ECONOMíA › INTENSA NEGOCIACIóN CON BRASIL PARA DESTRABAR EL CONFLICTO COMERCIAL

Gestión para alzar las barreras

Las negociaciones entre los ministros de Industria de ambos países son permanentes. El encuentro sería en Foz do Iguazú. Brasil admitiría una concesión para los autos argentinos, pero no escrita.

 Por Javier Lewkowicz

Los ministros de Industria de Argentina y Brasil, Débora Giorgi y Fernando Pimentel, respectivamente, negociaron ayer hasta última hora que se libere la entrada de vehículos fabricados por la industria local con destino al país vecino, algo que se concretaría próximamente. Sin embargo, la concesión de Brasil no será difundida abiertamente, porque ello supondría una violación a la normativa que impuso ese país a través de las licencias no automáticas de importación. Previo a la cumbre ministerial donde la tensión puede disiparse, tendrán lugar una serie de encuentros preparatorios. La ministra Giorgi junto al secretario de Industria, Eduardo Bianchi, se reunirán hoy con el embajador brasileño en Argentina, Enio Cordeiro. Allí acordarán un encuentro entre Bianchi y su par brasileño, Alessandro Teixeira, para apuntar los reclamos de ambas partes. Después llegaría la cumbre Giorgi-Pimentel. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, de buena sintonía con Pimentel, indicó que “se va a estudiar cómo atacar la burocracia que enfrentan los productos brasileños para ingresar en otros países”.

Durante las sucesivas comunicaciones telefónicas de ayer, el brasileño aceptó modificar la sede del encuentro de Brasilia a Foz do Iguazú, como le había solicitado Giorgi. “Puede ser en Foz, las cataratas están llenas en esta época”, ironizó luego, ante la prensa, Pimentel. Más duro, aclaró que “no podemos aceptar o formular condiciones previas para la conversación”. Se refiere al pedido de Giorgi para que levante las licencias que paralizaron las exportaciones de autos desde Argentina y que afectan a cerca de la mitad del comercio con el país vecino, que es el socio más importante. Ante la negativa, Giorgi luego le solicitó que, como mínimo, se liberen los vehículos varados en la frontera y que Brasil utilice un sistema administrado con “fast-track” para el sector automotor, es decir mantener las licencias no automáticas, pero que se liberen en un lapso menor al usual. Por ahora, Pimentel destrabaría la Aduana y adelantó que el encuentro con Giorgi sería la próxima semana.

El gobierno brasileño hizo suyo el reclamo de los industriales radicados en el estado de San Pablo, nucleados en poderosas cámaras patronales como la Federación de Industrias de San Pablo (Fiesp). De hecho, el presidente de la entidad y ex candidato a gobernador de San Pablo, Paulo Skaf, dijo días atrás que “ya era hora de responder a Argentina”. En relación a la supuesta traba comercial argentina, Pimentel sostuvo que “genera incomodidades y es un problema. Pero confío en la capacidad de negociación y no hay motivo para una guerra comercial o una ruptura con Argentina”.

Según Skaf, el 27,6 de las exportaciones de Brasil a Argentina “sufren alguna restricción”. Los industriales tienen reclamos en distintos frentes. Por un lado, argumentan que las nuevas licencias no automáticas de importación manejadas por el Ministerio de Industria que rigen desde fines de febrero no se están liberando antes de los 60 días, que son los plazos previstos por la Organización Mundial de Comercio (OMC). Tienen licencias el calzado, maquinaria agrícola y línea blanca, entre otros.

Además advierten que algunos productos cuya licencia se liberó y se embarcaron hacia la Argentina luego fueron detenidos en la Aduana. En el caso de productos perecederos, como alimentos, esta situación les resultó particularmente irritante. Algo similar sucedió al poder ingresar al país pero no recibir la autorización para circular en el mercado que otorga el certificado que emite el Instituto Nacional de Alimentos (INAL). Indican que se perdieron cinco millones de dólares en chocolates y caramelos y casi un millón de dólares en galletitas. Un importador argentino explicó a este diario que “hay electrodomésticos que están guardados en depósitos sin poder circular y alimentos varados en la frontera de marcas muy importantes, con mucha influencia en la Fiesp”.

El único sector donde la Argentina obtuvo ventaja en el comercio bilateral en los primeros cuatro meses del año es en vehículos terminados, ya que en 2010 se exportaron aproximadamente 370 mil unidades y se importaron 335 mil, lo que dio un superávit de 1200 millones de dólares. Más allá del perjuicio para la Argentina, la intención brasileña de regular el comercio automotor se enmarca en un fuerte déficit en ese sector del país vecino, que sólo en el primer cuatrimestre llegó a 1900 millones de dólares.

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Dilma Rousseff, presidenta de Brasil. Pleno respaldo a los paulistas.
 
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