Un día después del sexto aniversario de la caída del gobierno de Saddam Hussein, cinco soldados estadounidenses y seis iraquíes murieron en cuatro atentados. El más grande tuvo como objetivo la base conjunta que mantienen el ejército norteamericano y la policía iraquí en las afueras de la ciudad de Mosul, en el norte del país. Según un vocero de las fuerzas extranjeras, un camión manejado por un atacante suicida y lleno de explosivos se estrelló unos metros antes de llegar a la entrada de la base, provocando una bola de fuego y humo negro gigante, que se divisó a kilómetros de distancia. Al menos 60 policías iraquíes y un soldado norteamericano resultaron heridos.

Hace menos de dos semanas, un atentado similar había reducido a escombros una comisaría en el centro de Mosul. Esa ciudad es la capital de la provincia de Nínive y una de las urbes con más diversidad étnica del norte iraquí –entre sus 1,5 millón de habitantes se mezclan sunnitas, chiítas, cristianos y kurdos–. Según reconoció la semana pasada el comando militar estadounidense, esta región se convirtió en uno de los últimos bastiones de Al Qaida en Irak desde la ofensiva en 2007, que los expulsó de gran parte de los barrios de Bagdad. El atentado de ayer contra la base militar fue el ataque más duro contra fuerzas norteamericanas desde marzo del año pasado.

Desde mayo de 2008, el ejército iraquí viene liderando en esta zona una gran ofensiva, pero los atentados siguen causando víctimas. El nivel de la violencia disminuyó en los últimos meses en el país, cayendo a su nivel más bajo desde los primeros meses de la invasión norteamericana, en marzo de 2003. Sin embargo, varios atentados en marzo y comienzos de abril, sobre todo en Bagdad, reavivaron los temores de un incremento de la violencia en momentos en que los 140 mil militares estadounidenses comienzan a retirarse del país.

Ayer, la provincia del nordeste Diyala también fue golpeada por una serie de atentados. En el primer ataque, un hombre golpeó sin querer un explosivo que estaba escondido a la vera de la calle. En la explosión murieron dos personas y otras 15 resultaron heridas. A unos kilómetros de allí, en la localidad de Balad Ruz, una moto con un atacante suicida irrumpió en el festejo de una boda y se inmoló. El saldo fue de un muerto y seis heridos.

Cerca de allí, un hombre no identificado colocó una bomba debajo de un asiento en un colectivo, que explotó en pleno recorrido. Una de las pasajeras murió en el acto y otras cuatro están graves en el hospital.