ECONOMíA › SE EXTIENDE EL COLAPSO FINANCIERO DE LA EUROZONA, MIENTRAS SIGUE SIN SOLUCIóN EL DRAMA GRIEGO

En la crisis, le llegó el turno a Italia

Corrida especulativa contra Roma, ante las dudas generalizadas sobre la capacidad de la gestión de Berlusconi para afrontar sus próximos vencimientos de deuda. España, considerada la próxima en la fila, sintió el sacudón.

El epicentro de la crisis estructural de la Eurozona se trasladó ayer a Roma. Mientras los ministros de Finanzas de la Unión Europea discutían infructuosamente en Bruselas cómo enfrentar el capítulo griego de la crisis, las dudas sobre la capacidad de Italia para hacer frente a los vencimientos de deuda se convirtieron en una corrida especulativa contra la plaza financiera de ese país. España y el resto de las economías de la periferia continental también sintieron el sacudón. Las ventas de los bonos de deuda y acciones estuvieron seguidas por alzas en el riesgo país: las tasas de interés en esas economías alcanzaron sus máximos valores históricos en los últimos diez años. La cotización de la moneda europea cedió dos centavos frente a la moneda estadounidense para cerrar en 1,40 dólar y las principales Bolsas del mundo cerraron en rojo.

La deuda externa de Italia alcanza al 120 por ciento del PIB. Se trata de la segunda cifra más alta de la región después de Grecia. Las autoridades italianas respondieron a la incertidumbre financiera que comenzó el viernes y se profundizó ayer con un renovado compromiso para reducir su déficit presupuestario. El gobierno de Silvio Berlusconi anunció que el nuevo plan de “austeridad” por 62 mil millones de dólares hasta 2014, la segunda iniciativa de ajuste fiscal desde que estalló la crisis en Europa, será aprobado en tiempo record. Sin embargo, las declaraciones de los funcionarios italianos no lograron apaciguar las ventas especulativas, se amplió la prima de riesgo país y el comportamiento se reiteró en el resto de las Bolsas y mercados financieros regionales.

Así, los títulos de deuda a largo plazo de Italia y España se dispararon a sus niveles más altos desde la creación de la Zona Euro. Las tasas de interés de los bonos españoles a 10 años alcanzaron 6 por ciento, su máximo desde 1997, y los italianos 5,45 por ciento. El oro, el franco suizo y los bonos alemanes fueron el refugio más popular entre los colocadores que desarmaban sus inversiones en papeles de esos países. La Bolsa de Milán cayó 3,9 por ciento y la plaza española retrocedió 2,7 por ciento. El contagio se extendió al resto de las plazas bursátiles europeas: en Lisboa, la caída alcanzó a 4,3 por ciento; en París, el rojo alcanzó al 2,7 por ciento; en Frankfurt fue de 2,3 por ciento y en la city de Londres de uno por ciento.

Por su parte, las agencias calificadoras de riesgo, que la semana pasada degradaron la nota de la deuda portuguesa y advirtieron sobre un inminente default griego si prosperaba el plan de reestructuración propuesto por Francia y Alemania, ya advirtieron sobre una posible reducción en la ponderación de las obligaciones italianas.

“Los mercados financieros actúan irracionalmente y aumentan tanto el miedo como la posibilidad de una profecía autocumplida. Italia es demasiado grande para caer y las autoridades europeas están preocupadas. En la actualidad existe escaso sustento para quienes argumentan que las tasas de interés italianas pueden trepar lo suficiente como para poner en riesgo la solvencia del país”, sostuvo Mark Weisbrot, director del CEPR. No obstante, el economista norteamericano advierte que el hecho de que las autoridades europeas no puedan acordar cómo enfrentar el capítulo griego de la crisis “no inspira confianza en su capacidad para enfrentar una crisis más grande”.

Precisamente, los ministros de Finanzas de la Eurozona y los responsables del Banco Central Europeo no pudieron avanzar ayer en el rediseño del segundo plan de rescate para Grecia que contaría con participación de los acreedores privados. En cambio, los funcionarios anunciaron un indefinido conjunto de medidas con el objetivo de frenar un posible contagio de la crisis. “Los ministros están preparados para adoptar medidas adicionales que mejoren la capacidad sistémica de la Zona Euro de resistir el riesgo de contagio”, sostiene el comunicado publicado tras la reunión de ministros de Finanzas celebrada en Bruselas. Sin demasiadas precisiones, se comprometieron a la flexibilidad y alcance del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera para asistir a países con problemas de financiamiento, como aumentar los plazos de devolución y bajar los intereses aplicables a los préstamos de los países “rescatados” tales como Portugal, Irlanda y Grecia. Sin embargo, no explicaron cómo ni cuándo se abordarán estas medidas y sólo afirman que “se presentarán propuestas en breve”.

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Reacción de desconfianza hacia Italia en los mercados. El costo de la deuda llegó a máximos históricos.
Imagen: EFE
 
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