SOCIEDAD › NUEVO SISTEMA PARA LOS INSPECTORES PORTEÑOS

Si se los vigila, son mejores

 Por Eduardo Videla

El nuevo sistema que rige desde el viernes para las inspecciones de comercios porteños revela el altísimo grado de sospecha que pesaba sobre la repartición: desde ahora, los inspectores no tienen zonas fijas, sólo se enteran de su itinerario antes de cada salida, no pueden ir dos veces al mismo negocio y al final de cada jornada deben devolver, junto con el parte diario, su credencial. Esas son sólo algunas de las medidas dispuestas por el interventor de la Dirección de Verificación y Habilitaciones, Martín Schmukler. Los cambios parecen inspirados en aquella máxima concebida hace medio siglo por Juan Domingo Perón: “Los hombres son buenos, pero si se los vigila, son mejores”.
Las sospechas no son infundadas. En la repartición hay 27 inspectores sumariados, de los cuales 12 están procesados en la Justicia penal a punto de ser sometidos a juicio oral por irregularidades cometidas en su función. Y quien fuera director del organismo, Horacio Spandonari, tuvo que irse a fines de noviembre en medio de denuncias de corrupción.
Los inspectores tienen desde ahora una nueva credencial, color naranja, con la identificación de su titular y la firma del interventor. “El inspector la retira a la mañana y la devuelve cuando termina su recorrido”, explicó Schmukler a Página/12.
No es el único cambio. “Se suprimen las cinco zonas geográficas en que estaba dividida la ciudad, y se reemplazan por un sistema más racional. Los inspectores se dividirán por actividades: comercios minoristas, restaurantes y locales nocturnos, geriátricos y centros de salud, y establecimientos deportivos”, precisó el interventor.
“El inspector sale cada día con una hoja de ruta que le da el supervisor –agregó el funcionario–. Sólo en ese momento se entera de qué comercios irá a inspeccionar. Si no hay infracción, igual debe hacer un informe (anteriormente no lo hacía). Y no debe ir dos veces al mismo lugar: si es necesario hacer una intimación para que el comercio haga una mejora, el supervisor debe enviar a otro funcionario. Para eso se creó un cuerpo de notificadores.”
El organismo cuenta en total con 220 inspectores. En la ciudad hay 650 mil habilitaciones, que corresponden a unos 200 mil comercios. “Calculamos que si se recorren uno por uno todos los negocios de la ciudad, recién en 5 años se vuelve al punto de partida”, graficó Schmukler. “Por eso pusimos prioridades: natatorios, geriátricos, lugares donde pueden existir riesgos para la salud o donde hay grandes aglomeraciones de personas”, agregó.
En tanto, para las habilitaciones, se prevé reducir las trabas burocráticas para que puedan hacerse en 3 o 4 días. “Nos encontramos con expedientes que se demoraban a propósito, hasta seis meses, para pedir dinero”, advirtió Schmukler.

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