EL MUNDO › SIETE POLICIAS HERIDOS EN LA SEDE PARTIDARIA

LA ETA golpeó al PSOE

En el primer atentado desde el comienzo del segundo mandato de Zapatero, el grupo terrorista vasco dejó en claro que el Partido Socialista sigue siendo un blanco.

 Por Oscar Guisoni

Desde Madrid

Cinco kilos de explosivos frente a una sede del Partido Socialista del País Vasco le sirvieron ayer a ETA para dejarle en claro al nuevo gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que el PSOE es un principal objetivo en estos momentos. En su último comunicado la banda terrorista vasca había advertido a los militantes socialistas de que no pensaba quedarse “de brazos cruzados mientras ve cómo se tortura, se detiene, se condena de por vida o se ilegalizan partidos con total impunidad”. La explosión ocurrida ayer por la madrugada hirió de levedad a siete agentes de la policía autónoma vasca y provocó graves destrozos en una sede del PSOE ubicada en la ciudad de Bilbao.

El primer atentado de los separatistas vascos desde que Rodríguez Zapatero asumió la pasada semana su segundo mandato como presidente de gobierno viene a confirmar la hipótesis de que ETA ha decidido golpear al partido oficialista con los escasos medios de los que aún dispone, después de los duros golpes que ha sufrido la organización terrorista durante los últimos meses a manos de las fuerzas de seguridad del Estado. El atentado fue condenado por la totalidad del arco político español, a excepción de Alianza Nacionalista Vasca y el Partido Comunista de las Tierras Vascas, las dos formaciones que ETA utiliza para estar presente en la vida política de la región. El Partido Popular condenó también el ataque en un tono acorde con la disposición que mostró durante el debate de investidura Mariano Rajoy, de apoyar durante este período al gobierno socialista para que “siga combatiendo a los terroristas hasta su derrota final”. El PP se había distanciado de la política antiterrorista del gobierno durante la pasada legislatura y ahora parece estar dispuesto a no dejarlo solo a Zapatero ante la amenaza terrorista, una vez que el líder socialista ha despejado todas las dudas acerca de la imposibilidad de que se vuelva a intentar negociar con la banda un final dialogado de la lucha armada.

El ataque a la sede del Partido Socialista vasco se produce también en un momento político muy especial en el País Vasco. El PSOE acaba de concertar con el Partido Nacionalista Vasco la puesta en marcha de mociones de censura en los Ayuntamientos gobernados actualmente por ANV y PCTV, para dejar a los separatistas sin la administración de los recursos del Estado en las municipalidades, en las que lograron el control por mayoría simple en las elecciones municipales de hace un año. En el sistema de gobierno municipal español, de carácter parlamentarista, son los concejos deliberantes los que eligen a los intendentes y si nadie obtiene la mayoría absoluta gobierna quien tiene la mayoría simple. En muchos pueblos y ciudades del interior del País Vasco los partidos que representan a ETA logran controlar los municipios, porque la oposición se encuentra dividida o, como sucede en muchos casos, porque el miedo impide al resto de las formaciones políticas juntarse para impedir que ANV o el PCTV gobiernen.

El clima de acuerdo en ciernes que caracteriza las relaciones durante estas semanas entre el Partido Socialista y los nacionalistas del PVN que gobiernan en Bilbao ha logrado que ambas agrupaciones se pongan de acuerdo para desalojar a los partidos pro etarras de algunas alcaldías importantes, como la de Mondragón, gobernada por ANV, en la que ETA asesinó dos días antes de las elecciones del 9 de marzo pasado al ex concejal socialista Isaías Carrasco. Este acuerdo histórico entre PNV y PSOE pone a ETA contra las cuerdas, acentuando su aislamiento político y quitándole parte del apoyo logístico que le brindan estas organizaciones. Además, la ofensiva del gobierno socialista contra la banda no sólo pasa en estos momentos por la política de acercamiento de Zapatero a los nacionalistas vascos, sino que tiene también su proseguimiento en el ámbito judicial, donde la fiscalía no deja escapar una oportunidad para demostrar que ANV y el PCTV son partidos títere de los separatistas y, por lo tanto, no pueden permanecer dentro del marco de la legalidad democrática. El círculo de ahogo a la banda lo cierra la política de acoso permanente que mantienen las fuerzas de seguridad del Estado gracias a la impecable labor de Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del Ministerio del Interior. Son muchas las razones entonces para que ayer nadie se sorprendiera de que ETA haya vuelto a atacar a los socialistas en un atentado que, más que una posición de fuerza, parece acentuar la debilidad cada vez mayor que afecta a uno de los últimos grupos armados que quedan activos en el Viejo Continente.

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La bomba de la ETA destrozó el local del PSOE en Bilbao.
Imagen: AFP
 
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