DEPORTES › CRONICA DE LA AGITADA JORNADA QUE VIVIO
EL NUEVO IDOLO DE LOS ARGENTINOS

Un día con Manu Ginóbili en Buenos Aires

No es una modelo top ni una estrella de rock, pero su agenda lo parece: se entrevistó con Kirchner, dio clases, visitó un hospital, firmó un contrato con un sponsor, estuvo con Solá...

 Por Ariel Greco

Si Emanuel Ginóbili quería descansar y no ver una pelota de básquet por un mes, como afirmó cuando arribó el jueves al país, su deseo quedará postergado, al menos por unos días. Es que el bahiense vivió una jornada agitadísima, en el marco del programa “Básquetbol sin Fronteras”, un emprendimiento que lleva a cabo la NBA, que cuenta con el auspicio de la Secretaría de Deportes de la Nación y del que también participan Carlos Delfino y Andrés Nocioni. Entrevistas protocolares con ejercicios de desmarque, la firma de autógrafos y de contratos con una visita a chicos enfermos, mil preguntas escuchadas y respondidas, todo se mezcló en el viernes interminable del nuevo ídolo de los argentinos, que a lo largo de toda la ciudad dejó en claro el furor que se genera alrededor de su figura.
El día arrancó bien temprano para Manu y sus compañeros. A las nueve, el presidente Néstor Kirchner recibió al bahiense, a Delfino, a Nocioni y al resto de la delegación de la NBA en la Casa Rosada. “Te felicito por ser el mismo de siempre”, le dijo Kirchner a Ginóbili en el segundo encuentro entre ambos. El bahiense agradeció las palabras, se mostró orgulloso cuando el primer mandatario le dijo que se quedaba a ver hasta tarde los partidos finales y le regaló una pelota. En la primera reunión, hace dos años, Manu le había obsequiado una camiseta de San Antonio con el número uno. Luego, el Presidente extendió también los elogios a Nocioni y Delfino. “A ustedes el éxito no hace más que fortalecerles la moral y la capacidad espiritual que tienen. Sin dudas dan un digno ejemplo para la sociedad argentina, que nosotros valorizamos mucho”, halagó Kirchner a los basquetbolistas argentinos.
Cumplida la primera escala, la delegación partió rumbo al Cenard, para el lanzamiento del programa, que además de las autoridades de la NBA, también tuvo la presencia del presidente de la Confederación Argentina de Básquetbol, Horacio Muratore, y del secretario de Deportes, Claudio Morresi. Distendido y sonriente, Manu cometió un pequeño blooper cuando se “autoaplaudió” en el momento en el que el presentador anunciaba su figura. Es que el bahiense todavía esperaba que nombraran al puertorriqueño Daniel Santiago, otro de los participantes. Luego llegó el turno de la atención a la prensa. Como si se tratara de un partido, Ginóbili acaparó todas las marcas (de grabadores, cámaras y micrófonos), lo que le dio un poco de tranquilidad a sus compañeros. Eso sí, siempre seguido de cerca por Agustín Piñeyrúa, un uruguayo que trabaja como relaciones públicas de la NBA y que lo custodió con mucha mayor eficacia que Tayshaun Prince en las finales ante Detroit.
Mil veces contó que no le molestó no ganar el premio al MVP (jugador más valioso) y que se alegró de que lo obtuviera Tim Duncan, otras tantas remarcó que la defensa fue la clave para lograr el título, también demostró su satisfacción por participar de este evento y hasta resaltó que espera poder, a partir de los asados que comerá en Bahía Blanca, recuperar los kilos que perdió durante la serie final.
Ya sobre el parquet libre, Ginóbili, Nocioni y el entrenador de la Selección Argentina, Sergio Hernández, se quedaron con dos de los grupos en que se dividieron a los 57 chicos participantes, que disfrutaron y trabajaron al ritmo que imponían los profesionales. Desmarcarse, amagar y lanzar, tirar en suspensión y demás ejercicios sirvieron para que los juveniles exhibieran sus virtudes y mejoraran sus defectos. En otro gimnasio se repetía la rutina con los demás protagonistas.
Finalizada la clínica, el siguiente paso fue la visita al hospital Posadas (ver Los niños primero...). El lío que generó su presencia modificó los planes, por lo que los jugadores no volvieron al Cenard. A Ginóbili lo esperaba el gobernador bonaerense Felipe Solá, mientras que Nocioni y Delfino debieron concurrir a la casa McDonald’s. Es que la agenda de Manu ya estaba agotada (y promete seguir así), luego de un día muy agitado, un día con Manu Ginóbili en Buenos Aires...

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Emanuel Ginóbili, genio y figura en el Cenard, donde participó de una clínica para jóvenes jugadores de básquet.
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