ECONOMíA › SIGUEN LAS PRESIONES PARA QUE EL GOBIERNO NO FRENE LAS IMPORTACIONES

El lobby de los importadores

El presidente de CIRA, Diego Pérez Santiesteban, afirmó que los socios de la entidad se reunirán hoy para consensuar una propuesta alternativa con la intención de evitar que se concrete el freno a las importaciones de alimentos.

El presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), Diego Pérez Santiesteban, afirmó ayer que los principales socios de la entidad se reunirán hoy para consensuar una propuesta alternativa con la intención de evitar que se concrete el freno a las importaciones de algunos alimentos. “Veremos las distintas reacciones y en función de ello, estudiaremos qué propuestas acercamos para tratar de flexibilizar la medida. Es una tarea que va a llevar unos días de preparación”, aseguró el empresario, quien la semana pasada mantuvo una reunión con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para interiorizarse sobre los detalles de la medida que quiere implementar el Gobierno.

Si bien todavía no se aplicó ninguna restricción, Moreno les adelantó hace diez días a los supermercadistas que debían restringir las compras de alimentos en el exterior, siempre que hubiese producción local de los mismos. En la reunión que mantuvo el miércoles con los directivos de CIRA volvió a reiterar el pedido y remarcó que el objetivo es mejorar el saldo de la balanza comercial, y proteger a la industria local de la pérdida de competitividad que está generando la devaluación del euro y del real.

La crisis financiera que estalló en el sur de Europa ha puesto en riesgo el futuro del euro y su cotización cayó de 1,50 a 1,25 dólares en pocos meses, afectando los ingresos de quienes exportan a la Eurozona y abaratando las importaciones provenientes de esa región. Además, como consecuencia de ese mismo proceso el dólar se fortaleció y el real brasileño comenzó a devaluarse porque allí dejan flotar con más libertad a la moneda estadounidense. Ante este escenario, una alternativa es devaluar el peso para recuperar la competitividad pérdida, pero el gobierno explora otras opciones porque sabe que una suba del dólar repercutiría en los precios, justo en un momento en el cual se busca ponerle freno a la inflación.

En términos económicos, la restricción no sería significativa para los países afectados. Según la consultora Abeceb.com, las importaciones que se verían afectadas por la medida representaron en el primer trimestre unos 180 millones de dólares, 1,6 por ciento del total. De ese monto, 80 millones afectan a Brasil, el 2 por ciento de lo que se le compra al país vecino. Sin embargo, los funcionarios brasileños y europeos ya dejaron trascender, a modo de presión, que si Argentina formaliza algún tipo de restricción a las importaciones ellos responderán con la misma moneda. “Habrá reciprocidad”, adelantó el embajador portugués, Joaquín Ferreira Marquís, la semana pasada en el Congreso.

“En nuestras conversaciones con el Gobierno, incluso con la Secretaría de Comercio Interior, hemos pedido reflexión sobre este tema y un análisis más profundo”, enfatizó ayer Pérez Santiesteban. El empresario se mostró dispuesto a revisar caso por caso para evaluar posibles daños a la industria alimenticia local. “Si hay sectores locales que están perjudicados, veamos qué sector. El problema de tomar medidas generalistas es que suelen conducir a errores porque igualan cosas que son distintas. Hay muchos productos que no son caviar o delicatesen sino choclo, tomates, duraznos en almíbar, conservas de mar, de gran consumo, y que se importan porque la producción local no da abasto, en algunos casos ni a la mitad del consumo”, alertó.

En la reunión que Moreno mantuvo con el presidente de CIRA se mostró dispuesto a analizar caso por caso. Por eso, los empresarios se reunirán hoy para elaborar una propuesta que logre convencer al funcionario. El secretario de Comercio Interior se está moviendo con pies de plomo en este tema porque sabe que los eventuales beneficios de una restricción a las importaciones podrían quedar relativizados ante un escenario de disputa con los principales socios comerciales. Además, la pertenencia del país a la Organización Mundial del Comercio y la existencia del Arancel Externo Común del Mercosur limitan mucho la capacidad de hacer política comercial. Otra opción es avanzar con medidas paraarancelarias, como las licencias no automáticas de importación o los antidumping, pero Moreno hasta ahora siempre se mostró más propenso a coordinar políticas públicas “de palabra”.

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El objetivo oficial es mejorar el saldo de la balanza comercial y proteger a la industria local.
 
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