Hasta 2009, Daniel Arroyo formó parte del kirchnerismo, primero como viceministro de Desarrollo Social de la Nación (2003/2007) y luego titular de la misma área en el gabinete bonaerense (2007/2009).

–Creo que el primer kirchnerismo, hasta 2009, fue desarrollista productivista, iba hacia el fifty-fifty que decía Néstor Kirchner, en la distribución pareja del ingreso entre el capital y el trabajo. En esos años logró un alto nivel de crecimiento económico, la recuperación del empleo y reconstruir la clase media con fuerte intervención del Estado. En 2009, después de “la crisis del campo”, aparece un segundo kirchnerismo, que calificaría de “progresista”, que pone en el eje en lo cultural, los derechos civiles, de las minorías, pero deja de atender lo económico. A mi entender, es en la etapa en que se genera la confrontación entre “nosotros” y “los otros”. Y en 2011, con la reelección de Cristina surge el tercer kirchnerismo, el “refundacional2, con definiciones más duras, confrontativas en lo económico, pero con muchos problemas de gestión. Creo que en esta etapa se fue perdiendo el punto de equilibrio entre las políticas sociales y económicas, y el gobierno se complica en materia económica. Así y todo, le reconozco que nunca dejó de tener una fuerte mirada en los más pobres. Gracias a esas políticas, ocho millones de personas pasaron a recibir alguna remuneración por reconocimiento de derechos, a la que antes no accedían.

Pero creo que ese modelo está agotado. Lo que me fue alejando es la problemática que tiene que ver con esa ancha avenida del medio, donde están todos aquellos que no son los más pobres ni la clase alta. Son las políticas de desarrollo económico y social, la articulación entre Estado y mercado, el empalme entre planes sociales y trabajo lo que faltó. Y lo que se necesita.

–No, ninguna. Cambiemos no es el cambio justo, es el cambio de régimen, se va para el otro lado. Al kirchnerismo le creo la buena voluntad en lo social, pero lo que está haciendo Cambiemos en lo social es una vuelta atrás, una vuelta al pasado.