EL MUNDO

Un poco más de Cardoso para que todos puedan celebrar con Lula

El PT demandó un aplazamiento de la toma de posesión por Lula para que muchos presidentes puedan asistir.
Cardoso se negó.

La fecha de toma de mando del presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva levantó ayer una inesperada polémica: estipulada constitucionalmente para el 1º de enero, el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula busca aplazarla para el día 6, de modo de “alcanzar una representatividad a la altura de la importancia internacional de Brasil”, sin relación con “la presencia de uno u otro jefe de Estado en particular”. Con eso el PT desmintió que se desee favorecer la presencia de Fidel Castro, según había divulgado el diario Folha de S. Paulo. Pero el presidente Fernando Henrique Cardoso ya manifestó su oposición y rechazó la sugerencia del primer secretario del Senado, Carlos Wilson, para que deje el poder el 31 de diciembre –tal como prevé la Carta Magna– y entregue el gobierno al presidente del Congreso, Ramez Tebet, quien el 6 pasaría la banda presidencial a Da Silva. A pesar de la negativa de Cardoso, la Cámara de Diputados de Brasil ya designó una comisión para estudiar la posibilidad de un aplazamiento.
La clave del asunto es que la realización de la ceremonia en el primer día del nuevo año dificulta la presencia de los gobernantes internacionales. La iniciativa de postergación desde el Congreso fue presentada por los presidentes de la Cámara baja, Aecio Neves, y del Senado federal, Ramez Tebet, quienes se disponen a intentar aprobar una enmienda constitucional. Tebet señaló que “no podemos perder la oportunidad de hacer una gran posesión”, mientras que sobre la posición de Cardoso dijo que “si él no se quiere quedar, que no se quede, porque siempre existe una sucesión normal que se da, por ejemplo cuando él viaja al exterior”. El presidente del PT, José Dirceu, se reunió con Tebet en busca de alternativas que no impliquen una reforma constitucional. Así, los dirigentes petistas barajan algunos recursos legales en vista de la oposición de Cardoso. Una de las alternativas sería que el presidente del Senado asuma interinamente la presidencia hasta el 6 de enero, con lo que se lograría la presencia de un mayor número de jefes de Estado en la ceremonia.
En una nota divulgada ayer por el vocero del PT, André Singer, Lula desmintió la información difundida por algunos medios, que aludieron, como el diario local Folha de S. Paulo, que la presencia del jefe de gobierno cubano era la razón de mayor peso para el pedido de cambio de fecha. “El 1º de enero es muy especial para Castro y para los cubanos, que conmemoran el triunfo de la Revolución que terminó con el régimen de Fulgencio Batista”, rememoró el periódico. Mientras tanto, y de cara al futuro gobierno, el PT confirmó el primer encuentro con el FMI para principios de la semana próxima, en lo que será un hecho inédito para una agrupación de izquierda que en el pasado defendió con romper lazos con los organismos internacionales. Además, Lula invitó al ex presidente Itamar Franco y actual gobernador de Estado de Minas Genais a formar parte de su futura gestión; el destinatario pidió unos días para responder.
Es probable que el tema de la fecha de asunción sea discutido personalmente por Lula y Cardoso este fin de semana cuando se encuentren en la granja Torto, la sede campestre de la presidencia, para discutir algunos detalles de la transición presidencial. Esto pese a que Cardoso ya se manifestó de modo categórico, según declaraciones que reprodujo la agencia oficial brasileña ABR, del presidente en su paso por Oxford, cuando enfatizó que “la violencia (contra la Constitución) es la misma”. Cardoso también advirtió que cualquier medida adoptada por el gobierno interino entre el 1º y el 6 de enero podría ser anulada por el Supremo Tribunal Federal (STF). El presidente saliente insistió en lo inconstitucional de la medida: “Hay una fecha definida para que termine mi mandato y se inicie el de Lula, no es algo que se pueda adaptar. La fecha (del 1º de enero) es pésima, pero el problema es la democracia. El Congreso no puede tocar mandatos que fueron otorgados por el pueblo”.

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Cardoso recibe a Lula al iniciar la transición.
Ahora el PT quiere que la transición dure cinco días más.
 
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