ECONOMíA › SE NORMALIZAN LAS COMPRAS POR INTERNET

Un conflicto de libro

Las trabas fueron por una errónea interpretación de la nueva normativa de las empresas de correo. En el primer bimestre la importación de libros aumentó 6 por ciento.

La compra de libros que realizan particulares a través de Internet o las pequeñas muestras que adquieren editoriales se normalizará en los próximos días, según ordenó el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y confirmaron fuentes de la Aduana a Página/12. La dificultad para adquirir libros a través de esas vías responde a una errónea interpretación de la nueva normativa que realizaron las empresas de correo, que estarían volviendo a operar como usualmente lo hacen, es decir, con el servicio de “puerta a puerta”, explicaron desde la AFIP. Según datos oficiales a los que tuvo acceso este diario, la importación de libros en el primer bimestre de 2012 llegó a casi 25 millones de dólares, un aumento del 6 por ciento interanual. Fuentes del sector subrayan que la explosión mediática del tema está vinculada con que el Grupo Clarín adquirió recientemente la cadena de librerías Cúspide, representante de las más importantes editoriales extranjeras que operan en el país.

Luego de que circularan versiones de un supuesto “cierre absoluto” de la Aduana, a partir de declaraciones de Héctor Di Marco, titular de la Cámara de Publicaciones, ayer la propia entidad empresaria se desdijo, al tiempo que Miguel Ponce, de la Cámara de Importadores, también negó que haya irregularidades. Di Marco había indicado que en función del relato de un despachante de Aduana, “están trabadas las importaciones en todas las aduanas del país, no solamente de libros, sino toda la mercadería. Hasta ayer, no había problemas. Recibíamos todas las partidas de forma normal, salvo los couriers –el servicio de correo–”. Consultado por este diario, Ponce resaltó que “no tenemos ninguna información que refleje una situación anormal en Aduana”. “No tengo información para dar, se tergiversaron las cosas”, se limitó a explicar a Página/12 Di Marco.

Según datos de la Aduana, la importación de libros en el primer bimestre del año fue de 24,8 millones de dólares, un 6 por ciento por encima de los 23,5 millones que registró en el mismo período de 2011. En esa línea, el presidente de la Cámara Argentina del Libro, Isaac Rubinzal, aseguró que “no se puede plantear que estén faltando libros, porque no es cierto. Hay algunas complicaciones con las importaciones que se hacen por debajo de los mil dólares o menos de 50 kilos de mercadería, lo demás tiene su ingreso normal con declaración jurada”.

Las complicaciones en el mercado del libro se suscriben al trámite costoso y complejo que los particulares deben realizar para adquirir libros del exterior, así como también las empresas que compran pequeñas cantidades para muestreo. La empresa de correo DHL, la más importante del mercado, en lugar de enviar el libro hasta el domicilio del comprador, requiere ahora que se le pague 60 dólares para otorgar un comprobante con el cual la persona debe dirigirse a Ezeiza, donde puede retirar su compra luego de abonar un costo por “almacenaje y manipuleo”. Eso encarece mucho la adquisición de publicaciones científicas o de arte muy específicas.

En función de esta situación de alto costo político y nulo beneficio en términos de divisas, Guillermo Moreno ayer pidió a las empresas de correo, que operan en estos casos, que vuelvan a manejarse como antes, es decir, con el servicio “puerta a puerta”. Fuentes de la Aduana confirmaron esa información y adelantaron que “en las próximas horas el funcionamiento debería normalizarse. Hubo una malinterpretación de parte de las empresas. Ahora la situación está totalmente subsanada”.

Empresarios del sector relatan que el gran impacto mediático de la administración de comercio en el negocio del libro guarda relación con la adquisición, en octubre del año pasado, de la cadena de librerías Cúspide por parte de Clarín, por la cual pagó 6,5 millones de pesos. Cúspide tiene un peso relevante en el segmento minorista y a la vez es un importante mayorista, que representa a editoriales extranjeras como Omega, Paraninfo, Grupo Anaya, McGraw-Hill, Alfaomega, Limusa Trillas y Microsoft Pres. El Gobierno obliga, justamente desde octubre del año pasado, a las empresas que compensen sus importaciones con exportaciones.

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La explosión mediática por los libros se vincularía con que Clarín es dueño de Cúspide, dicen en el sector.
 
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