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Cómo se juntaron los duros pesos

Financiar un Mundial de Vóley con 24 equipos en seis sedes en esta Argentina devastada por la crisis no ha sido fácil. Pero se pudo.

 Por Adrián De Benedictis

“... Que veinte años no es nada...”, dice el tango. Y al parecer, el tiempo ha transcurrido velozmente desde 1982. En aquella oportunidad, el seleccionado argentino masculino de vóleibol lograba el tercer puesto en el primer mundial organizado en el país, y el festejo de jugadores como Esteban Martínez, Waldo Kantor, Raúl Quiroga y Hugo Conte (integrante del actual plantel), entre otros, aparecería en la primera plana de todos los diarios. Por ello, el estadio Luna Park volverá a albergar todos los recuerdos de esa epopeya, cuando el próximo 28 de setiembre se inicie un nuevo Campeonato Mundial “Argentina 2002”. Hasta el 13 de octubre, el planeta vóley girará en nuestro país, y los deseos por repetir imágenes similares a las del ‘82 se multiplicarán por millones.
En una Argentina diferente luego de los episodios sucedidos en diciembre del año pasado, la organización de un Campeonato Mundial parecía una utopía. Sobre todo, después de que la valuación del peso argentino comenzara a caer vertiginosamente. En ese marco, las mayores dificultades continúan siendo las económicas.
Como estimar presupuestos en este país tan cambiante es una tarea compleja, el costo del Mundial, actualizado a los últimos días, se encuentra en los 6.700.000 pesos, sin contar las obras de infraestructura realizadas por algunas de las provincias que serán sede. En este momento, la previsión de ingresos está equilibrada, es decir: no habrá pérdidas pero tampoco ganancias. Como consecuencia de los problemas de liquidez, las erogaciones hay que hacerlas en el momento, y como la venta de entradas recién se inició en estos días, el grueso de esa entrada se va a conocer el mes que viene. Precisamente, ése es uno de los ingresos más importantes.
La ecuación económica del certamen es la siguiente: el aporte principal proviene de televisión. ESPN pagó cuatro millones de dólares de derechos para el mundo, y la televisión japonesa 600 mil dólares más. Pero todo eso no ingresa en Argentina, sino que ya se fue a la Federación Internacional de Vóleibol (FIVB). Encima, los reintegros que tiene que hacer la Federación Internacional sobre esos derechos, que ya cobró, no los quiere realizar hasta la finalización del Campeonato Mundial.
En este punto, un miembro de la organización le dijo a Página/12: “Nosotros necesitamos el dinero ahora, y ellos nos lo quieren dar cuando termine el Mundial, porque es parte de la realidad que no nos creen nada. Esto es muy parecido a la situación con el Fondo Monetario (FMI)”.
El dinero de las empresas que se siguen sumando para aportar el marketing, también es destinado a la Federación Internacional, y a la Argentina sólo vuelve el 30 por ciento de esos ingresos. Es decir, el país recibe sólo el 30 por ciento del ingreso global del campeonato.
La FIVB se hace cargo de los pasajes de las 23 delegaciones que arribarán al país, y también abona el 50 por ciento del alojamiento y la comida de los planteles. Esos son los dos aportes de la FIVB, la cual ya tiene utilidades por más de dos millones de dólares. Inclusive, ya están registradas en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) como utilidades. A su vez, el Comvol (Comité Organizador Local) debe hacerse cargo de los viajes aéreos de cabotaje, que en los últimos diez días aumentaron un 30 por ciento.
Además de Buenos Aires, las otras sedes serán Rosario, Mar del Plata, Catamarca, Santa Fe y Salta. De estas últimas cinco, Salta, que ayer presentó oficialmente el estadio Delmi, invirtió dos millones de pesos en infraestructura; Santa Fe aportó 200 mil pesos; y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le dio 100 mil pesos a Mar del Plata.
Otro ingreso es el aporte que realizó la Secretaría de Deportes y Turismo, que se hizo cargo de la compra de los bienes de infraestructura que quedan para el país, por un valor de 300 mil dólares. Entre ellos se encuentran los 18 pisos sintéticos, 40 juegos de redes, siete tableros electrónicos y carpas para canchas de entrenamiento.
Los sponsors que están ingresando lo hacen en valores que oscilan los 150 mil pesos, contra los valores que se manejaban hasta el año pasado, que eran en dólares. Hasta ahora, los sponsors son Orígenes, Sancor, Quilmes, Visa, y hay algunos más, entre ellos Frávega, que están cerca de cerrar su acuerdo en los próximos días. La compañía de micros Plusmar acordó un canje por transportes.
En las última horas, Topper acordó convertirse en la marca exclusiva del Mundial, cuyo merchandising será comercializado por la empresa Esoltech. En este caso, el Comvol recibirá las regalías sobre las ventas de los productos que se distribuirán por todas las sedes y también en otros puntos del país.
De esa manera, la misión de efectuar un Mundial en la Argentina sigue su curso. Los tiempos de las evaluaciones y los análisis llegarán más adelante. Argentina 2002 está cada vez más cerca.

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El nuevo estadio Delmi, que construyeron los salteños.
 
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