ECONOMíA › “PREFERIRíA QUE EN VEZ DE PEDIR MI REELECCIóN, NO PRESIONEN CREANDO TANTA CONFLICTIVIDAD”

Mensaje de Cristina, teléfono para Moyano

Sin nombre, refiriéndose en general a empresarios y sindicalistas, la jefa de Estado aludió a un panorama de disputas gremiales reclamando cautela. Volvió a elogiar los convenios por empresa para distribuir ganancias, a los que prefiere por sobre una ley.

“Yo preferiría que en lugar de apoyarme tanto pidiéndome para que sea presidenta, me apoyen de una manera más contundente sin necesidad de presiones o de hechos que crean demasiada conflictividad”, reclamó ayer Cristina Fernández de Kirchner a sindicalistas y empresarios. La mandataria enfatizó la necesidad de encontrar metodologías racionales para encauzar los reclamos laborales y la preservación de la demanda agregada a través de más inversión privada. Durante el anuncio de un hallazgo de petróleo por parte de YPF en Neuquén (ver páginas 10/11), la Presidenta propuso la inclusión en los convenios colectivos de trabajo de cláusulas que aseguren la participación de los asalariados en una parte de las ganancias empresarias. Ese mecanismo, que hoy sólo está vigente en el acuerdo entre la empresa Firestone y el sindicato del neumático, apunta en la dirección contraria a la iniciativa de la CGT, que pretende generalizar por ley la distribución de una porción de la rentabilidad.

Los “pedidos” de racionalidad y más inversiones que realizó CFK a trabajadores y empresarios estuvieron en sintonía con el guión de los encuentros que mantuvo la semana pasada con la CGT y la Unión Industrial y que ayer continuaron con la CAME. Pero lo que estuvo fuera del libreto fueron sus declaraciones sobre la distribución de las ganancias. “Me parece que el convenio colectivo de trabajo es un instrumento muy idóneo para poder discutir el tema por una razón muy sencilla: una ley es algo general, lo general no puede ser aplicado a todo el mundo y a todas las actividades económicas”, sentenció CFK, luego de referirse al caso de Bridgestone-Firestone, donde la rentabilidad de la empresa habilitó recientemente que los trabajadores cobren una remuneración adicional de 3924 pesos. Se trata de la única empresa del país donde el mecanismo está vigente y la cláusula está contemplada en el convenio colectivo de trabajo.

Las declaraciones de la Presidenta apuntan en la dirección contraria al proyecto de ley del diputado del FpV y asesor legal de la CGT, Héctor Recalde. Esa iniciativa pretende generalizar por ley a todos los sectores económicos el reparto del 10 por ciento de las ganancias existentes luego del ajuste impositivo de los balances de las empresas. Desde la central sindical no ocultaron su incomodidad ante las palabras de la mandataria. Ofrecían anoche un argumento simple: la posibilidad de incluir la distribución en los convenios colectivos está vigente para cualquier sindicato, pero sin embargo, después de ocho años de crecimiento y recuperación del mercado de trabajo, solamente un gremio y una empresa establecieron la práctica. A su vez, señalaban que en Chile, México, Perú y la Unión Europea la herramienta está incorporada en la legislación.

Por otro lado, recordaron que el proyecto de Recalde, al que se opone la UIA, contempla la creación de un consejo tripartito encargado de discutir los casos particulares, regular las excepciones en aquellos sectores que no estén en condiciones y establecer el piso mínimo a partir del cual se empieza a participar las ganancias, entre otros atributos.

“Distribución de ganancias o bono por productividad, el nombre es lo de menos, lo importante es que los trabajadores encuentren dónde encauzar sus demandas legítimas, pero que no afecten a aquellos sectores que ni siquiera tienen un trabajo”, sostuvo CFK. Sin embargo, desde la CGT explicaban anoche que existen diferencias significativas entre la participación en las ganancias, como figura en el proyecto de Recalde, y un bono por productividad.

Ese último caso presenta problemas para su medición y excluye las ganancias que pueden obtener las firmas por aumentos de precios, la revaluación de sus activos o un mejor posicionamiento de la marca que aumente las ventas. Al mismo tiempo, si la maquinaria de la empresa es obsoleta porque la firma no invierte, la productividad se verá limitada más allá de que los asalariados se esfuercen al máximo. Por eso, desde la CGT remarcaban anoche la importancia de avanzar por ley y que se trate de las ganancias empresarias y no la productividad.

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Cristina Fernández, en un discurso con destinatarios precisos. Un nuevo reclamo de “racionalidad”.
Imagen: DyN
 
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