EL MUNDO › SIN ACUERDO EN EL CONGRESO SOBRE PRESUPUESTO, UNOS 800 MIL FUNCIONARIOS VERAN SUSPENDIDOS SUS SALARIOS

Obama busca evitar el cierre del gobierno

El presidente norteamericano continuó ayer presionando a los líderes del Congreso para que logren superar sus diferencias sobre el presupuesto federal. La falta de fondos obligará a la clausura de las agencias federales.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, continuó ayer presionando a los líderes del Congreso para que lleguen a un acuerdo sobre el presupuesto federal, en una carrera contra reloj para evitar el cierre del gobierno hoy. Después de semanas sin lograr un acuerdo en el Capitolio sobre un presupuesto para el año fiscal corriente, del que faltan sólo seis meses, Obama subrayó el miércoles por la noche el “sentido de urgencia” de evitar que la falta de fondos obligue al cierre de las agencias federales, lo que consideraría “inexcusable”.

Tras una reunión en la Casa Blanca con el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y Harry Reid, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, el mandatario acordó que los equipos de ambos legisladores continuaran trabajando “toda la noche” para limar sus diferencias. Las reuniones en la Casa Blanca se suceden sin éxito desde el miércoles. “No hay acuerdos sobre las cifras, no hay acuerdos sobre las cuestiones políticas”, dijo Boehner a los periodistas al salir de la reunión de 90 minutos. Por su parte, Reid advirtió sobre las consecuencias de una parálisis gubernamental si no se llega a un acuerdo. Además, informó que regresará a la Casa Blanca a las 19 horas para mantener nuevas negociaciones con Obama, Biden y Boehner.

“Si no hay progreso por la mañana, volveremos a dialogar sobre ello”, indicó Obama, quien consideró que el encuentro permitió “estrechar diferencias” entre ambas partes y “aclarar algunos asuntos clave”. Los demócratas han propuesto recortes de 33 mil millones de dólares para hacer frente al déficit presupuestario del país, que este año fiscal será de alrededor de 1,5 billón de dólares. Para los republicanos, esa cantidad es insuficiente y han propuesto una nueva prórroga de dos semanas condicionada a recortes presupuestarios adicionales de 12.000 millones de dólares, algo que los demócratas y la Casa Blanca rechazan.

Sin un acuerdo entre ambos partidos y sin la aprobación del Congreso antes de hoy a medianoche, los servicios no esenciales de la administración deberán cerrar –lo que tendrá graves consecuencias sobre una economía que todavía se está recuperando de su peor crisis desde los años ’30– y unos 800.000 funcionarios federales verán suspendidos sus salarios.

Reid ya manifestó su pesimismo ayer a la mañana y dijo que el país parecía dirigirse hacia ese escenario. “No podemos resolver en una noche desacuerdos que duran desde hace cuatro décadas”, dijo Reid, quien criticó la insistencia de los republicanos para incluir en la ley de finanzas medidas “ideológicas” contra el aborto o para limitar la normativa ambiental.

Estas medidas son de uso habitual en el Congreso, replicó John Boehner.

Reid dijo también que los republicanos serán responsables “si este gobierno se paraliza”. Pero los republicanos se defienden y aseguran que su objetivo no es cerrar los servicios administrativos, sino reducir el gasto.

Mientras los políticos agotan las últimas horas de discusiones, los medios estadounidenses intentan explicar a los ciudadanos en qué consiste el “cierre del gobierno” (shutdown). Aunque se mantendrían las actividades imprescindibles para “garantizar la protección de la vida y de la propiedad”, es decir, las Fuerzas Armadas y los cuerpos de policía, los servicios de urgencias y seguridad, investigadores federales, controladores aéreos, funcionarios de prisiones o supervisores bancarios. Estos empleados son considerados “esenciales”. Los “no esenciales”, que son unos 800.000, verían interrumpido el pago de sus salarios.

La situación afecta también a la Casa Blanca, donde habrá una “reducción significativa del número de empleados activos y del cobro de salarios”. Los militares, por ejemplo, cobran cada quince días. El probable cierre llega en medio de las dos primeras semanas de abril, por lo que sólo cobrarán por los siete primeros días.

El cierre del gobierno federal no se produce desde 1996, cuando se encontraba en el poder el también demócrata Bill Clinton.

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Obama acordó que los equipos de ambos legisladores continuaran trabajando “toda la noche”.
 
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