EL MUNDO › TRAS PERDER SU MAYORíA EN UNA VOTACIóN CLAVE, IL CAVALIERE ANUNCIó SU RENUNCIA EN UN COMUNICADO OFICIAL

Cayó Berlusconi en el Parlamento italiano

El primer ministro Silvio Berlusconi dijo que va a dimitir después de que los nuevos ajustes económicos prometidos a la Unión Europea sean aprobados. No hay fechas estipuladas. “Me siento traicionado”, fue lo que se le escuchó declarar tras la sesión de ayer.

 Por Elena Llorente

Desde Roma

Después de un duro revés ayer en la Cámara de Diputados y de un encuentro con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi prometió renunciar después de que los nuevos ajustes económicos prometidos a la Unión Europea sean aprobados por el Parlamento. Así lo precisó un comunicado oficial de la presidencia de la República que no indicó, sin embargo, cuánto tiempo se requerirá para la aprobación de esas medidas, que todavía no han sido discutidas por la Cámara de Diputados y que, según los analistas, deberán ser reformadas y ampliadas.

La convulsionada jornada de Berlusconi comenzó con reuniones desde la noche del lunes y en la mañana del martes con sus aliados de la Liga Norte y sus colaboradores más estrechos. Todos le aconsejaban que diera un paso al costado porque su alianza de gobierno no tenía ya la mayoría en la Cámara de Diputados y era difícil reconstituir las fisuras. El mismo Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, le pidió que dejara el lugar a otro hombre de su confianza, como el secretario del Popolo della Libertà (PDL), su protegido Angelino Alfano. Pero su respuesta fue siempre “no”, pese a que sabía que varios parlamentarios de su partido lo habían abandonado. “Si debo morir, prefiero hacerlo en la Cámara”, habría dicho. El quería, al parecer, ver con sus propios ojos lo que sucedería en el Parlamento y mirar de frente, como dijo, a “los traidores”.

Y así fue. Durante la sesión en la Cámara de Diputados que debía aprobar el Balance del Estado 2010, el gobierno de Silvio Berlusconi perdió por primera vez la mayoría desde que fue elegido en 2008. Pero todo adquirió una forma extraña, para muchos confusa, porque no fue una votación lisa y llana de tantos SI contra tantos NO. Ayer los partidos de la oposición, desde la izquierda concentrada en el Partido Democrático hasta los ex democristianos de la Unión de Centro, la derecha democrática de Futuro y Libertad, los radicales y los “duros” (y separados) del PDL decidieron estar presentes en el aula de la votación, pero no emitir el voto para no obstaculizar la aprobación del balance. El resultado fue entonces que el balance fue aprobado por 308 votos favorables de los diputados del PDL y de la Liga Norte. Pero los no votantes y presentes fueron 320, cuatro más de la mayoría absoluta, que en la Cámara es de 316, y ocho más que los SI conseguidos por el balance. Con esto la oposición quiso demostrar que Berlusconi no tiene más la mayoría en el Parlamento y que, por ende, no puede gobernar, según establecen las leyes de este país. La praxis habitual en estos casos indica que el primer ministro se debe presentar ante el presidente de la República para renunciar.

En la Cámara, los representantes de la oposición le habían señalado una vez más la necesidad de renunciar para permitir a Italia salir de la crisis económica y la crisis de credibilidad internacional. “En otro país, pero también en otro momento histórico de nuestro país, un verdadero líder político ya se habría hecho a un lado y habría permitido a otros seguir con el gobierno”, dijo el diputado del Partido Democrático Dario Franceschini.

Después de la votación, Berlusconi se mostró verdaderamente preocupado. Parecía no poder creerlo o no querer creerlo. Serio, con el ceño fruncido, tomaba apuntes en una hoja. Pidió el informe de los votantes para ver quiénes no lo habían hecho, con nombre y apellido. “Aquí tenemos un problema de números. Ahora tenemos que reflexionar sobre qué hacer. Me siento traicionado”, habría dicho a sus colaboradores, convocándolos para una reunión urgente. La agencia Ansa publicó una foto en la que se veían los apuntes que había tomado Berlusconi durante la votación y en ellos se destacaban dos palabras: “ocho traidores”.

Luego de la reunión con sus colaboradores se presentó en el Quirinal, sede de la presidencia de la República, y conversó con el presidente Giorgio Napolitano durante una hora. “Después del voto –dijo en declaraciones a la RAI– consideré que era necesario dar prioridad a las preocupaciones por la situación del país y por eso presenté al presidente de la República la urgencia de la aprobación de las medidas que nos pide Europa. Después de mi renuncia el presidente comenzará la habitual ronda de consultas. Pero preveo que no se pueda dar pie a la formación de otro gobierno sino a las elecciones.” Y respondiendo a los opositores que quieren la formación de un gobierno de unidad nacional del que participen todos los principales partidos o un gobierno técnico que apuntale la economía sobre todo, Berlusconi subrayó: “No puedo aceptar que en una democracia asuman el gobierno los que perdieron las elecciones”. Pero las elecciones nacionales fueron hace más de tres años y en este lapso muchas cosas han cambiado.

La gente se pregunta ahora qué pasará, ¿cambiará la imagen de Italia después de tantos meses de poca credibilidad? ¿Se estabilizarán los mercados y la economía italiana repuntará? El banco de negocios Goldman Sachs, de Nueva York, ya lanzó su propia hipótesis: un gobierno de centroderecha con amplio apoyo de otros partidos podría estabilizar los mercados.

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Imagen: AFP
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