ECONOMíA › IMPUESTO A LOS GRANDES BANCOS

Pagar el rescate

A casi tres años desde que estallara la crisis internacional, los órganos reguladores de las potencias continúan definiendo reglas para controlar el sistema financiero, aunque ninguna logró ponerse en práctica. La Comisión Europea (CE) presentó ayer una nueva propuesta para implementar un impuesto a los bancos. El borrador establece que las entidades realicen un aporte de acuerdo al riesgo que asuman en sus operaciones. El borrador será debatido por los ministros de Finanzas de ese bloque durante un encuentro informal que mantendrán la semana próxima en Madrid. Por su parte, el Fondo Monetario, que impulsó e impuso la desregulación del sistema global, ahora dice que está estudiando una tasa tributaria para las entidades que obtengan “beneficios excesivos”.

Los megamillonarios salvatajes que se volcaron a los bancos para evitar quiebras en el sector fueron mal utilizados, según coinciden analistas del mercado. En muchos casos sirvieron para financiar indemnizaciones elevadas de directivos de esas firmas y compensaciones para brokers que instrumentaron riesgosas apuestas en el mercado que derivaron en una impresionante crisis financiera, pero también económica y de empleo. A ambos lados del Atlántico se anunció en más de una oportunidad un control bancario más firme para evitar nuevas burbujas. El último había sido el del presidente estadounidense Barack Obama, quien anunció que iría contra Wall Street. No obstante, las influencias de los holdings bancarios en la Casa Blanca evitaron que se cristalizara esa amenaza.

Ayer fue el turno para el Viejo Continente. El primer ministro británico, Gordon Brown, aseguró que Francia, Reino Unido y Alemania alcanzaron un principio de acuerdo para la imposición de un impuesto a los bancos. Brown manifestó además que albergaba esperanzas de que Estados Unidos se sumara a esa iniciativa. Por el contrario, consideró poco probable que las 20 economías más importantes convengan la aplicación de tales medidas para la próxima cumbre del G-20, en junio, aunque especuló con podría alcanzarse un acuerdo durante el encuentro de noviembre.

Ese impuesto, según explicó Brown, tiene como objetivo someter al sistema bancario a reglas más estrictas. Además del gravamen, la propuesta contempla que el Ejecutivo de la Unión Europea (UE), como de los países miembros, exploren “en detalle” posibles vías, para que los bancos se involucren en la estabilización del sistema. Como antecedente existe el “Borrador de Suecia”, que disponía un “impuesto de estabilidad”, que utilizaría como criterio de aplicación las deudas registradas en los balances de las entidades. El modelo sueco implicaría la recaudación de unos 13.000 millones de euros en los países del bloque europeo.

El FMI ahora se suma a ese tipo de iniciativas. Según la prensa británica, ese organismo estudia una tasa internacional a los “beneficios excesivos”. El director ejecutivo del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, tiene previsto presentar esa propuesta, junto con la de un impuesto global a la banca. El objetivo es que los Estados recuperen el dinero de los contribuyentes invertido en los planes de rescate de los bancos.

Esta tasa en los beneficios excesivos funcionaría como un cargo al dinero en circulación de las entidades, de manera que se podrían recaudar sumas importantes de los bancos sin afectar la estabilidad del sistema financiero, explicó el FMI. La propuesta será incluida en un informe que publicará el organismo multilateral de créditos a fines de este mes, durante su reunión anual de primavera (boreal), luego del encuentro del G-20.

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