EL MUNDO › EL PRESIDENTE ALI ABDULA SALEH ADVIRTIó QUE SóLO DEJARá EL PODER EN MANOS DE UN MANDATARIO ELECTO

Yemen mantiene las protestas contra Saleh

Un día después de que el oficialismo informara que el presidente aceptó el plan de los emiratos para abandonar el poder, la realidad parecía ir por otro carril. Eso según los manifestantes, que desconfían del plan.

A un día de que miembros de su gobierno confirmaran la noticia, el presidente de Yemen, Ali Abdula Saleh, advirtió que sólo dejará el poder en manos de un presidente electo. El sábado, el vocero de Saleh, Tariq Shami, aseguró que el mandatario había aceptado la propuesta del Consejo de Cooperación para los Estados del Golfo (CCG), de inmunidad para él y su familia a cambio de abandonar el poder del país en un mes. Sin embargo, Saleh no fijó plazos para un supuesto proceso eleccionario que desemboque en su supuesto reemplazante, aunque se mostró dispuesto a adelantarlos. Si bien la oposición política al gobierno analizó positivamente el plan del CCG, los manifestantes de la calle no quieren negociar y exigen la salida inmediata del jefe del Estado.

“Hay consenso para rechazar esta iniciativa”, consideró Abdel Malik Al Yusufi, uno de los dirigentes de los manifestantes que acampan en la plaza de la Universidad en Sanaá, la capital del país y epicentro de la protesta. Quienes continúan en las calles aseguraron que mantendrán las manifestaciones hasta que Saleh abandone la presidencia. Cuatro personas murieron ayer en una concentración en Taez, el otro punto neurálgico de las protestas, producto de la represión policial. Otras nueve perdieron la vida en un enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y tribus en la zona sur del país.

“¿A quién debería transferirle el poder? ¿A aquellos que están intentando hacer un golpe? No. Lo haremos a través de las urnas”, sentenció Saleh en una entrevista concedida a la cadena de noticias británica BBC. La iniciativa propuesta por la CCG y aceptada por el oficialismo yemení, indica que Saleh debe dejar la presidencia del país en manos del vicepresidente, Abdi Rabo Mansur, quien ejercería el cargo de manera provisoria hasta la organización y celebración de elecciones presidenciales y legislativas. Ese lapso provisorio no debería durar más de dos meses, según el plan.

Aunque en la entrevista Saleh se compromete a dejar al poder a quien sea elegido en las urnas, en ningún momento determina si el traspaso se llevará a cabo en los plazos determinados por la iniciativa del CCG. El mandatario insistió, además, en desprestigiar a la oposición que pide su cabeza: “Los manifestantes de la oposición son una minoría y deberían seguir los deseos de la mayoría, bajo reglas democráticas”.

Según la propuesta del CCG, el vicepresidente debería gobernar Yemen al mando de un gabinete de unidad en el que oficialismo y oposición organizaran el país con vistas a los futuros comicios. Tal punto fue el único rechazado por el colectivo opositor político yemení, que consideró con buenos ojos el fin de la gestión de Saleh. La aceptación del plan fue el punto que distanció a quienes actúan en el campo político de quienes permanecen en las calles expresando su rechazo al gobierno. Los manifestantes temen que la iniciativa sea un acuerdo entre el oficialismo y la oposición formal para compartir el poder.

Los jóvenes que integran la Comisión Organizativa de la Revolución Juvenil del Yemen, que encabeza las manifestaciones y tiene a su cargo la puesta en orden de los campamentos en la Universidad de Sanaá, amenazaron con una “escalada” en sus protestas si Saleh no abandona el poder sin condiciones. “Me sorprende que la oposición formal haya aceptado el plan. A nosotros no nos convence. Nos quedaremos aquí hasta que el presidente se vaya”, explicó a la cadena de noticias árabe Al Jazeera Ibrahim al-Ba’adani, un activista que se niega a abandonar la protesta callejera.

Para Malik Al Yusufi, uno de los jóvenes dirigentes de las movilizaciones en terreno universitario, la iniciativa del CCG esconde otros propósitos: “El plan aborda el problema como si fuese una crisis entre dos partidos políticos, si hemos salido a las calles es para pedir un cambio global. Los jóvenes sólo aceptarán una salida inmediata de Saleh y no están implicados en ninguna negociación”. Además, aseguró que las protestas no se detendrán.

En la capital yemení, dos marchas recorrieron las avenidas y luego retornaron a la plaza central, en el campus universitario, sin que se produjeran actos de violencia. En cambio, en Taiz, al suroeste de Sanaá, al menos cuatro personas murieron en choques durante otra concentración, según una fuente de los servicios de seguridad. Por otro lado, nueve personas, de ellas seis militares, murieron en dos enfrentamientos entre efectivos de la Guardia Republicana y hombres armados de tribus distintas de la provincia de Lahij (sur), en la zona montañosa del país.

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Las protestas continuaron ayer con consignas antigubernamentales; como otras veces, las fuerzas de seguridad reprimieron.
 
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