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La rueda del caso Kelly no para de girar. Ahora el gobierno británico admitió que un alto funcionario calificó al doctor David Kelly de “fantasioso personaje” en conversaciones off the record con periodistas de cara a la investigación judicial de lord James Brian Hutton sobre la muerte del científico. Uno de los dos portavoces del primer ministro Tony Blair, que para variar se llama Kelly, no David sino Tom, pidió disculpas a la familia por sus comentarios. “Siento profundamente que lo que yo pensé que fue una conversación privada con un periodista ha contribuido a generar más polémica”, señaló el portavoz de Blair.
En vísperas del funeral del doctor Kelly, la admisión desató una condena casi unánime de los políticos que aún no se fueron de vacaciones. A la cabeza, se encontró la actriz y actual diputada laborista Glenda Jackson. “Estos comentarios son aborrecibles, obscenos. Tom Kelly debería renunciar inmediatamente. Con este tipo de campaña difamatoria lo que el gobierno está tratando de hacer es convertir a la víctima en el culpable”, dijo Jackson. Menzies Campbell, portavoz de asuntos exteriores del opositor partido Liberal Demócrata Menzies Campbell también exigió la renuncia del portavoz de Blair. “La posición de Tom Kelly es insostenible. La credibilidad del primer ministro Tony Blair está en juego”, indicó Campbell.
La primera reacción del gobierno fue también de condena. El viceprimer ministro John Prescott, que está a cargo del gobierno mientras Tony Blair disfruta de sus vacaciones en Barbados, advirtió a los funcionarios que este tipo de comentarios era inaceptable. “Confío en que nadie en el gobierno hará ningún tipo de comentario sobre el doctor Kelly en un momento tan delicado, antes de su funeral, y mientras la investigación de lord Hutton está en marcha”, dijo en un comunicado Prescott. Posteriormente, el mismo funcionario pidió disculpas a la familia de Kelly.
No cabe duda que la noticia habrá hecho respingar al primer ministro de su reposera en la playa de Barbados. Es difícil que el pedido de disculpas de su portavoz acalle el escándalo. Si el sol no ha obnubilado los reflejos políticos del primer ministro, la cabeza de Kelly –Tom, no David; el portavoz de Blair, no el científico– tendrá que rodar antes que el tema se convierta en una nueva bola de nieve.
El escándalo se desató el lunes cuando el The Independent publicó en su portada las declaraciones de un “alto funcionario” que acusaba a David Kelly (el científico) de ser un “fantasioso” que exageró en sus contactos secretos con la BBC su papel en la preparación de los dossiers de inteligencia gubernamentales sobre Irak. La “alta fuente” comparó a Kelly con un popular personaje británico de una novela de James Thurby, Walter Mitty, llevada al cine en 1947. Según esta versión, el Dr. Kelly engañó al periodista de la BBC Andrew Gilligan con sus afirmaciones de que el gobierno había agregado datos a último momento para hacer más “sexy” su informe de septiembre pasado sobre las armas de destrucción masiva de Irak.
Pero Blair todavía tiene resto: una encuesta conocida ayer le adjudica un 34 por ciento de popularidad, contra un 32 por ciento de los conservadores. En realidad, tanto uno como los otros bajaron, beneficiando a los Liberal-Demócratas, que se alzan ahora con un 25 por ciento sin precedentes..