ECONOMíA › SARKOZY Y MERKEL RECLAMARON MáS AJUSTE Y ANTICIPARON UN IMPUESTO A LAS TRANSACCIONES FINANCIERAS

A puro gesto pensando en los mercados

La cumbre de París, de la cual estaba pendiente el mundo financiero, terminó con el impulso a la creación de un gobierno económico regional, la promesa de redoblar esfuerzos para reducir el déficit y el anuncio de un incierto impuesto al estilo de la Tasa Tobin.

 Por Eduardo Febbro

Desde París

Con un terreno minado por la crisis y el estancamiento de la economía europea, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, recibió ayer en el palacio presidencial a la canciller alemana, Angela Merkel. Ambos países son el pilar de la construcción europea, pero aparecen hoy como en parte responsables de los malos índices económicos. La economía francesa registró un crecimiento trimestral nulo mientras que Alemania frenó el suyo en un índice inédito desde la megacrisis de 2008-2009: 0,1 por ciento (ver aparte). Sarkozy y Merkel salieron a escena para atenuar la impaciencia de los mercados y pusieron sobre la mesa un paquete de medidas que apuntan a subsanar la crisis de la deuda que azota a Europa. Al cabo de la minicumbre celebrada en la capital francesa, ambos responsables propusieron la creación de un “gobierno económico de la Zona Euro”, el “gravamen a las transacciones financieras” y la adopción de una “regla de oro” sobre “los equilibrios presupuestarios”.

Ni Sarkozy ni Merkel incluyeron en sus planteos una de las medidas más esperadas por los inversores y defendidas incluso por algunos dirigentes socialistas: la emisión de eurobonos. Este método, con cuya creación se especulaba, hubiese permitido mutualizar la deuda de todos los países de la Zona Euro. Sin embargo, Sarkozy y Merkel descartaron esa eventualidad, que juzgaron prematura. En lo concreto, el presidente francés y la canciller alemana esbozaron en intenciones la existencia de un “gobierno económico de la Zona Euro” que estaría compuesto por una suerte de consejo de jefes de Estado, de un gobierno con una agenda de reuniones cada seis meses y un presidente que ocuparía su cargo durante un período de dos años y medio. Sarkozy y Merkel plantearon que el primer presidente fuera Van Rompuy, el actual presidente del Consejo Europeo.

La idea de aplicar una tasa sobre las transacciones financieras es ambigua. En la conferencia de prensa los dos dirigentes adelantaron que presentarán ese principio a las instancias europeas en septiembre próximo. No obstante, ninguno aclaró las modalidades de la medida. Una de las ideas que circulan sería algo parecido a la famosa tasa del economista James Tobin, cuyo principio consiste en gravar un porcentaje mínimo del movimiento internacional de capitales. Merkel dijo en París que la existencia de un impuesto semejante era “una necesidad evidente”.

Considerada durante muchos años por los responsables europeos como una propuesta romántica o idealista, la Tasa Tobin se fue imponiendo poco a poco al ritmo del asalto mundial perpetrado por los operadores financieros. En marzo pasado, el Parlamento Europeo votó a favor de la instauración de una tasa sobre el movimiento de capitales. Dicho gravamen permitiría recolectar 200 mil millones de euros, según cálculos preliminares. Por ahora, sin embargo, Sarkozy y Merkel se limitaron a someterla a las instancias del Viejo Continente sin indicar el porcentaje del impuesto ni a qué capitales se aplicaría.

Por último, París y Berlín van a reclamar a los diecisiete países de la Zona Euro la adopción de la “regla de oro” antes del verano europeo de 2012. Francia y Alemania anhelan que todos los países incluyan en sus respectivas constituciones el objetivo prioritario de reducir los déficit. Esa es la regla de oro.

Ninguno de los dos mandatarios sacó de la manga anuncios espectaculares, sino un ramo de gestos destinados a calmar los mercados con la lógica de los mercados. La situación europea es alarmante. La Oficina Europea de Estadísticas reveló los pobres índices de crecimiento de la Zona Euro: 0,2 por ciento en el segundo trimestre contra 0,8 del primero. España, Holanda, Italia y Portugal también atraviesan un período de crecimiento nefasto. Las economías que constituyen el pilar de la Zona Euro atraviesan una seria fase de estancamiento y ataques especulativos a gran escala. El futuro económico huele a recetas ya conocidas, a planes de ajuste y a ahorros drásticos en el gasto público. En una columna publicada ayer por el vespertino Le Monde y firmada por el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, el profesor escribe que “Europa y Estados Unidos están hoy confrontados con dificultades políticas excepcionales. Es difícil decir cuál de las dos situaciones es la peor”. Según Stiglitz, “los dirigentes europeos adoptaron medidas decisivas, pero los acontecimientos van más rápido que su ratificación y su puesta en práctica”. La conclusión global del Premio Nobel es desalentadora: “Ahora que el problema apareció en plena luz, una nueva certeza ha surgido: la de que, sean cuales fueren las medidas adoptadas, las cosas van a empeorar. Un letargo prolongado aparece en adelante como un escenario optimista”.

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Angela Merkel, canciller alemana, y Nicolas Sarkozy, presidente francés, tras la cumbre en París.
Imagen: EFE
 
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