“El sistema de reparto recuperó legitimidad social”, evaluó el titular de Anses, Claudio Moroni, al trazar un balance del período de opción jubilatoria que cerró el martes pasado. Tal como anticipó Página/12, salieron de las AFJP para pasar al Estado 1.263.478 personas. Sin embargo, el número definitivo será mayor, debido a que las empresas postales que recibieron las solicitudes aún tienen formularios por procesar. Moroni estimó que la cifra final se acercará a 1,3 millón. En un reportaje con este diario, el funcionario reveló que el organismo de la seguridad social acumula un fondo de 18.000 millones de pesos para garantizar las prestaciones futuras. Dio por descontado nuevos aumentos de jubilaciones en 2008, pero sostuvo que tendrán que ser “responsables y coherentes con el resto de las políticas” (ver aparte). Y anunció que el revitalizado sistema público utilizará parte del superávit para invertir en proyectos de infraestructura.

La incorporación de más de 1,2 millón de afiliados al régimen de reparto, provenientes de las AFJP, dará mayor solidez a la caja previsional de la Nación. El aumento de la masa salarial de los últimos años por la caída de la desocupación y la retracción del empleo en negro –aún en niveles muy elevados– mejoró considerablemente las cuentas de la Anses, al punto de que hoy es el organismo con mayor superávit en el Estado. Moroni precisó que la participación del gasto en jubilaciones creció a 7,5 puntos del PIB en 2007 y está previsto que sea de 7,4 este año, recuperando terreno después de haber caído a un mínimo de 4,7 en 2005 y de haber promediado 6,4 puntos durante la convertibilidad.

De los nuevos inscriptos en reparto, todavía no se conoce con exactitud cuántos son aportantes regulares –trabajadores en blanco– ni cuál es su nivel salarial. Moroni indicó que maneja una estimación preliminar con un 70 por ciento de traspasos de aportantes regulares. “El régimen de reparto recuperó legitimidad social. Pasamos de un sistema que era casi indignante porque pagaba jubilaciones de 150 pesos a otro que participa activamente de la redistribución del ingreso”, juzgó el director de Anses.

El excedente de recaudación de la seguridad social está yendo a un fondo de sustentabilidad que ya reúne 18.000 millones de pesos. “La meta es llegar a 45.000 millones, equivalente a un año entero de prestaciones”, destacó Moroni, quien admitió que existe un retraso de varios meses en la constitución de la comisión administradora de esos recursos, integrada por funcionarios del Ministerio de Economía y de Anses, pero prometió que empezará a funcionar a fines de febrero.

En ese cuerpo se decidirá el menú de inversiones de los fondos. Moroni reveló que el Gobierno prevé invertir más del 5 por ciento de esos recursos “en la llamada economía real”. “Estamos resolviendo que las inversiones en infraestructura superen el 5 por ciento del total del dinero acumulado. Sería un porcentaje mayor a los 5 puntos que están obligadas a invertir las AFJP”, señaló. “Le vamos a pedir a Economía que califique los proyectos, porque la plata de los jubilados hay que manejarla con mucha seriedad, no podemos invertir en cualquier aventura”, sentenció.

–¿Habrá una nueva moratoria para los que no pudieron jubilarse? –preguntó Página/12.

–No lo tenemos proyectado. La incorporación ya fue muy fuerte, de 1,6 millón de personas, con lo que pasamos de una cobertura previsional del 30 por ciento a otra del 70. Es un nivel razonable para un país como la Argentina. Quedó claro en el último tiempo que el Estado nunca dejará de atender las situaciones de falta de cobertura. De un modo u otro, el Estado siempre está.

–Si el Estado tiene que cumplir una función social, ¿es lógico que exista un sistema como el de AFJP que le compita y le saque trabajadores de mayores aportes?

–Es un debate teórico interesante, pero no es para mí. Argentina había decidido en los ‘90 diseñar un modelo previsional que tendía a la capitalización pura, con un sistema de reparto residual. Ahora, con la cantidad de gente que eligió volver al Estado tenemos un sistema mixto razonable. Es el sistema posible en función de la historia.

–Hay muchas quejas contra Anses por las demoras en la tramitación de jubilaciones.

–Hay trámites simples y otros más complejos. Los de la moratoria eran sencillos, por eso salían rápido. No se discriminaron unos trámites en favor de otros. Las demoras fueron porque Anses estaba acostumbrada a trabajar con 250 mil o 300 mil trámites al año, y en 2007 tuvimos 1,7 millón. Eso administrativamente genera complicaciones.

–¿Qué se va a hacer?

–Este año las demoras se van a acotar bastante, porque ya vamos a estar más liberados. Además, vamos a abrir múltiples lugares de atención al público para resolver trámites sencillez. Detectamos que el 45 por ciento de los trámites en nuestras oficinas son de personas que piden orientación, vienen a preguntar cosas. Vamos a trabajar con organizaciones sociales y con entidades privadas para que presten ese servicio, que estamos dispuestos a remunerarlo.

–También hubo quejas de algunas personas contra la moratoria con el argumento de que ellos aportaron toda la vida mientras otros se jubilan sin haber aportado.

–Primero hay que aclarar que las personas que accedieron a la inclusión previsional están pagando su moratoria. Otro punto es que hace muchos años que el sistema de reparto se financia con aportes y también con impuestos. El 50 por ciento de los recursos provienen de impuestos. Muchos de los que entraron en la moratoria estuvieron financiando el sistema al pagar el IVA y otros tributos.