ECONOMíA › LA INFLACION MINORISTA DE JULIO MARCO UNA SUBA DEL 0,4 POR CIENTO

Los puchos empujaron al índice

El aumento de casi el 20 por ciento en los cigarrillos más la suba estacional del rubro Esparcimiento por las vacaciones de invierno explican el regreso de la inflación luego de dos meses de deflación.

 Por Claudio Scaletta

De acuerdo con los datos del INdEC los precios minoristas de julio registraron una suba del 0,4 por ciento. Sin embargo, sería un error considerar que la tenue deflación insinuada en el primer trimestre del año y afirmada en el segundo se tomó un respiro. Las pequeñas remarcaciones de julio no respondieron a la esperada expansión de la demanda –recuperación difícil en un contexto de ingresos congelados para el grueso de la población–, sino a la evolución estacional del rubro Esparcimiento y a la fuerte suba, de casi el 20 por ciento, en los precios de los cigarrillos. Si el análisis se concentra en el comportamiento de los precios de los productos de consumo masivo la continuidad de la deflación se torna evidente.
Los números del INdEC mostraron que la mayoría de los rubros que integran la canasta utilizada para construir el Indice de Precios al Consumidor (IPC) del Gran Buenos Aires tuvieron una evolución estable, como es el caso de Alimentos y bebidas, Vivienda y servicios básicos y Transporte y comunicaciones, o negativa, como Indumentaria, que cayó el 2,1 por ciento (por el fin de temporada) o Equipamiento y mantenimiento del hogar, que bajó el 0,2 por ciento como resultado de la caída de la demanda.
Los únicos rubros que mostraron un marcado ascenso fueron Esparcimiento, exclusivamente debido a la mayor demanda estacional de las vacaciones de invierno, y Otros bienes y servicios, que creció un 4,6 por ciento impulsado por el fuerte incremento del 19,5 por ciento en el valor de los cigarrillos. En otras palabras, la suba inducida al IPC por estos rubros no responde a un fenómeno de cambio de tendencia en el comportamiento de la demanda, sino a factores meramente coyunturales (las vacaciones de invierno) o extraordinarios (la suba de los cigarrillos).
Cuando se abandona la comparación julio vs. junio para considerar los primeros siete meses del año se puede observar que incluso algunos rubros de consumo masivo que en 2002 prácticamente habían dolarizado sus precios, debieron comenzar a ceder posiciones. Los casos más representativos fueron el pan francés, que retrocedió el 2,6 por ciento, la harina, que bajó el 11,9 por ciento o el aceite mezcla que cayó el 12,1 por ciento. Estas bajas son importantes en términos muestrales, porque reflejan que la contracción de la demanda fue lo suficientemente potente como para romper un comportamiento típico de estructuras de mercado monopólicas: la inflexibilidad a la baja de precios ya convalidados.
En cuanto al comportamiento de los precios del conjunto de los bienes de consumo masivo, una investigación de la consultora de mercado ACNielsen, también difundida ayer, mostró una deflación del 0,5 por ciento en el mes. Con esta baja, la cuarta consecutiva desde marzo, los precios de julio volvieron a los niveles de enero de este año. No obstante, siguen manteniéndose un 78 por ciento por encima de los niveles existentes al momento de la devaluación. Cabe destacar que, a diferencia de los datos del IPC que corresponden al área metropolitana de Capital Federal y Gran Buenos Aires (GBA), los precios relevados por ACNielsen son medidos en 258 bocas de supermercados de todo el país y corresponden a 184 ítem de primeras marcas correspondientes a alimentos, bebidas, limpieza y cosmética y tocador.
Para la consultora, cuyos clientes mayoritarios son las principales cadenas de supermercados de todo el país (lo que debe tenerse en cuenta a la hora de evaluar sus conclusiones), en el comportamiento de los precios fue relevante la estabilidad de la moneda estadounidense. Esto significa que agosto será un mes clave para observar el contrapunto entre la suba del dólar (en caso de que el salto de casi 20 centavos por unidad se mantenga) y el estancamiento de la demanda. Para ACNielsen otro de los factores que contribuyeron a la baja de precios fueron “las acciones de los fabricantes para reducir los costos de producción y como consecuencia llegar con un precio más bajo a los consumidores”.

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Los ingresos siguen muertos como esos cigarrillos de contrabando.
 
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