A Hermes Binner se lo ve descontracturado y de buen humor. Todavía usa la corbata roja que lo acompañó en sus recorridas de campaña. “Hay título”, sonríe después de una de sus frases. Antes de retornar a Santa Fe, el gobernador socialista conversó con Página/12 sobre las primarias en las que el Frente Amplio Progresista (FAP) obtuvo un 10,26 por ciento en su primera experiencia a nivel nacional. “Los vamos a pasar a Alfonsín y a Duhalde”, se envalentona el candidato a presidente. En cambio, con respecto a alcanzar a Cristina Fernández de Kirchner, dice que “creemos en la realidad y no en magias”. “Pino Solanas ha tomado un camino equivocado”, le responde a las críticas que recibió de su ex aliado de Proyecto Sur.

–Cristina ha ganado con el 50 por ciento de los votos, con lo cual estamos hablando de la mitad del país. Y también hay otra mitad que está, por supuesto, fragmentada en muchos espacios. La gente cada vez más vota con su corazón, con su conciencia, y esto explica por qué hay cambios tan abruptos de acuerdo con las categorías. El ejemplo más claro es lo que pasó en la ciudad de Buenos Aires, con las peleas interminables entre el gobierno nacional y el gobierno porteño. Macri gana la elección local y, a los pocos días, Cristina gana la nacional y arrasa con todo. Esto marca la complejidad que vivimos y que también se ha vivido en Córdoba, en Santa Fe...

–No, también ganamos la provincia de Santa Fe.

–No, está segunda. Le voy a explicar por qué: nosotros ganamos la elección no como Partido Socialista ni como FAP. Ganamos las elecciones allí como Frente Progresista, que en su composición tienen diputados del ARI, de la UCR y de otros partidos. Esto está dentro del 42 por ciento. Fue 42 a 37. Cuando vas separado, pasa lo que pasa.

–No, es parte de la realidad. Carrió no quiso seguir con nosotros, Alfonsín prefirió ir con De Narváez, Pino un día decidió que quería ir solo. Bueno...

–Hay que preguntarles a ellos.

–Bueno, claro, lo que pasa es que nosotros queremos tener una coalición de partidos que tenga una propuesta pensando en las futuras generaciones y no en las próximas elecciones, como dice (el ex presidente chileno) Ricardo Lagos. Eso es lo que estamos haciendo. En el FAP tenemos un programa que nos une, tenemos valores de solidaridad, participación y transparencia y, en tercer lugar, tenemos experiencia de gobierno, legislativa, sindical, social. Por eso están Víctor De Gennaro, Margarita Stolbizer, Humberto Tumini.

–Es lo que pasa en Santa Fe. Hace 18 años que trabajamos juntos.

–Bueno, me parece bien. Pero tenemos que mirar para atrás para no repetir los errores.

–(Suspira.) Estamos hablando de cosas distintas, ¿no? Me habla de medio país que está decidiendo por un lugar y nosotros estamos hablando de un 10 por ciento del país. Creemos en la realidad más que en magias.

–Es necesario. Ese es el lugar natural. Pero también planteamos que es necesario el diálogo entre los distintos gobiernos ejecutivos. Por eso hablamos de nacionalizar el gobierno.

–Concordamos totalmente. En esencia, habría que pedirles la misma reciprocidad a los inversores extranjeros para comprar tierras.

–Sí, los vamos a pasar. Pero le hubiera contestado lo mismo si estuviéramos dos puntos arriba.

–Bueno, es una provincia muy difícil. A todos nos faltó, no es justo focalizar ahí.

–Hoy tuvimos una reunión y nos planteamos la necesidad de hablar con todos los sectores y, con más tiempo, transmitir las ideas que tenemos.

–El FAP está abierto a incluir sectores que convengan con nuestro programa. Vamos a dialogar con todos y no vamos a diluirnos.

–No. No recuerdo eso. Nunca llegó a mis oídos.

–(Se encoge de hombros.) Bueno, no sé... Yo lo estimo mucho a Pino. Y lo comprendo, pero creo que ha tomado un camino equivocado. Porque él un día dijo: “No, vamos a ir por separado”.

–No quisiera hacer ninguna interpretación, pero a mí lo que me llama la atención es que, después de que tomó la decisión de no participar del FAP, hicimos el acto constitutivo, donde él asistió. Y luego tuvo la presentación él con Alcira Argumedo y fuimos nosotros a ese acto, sabiendo que estaban ya definidas las alianzas y no había marcha atrás. Lo hicimos por buena onda.