ECONOMíA › EL RECORD DE PRODUCCION TIENE COMO LIMITANTE UNA BAJA INTEGRACION DE PIEZAS NACIONALES

Claroscuros del boom automotor

La industria que más creció en 2010 presenta como puntos salientes la creación de puestos de trabajo y una proyección de fuertes inversiones y mayor expansión. La contracara es la persistencia de un déficit comercial del sector que ronda los 5000 millones de dólares.

 Por Cristian Carrillo

El boom del sector automotor de los últimos años tuvo un claro correlato en la creación de puestos de trabajo. La actividad detenta 80 mil empleos directos, más del doble que en 2002, según cifras del Ministerio de Industria. La mayoría –dos tercios del total– son puestos en empresas autopartistas, que emplean a 52.800 personas. Esa participación se fue incrementando a partir de un proceso de sustitución de importaciones, sobre todo de productos provenientes de Brasil. De todos modos, la integración de piezas locales en la producción de nuevos modelos todavía es reducida, lo que se verifica en el fuerte déficit comercial del sector. El año pasado cerró con un rojo en torno de los 5000 millones de dólares.

Desde sus inicios, el desarrollo de la industria automotriz estuvo condicionado por la ausencia de una estructura integral que permita independizarse de componentes de origen extranjero. El primer automóvil desarrollado en el país, en 1901, demandó un importante número de partes de origen europeo, y actualmente la participación de piezas locales sigue siendo poco significativa.

Hoy existen en el mundo sólo veinte países donde se diseñan y fabrican automotores, y la Argentina forma parte de ese selecto grupo. A pesar de los distintos programas oficiales que intentaron que la industria automotriz nacional no se circunscriba al mero ensamble de unidades, no logra el grado de complementariedad que tienen otros países. “Para las terminales es más eficiente tener menos integración local cuando la escala es pequeña, ya que no llegan a amortizar la maquinaria. Pero con una producción de más de 100 mil unidades por modelo, no contar con piezas locales es totalmente ineficiente para la marca”, explicó a este diario un estrecho colaborador del secretario de Industria, Eduardo Bianchi.

La integración de componentes locales asciende actualmente a 60 por ciento en el caso de vehículos de gran escala y con cierta maduración en el mercado. Estos componentes no son necesariamente producidos íntegramente en el país, pero en su mayoría son fabricados con piezas locales. Para modelos más nuevos, la participación es de 45 por ciento y en camiones y utilitarios no supera el 40 por ciento.

Desde las terminales insisten en que el principal inconveniente para lograr una mayor integración responde a cuestiones impositivas. “Por un lado está el tema de los reintegros acumulados y, por otro, las tasas que cobran algunos municipios”, justificó una fuente del sector. También señalan que existen reglamentaciones impositivas que incentivan a importar. Las piezas que las terminales compran a las autopartistas locales pagan ingresos brutos, mientras que las importadas están exentas del gravamen. Desde la cartera industrial reconocen la existencia de este problema, pero le adjudican una relevancia menor.

Las terminales desarrollan sus productos teniendo en cuenta las ventajas competitivas que le brinda cada uno de los países en los que operan. Conciben sus nuevos modelos a partir de esta lógica. Por eso el hecho de que se defina un país como plataforma para una nueva unidad no implica más piezas locales. La falta de integración tiene efectos además tanto en el balance comercial del sector como en la generación de puestos de trabajo.

Sin embargo, el Gobierno viene trabajando en este punto. A principios del año pasado, la Asociación de Fábricas de Componentes (AFAC) estimaba una producción de más de 700 mil unidades y un rojo comercial de 7000 millones de dólares. Finalmente el número de producción ascendió a 724 mil y el déficit fue apenas superior a los 5000 millones, similar al de 2008, pero con un nivel de producción significativamente superior. “Esto muestra que la tendencia es a sustituir importaciones. Mientras el déficit por unidad de producto caiga, significa que vamos por buen camino”, señaló la fuente de la cartera que conduce Débora Giorgi.

Para este año el sector prevé que las inversiones anunciadas durante la última parte de 2009 y 2010 de parte de las autopartistas comiencen a dar sus frutos. “Las inversiones en neumáticos que anunciaron Pirelli y Fate, por ejemplo, ahorrarán 250 millones de dólares en importación”, afirmaron desde Industria. Los anuncios sumaron 1800 millones de pesos el año pasado, entre los que se destacaron Fate, Pirelli, Denso, Faurecia, MA Automotive y Prestolite, entre otras. Además, a través del Programa de Financiamiento Productivo del Bicentenario se aprobaron proyectos por 41 millones de pesos. Se encuentran en evaluación otros 170 millones de pesos. A todo esto hay que agregar las inversiones de las terminales, algo más de 5000 millones de pesos para el trienio 2010-2012.

Estas inversiones permiten incrementar la dotación de personal en los diferentes eslabones de la actividad, pero sobre todo en las autopartistas. “Por cada puesto que se abre en una terminal, las fábricas de piezas generan dos”, afirmó un directivo de AFAC. Esto se intensificará en los próximos años, a medida que aumente la integración de partes, y frente a un sector que estima alcanzar en 2014 la cifra de un millón de vehículos producidos.

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La producción de la industria automotriz ascendió a 724 mil unidades el año pasado.
 
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