ECONOMíA › NUEVAMENTE, LOS MAXIMOS DIRIGENTES DEL FMI FUERON DUROS CON ARGENTINA

“Hay que ser honestos, habrá sufrimiento”

El titular del FMI y su segunda arremetieron contra Argentina, mientras sus técnicos elaboran con el equipo económico el famoso “plan sustentable”. Sólo confían en Mario Blejer, presidente del Banco Central. Quieren rediseñar el sistema financiero y definir metas fiscales y de inflación.

 Por Claudio Zlotnik

Como si se tratara de los directores de una escuela que aplazan a un alumno y lo obligan a repetir de grado, los máximos directivos del Fondo Monetario, Horst Köhler y Anne Krueger, dejaron ayer en claro que no serán blandos con la Argentina. “Hay que ser honesto: no hay salida sin sufrimiento”, manifestó Köhler, número uno del organismo. Su segunda, la estadounidense Krueger, fue más contundente todavía: la expectativa del Gobierno de obtener un salvataje al menos 15 mil millones de dólares “es poco realista y demasiado elevada”, dijo con crudeza desde Australia. Como máximo, los funcionarios del FMI parecen dispuestos a ensayar un mea culpa por el estallido de la crisis: “No prestamos suficiente atención a las desviaciones de la política de Carlos Menem”, admitió Köhler (ver aparte). Para volver a brindar auxilio financiero, el Fondo puso como condición elaborar el nuevo plan económico desde el principio. Ayer arribó a Buenos Aires una nueva misión técnica desde Washington, la segunda desde que asumió Eduardo Duhalde.
Desde hace varios meses, Argentina está sola. Recibe apoyos uno tras otro, pero sólo son verbales. Dólares, ni uno. En ese juego perverso de respaldar y presionar por un “plan sustentable”, del cual ni Estados Unidos ni Europa dan precisiones, el FMI se presenta como la rueda de auxilio financiero que vendrá. Pero en cada una de las intervenciones públicas, las máximas autoridades del organismo castigan con dureza al Gobierno, a sus dirigentes y a la Argentina en general.
Conocidas las declaraciones de la plana mayor del FMI, Página/12 dialogó con un hombre estrechamente vinculado al organismo. La fuente precisó que en Washington desconfían de la administración de Eduardo Duhalde. Ya no sólo por la fama de populista que el jefe de Estado se ganó en Estados Unidos sino también porque los hombres del equipo económico son desconocidos para los funcionarios del Fondo. La excepción es Mario Blejer. El flamante presidente del Banco Central trabajó en el FMI hasta que Domingo Cavallo lo repatrió para el BCRA. Y su íntima conexión con el poder de Washington fue determinante para que, tras la dimisión de Roque Maccarone, Duhalde designara a Blejer en el máximo nivel de la institución.
Según señalaron a este diario, la agresividad en las declaraciones de Köhler y Krueger intentan asegurarse que el gobierno argentino no se apartará de la receta que recomiende el Fondo. De otra manera, no habrá fondos frescos. Desde que asumió y sinceró la salida de la convertibilidad, Duhalde sabe que necesita que vengan dólares desde Washington para impedir una disparada incontrolable del dólar que desemboque en una hiperinflación y, tal vez, en el final de su propio gobierno.
La actitud del FMI de enviar técnicos para elaborar el nuevo plan económico es novedosa. Hasta ahora, el organismo prefería “sugerir” los ajustes que hicieran falta y, una vez aprobados por el gobierno, se firmaba una Carta de Intención que liberaba los fondos. La quiebra de la Argentina modificó esa lógica. Los nuevos popes del FMI quieren formular el plan económico desde el vamos. En esta suerte de borrón y cuenta nueva, Köhler admitió “errores” y “fracasos” del pasado “que compartimos con el conjunto de la comunidad internacional”.
Para asegurarse el éxito, el Fondo empezó a enviar grupos de expertos en las áreas que se consideran claves: sistema financiero, Presupuesto y política monetaria. La última misión que arribó es especialista en temas fiscales. Vale la pena hacer un repaso por las recetas recomendadas.
Bancos. La posición del FMI fue fundamental para que el Gobierno se decidiera por la pesificación de los depósitos. A los técnicos del organismo les interesa que el bache en el sistema financiero sea el menor posible para que a su vez la ayuda sea más pequeña.
Si bien en el FMI analizan la recapitalización del sistema –una práctica ya ensayada en el sudeste asiático tras la crisis del ‘97–,también es verdad que los técnicos del organismo evalúan como muy posible que haya quiebras bancarias. El experto consultado por este diario admitió la posibilidad de que un grupo de bancos se muden hacia Uruguay. “Hace rato que los más ricos envían sus ahorros a Estados Unidos o a Uruguay. Después de esta crisis de desconfianza, lo mismo sucederá con la clase media. Pasarán muchos años hasta que la gente vuelva a creer en los bancos”. También se analiza la experiencia de la privatización de los bancos provinciales, cuando el Banco Mundial y el BID dieron préstamos a las provincias.
Mientras tanto, los bancos están reclamando que el Fondo auspicie un salvataje a la mexicana. Es decir, con el Estado haciéndose cargo de sus pasivos incobrables.
En este contexto, y a diferencia de otras épocas, el FMI propiciaría una banca pública de menor dimensión pero fortalecida para brindar créditos a las pymes.
Programa monetario. El reemplazo de Maccarone por Blejer trabó las negociaciones. El Fondo quiere que la Argentina elimine el tipo de cambio fijo lo antes posible. El esquema monetario que recomiendan se denomina inflation target, por el cual se emite moneda en función de la meta de inflación y de tasas de interés. Es el modelo aplicado en Brasil .
Presupuesto 2002. No hay sorpresas. El Fondo Monetario exige bajar el gasto en la administración pública. Pero sobre todo pide achicar las erogaciones en las provincias. Los números del ajuste quedarán establecidos en las próximas horas ya que los contactos con Economía y con los legisladores oficialistas empezaron ayer. Al mismo tiempo, reclama una estimación de recaudación impositiva “realista”. Es decir, tomando en cuenta que los ingresos de la AFIP vienen cayendo en picada y no hay ninguna señal de que vayan a mejorar en el corto plazo.
Deuda pública. En el FMI creen que, tras el default, la resolución de este punto quedó atada a lo que suceda con el sistema financiero. Antes que sentarse a renegociar la deuda, el Gobierno tiene que saber a cuánto ascienden sus pasivos. Y eso se sabrá cuando el Gobierno defina si se termina haciendo cargo de los incobrables de los bancos.
Sobre este último punto, queda un aspecto a definir es qué condiciones presentará Argentina para la postergada Fase II del canje de deuda. Quita del capital de hasta un 50 por ciento y tasa de interés del 2 por ciento anual es una de las opciones. También se incluirá un período de gracia en el pago de esos intereses, postergación que no alcanzaría a los acreedores que participaron en la Fase I, lo que provocaría un conflicto con los extranjeros.

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Horst Köhler, titular del FMI, hizo una tibia autocrítica, pero enseguida pasó la pelota a los argentinos.
El FMI reclama un “plan sustentable” y mientras lo elabora con el Gobierno castiga sin piedad.
 
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