prestigio de FIFA y expuesto a la entidad a dificultades comerciales y financieras. En la carta, difundida a cuatro días del inicio del Congreso de la UEFA en Estocolmo, Johansson pidió a los 51 miembros de la UEFA que voten por Hayatou “para poner fin a la crisis de la FIFA”.
Johansson criticó también la decisión de Blatter de suspender el trabajo de la Comisión de Auditoría Interna porque se había violado la cláusula de confidencialidad. El presidente de la UEFA había solicitado el desarrollo de una investigación sobre la gestión financiera de FIFA y acusó a Blatterde bloquearla, “aunque una decisión de este tipo sólo puede emanar del Comité Ejecutivo” y su suspensión lo único que hace “es multiplicar los rumores nauseabundos”. Esa decisión de Blatter fue la que apartó de su bando a Zen-Ruffinen.
“Esta es la forma de gobernar que tiene Blatter. La FIFA no practica en absoluto la transparencia y no se puede estar muy cómodo con sus libros de cuentas”, agregó Johansson, quien reprochó también a Blatter no dejar de atacarlo con argumentos falsos.
La guerra está desatada.

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