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El partido fue tan caliente dentro como fuera de la cancha. Nalbandian no quiso entrar en polémicas ni comentar detalles, pero criticó de nuevo la actitud del australiano, como había hecho antes del partido. “Es un gran jugador, pero no es el mejor ejemplo para el tenis”, señaló Nalbandian. “Es la actitud que elige cada uno y allá cada cual”, agregó.
En un cambio de cancha en el segundo set, ambos se cruzaron y Hewitt chocó su hombro con el del argentino, quien le recriminó su actitud; su rival ni siquiera lo miró.
“El no es un caballero”, repitió el cordobés lo dicho antes del enfrentamiento, pero aseguró que las tretas de Hewitt no lo sacaron del partido. “No comparto sus formas, pero no me molesta”, añadió.
El partido también fue polémico por el ambiente del estadio y las decisiones de los jueces. Nalbandian confesó que las interrupciones de los espectadores animando a su jugador no lo molestaron, aunque matizó: “El juez de silla siente la presión. Hubo decisiones muy raras”.
Hewitt protestó varias pelotas que estaban claramente fuera, lo que sorprendió al propio Nalbandian. Al final del partido se saludaron y tuvieron un intercambio de opiniones, que los dos dejaron ante la prensa como una simple felicitación, sin querer profundizar.
“Sobre lo primero (el golpe en el hombro) queda entre nosotros, son cosas que pasan. Al final del encuentro lo felicité por el partido que había jugado y le agregué algunas cosas más...”, concluyó Nalbandian.