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Donald Rumsfeld, jefe del Pentágono, ya está haciendo circular en Washington una propuesta para derrocar al régimen de Corea del Norte, que ayer moderó su tesitura para negociar con EE.UU.

Pyongyang se modera mientras los halcones muestran los dientes. A dos días de empezar las conversaciones con Estados Unidos sobre su programa de armas nucleares, Corea del Norte corrigió el comunicado sobre la recuperación de combustible para uso militar que mandó el viernes pasado. Decía que Corea estaba “reprocesando con éxito” 8000 barras de combustible, pero la nueva versión indica que el proceso todavía no empezó. La rectificación evitó que peligrara la reunión de mañana entre Estados Unidos y Corea del Norte. Es la primera vez que ambos países se sientan a discutir el tema. Sin embargo, el diario The New York Times, informó que secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quiere un “cambio de régimen” en Corea del Norte, aunque no necesariamente mediante una guerra.
“Como ya hemos explicado, estamos avanzando con éxito hacia la última fase para recuperar más de 8000 barras de combustible irradiado”, indica la nueva versión del comunicado que Pyongyang mandó ayer para corregir el del viernes. Si recicla el combustible, Corea del Norte podría extraer plutonio para fabricar armas atómicas. De todos modos, una vez que Pyongyang se rectificó, la delegación del enviado de Estados Unidos para Asia y Pacífico, James Kelly, viajó ayer a Pekín para conversar con Corea del Norte y China y encontrar una solución diplomática para el conflicto norcoreano. Será la primera vez que Estados Unidos y Corea del Norte se sientan a hablar sobre la crisis nuclear que se desató el año pasado. En las conversaciones también participará China como país anfitrión y con voz en las negociaciones. Básicamente, Estados Unidos busca que los norcoreanos cancelen su supuesto programa de armas nucleares, mientras que Pyongyang quiere obtener garantías de que Washington no lo atacará. Esta conversación representa un compromiso entre las partes, porque Estados Unidos quería resolver la crisis en un foro multilateral. Aseguraba que el problema concernía a todo el Este asiático, mientras que Corea del Norte sólo quería una negociación bilateral con Washington.
La delegación norcoreana estará encabezada por el director general para asuntos americanos del Ministerio norcoreano de Exteriores, Li Gun, mientras que la representación china tendrá al frente al director general del departamento asiático de su Ministerio de Exteriores, Fu Ying. El vocero del Departamento de Estado norteamericano, Richard Boucher, dijo que la reunión en Pekín comenzará mañana y se extenderá hasta el viernes y que en las conversaciones Estados Unidos presionará por incluir a sus aliados en Asia, excluidos de las sesiones preliminares. “Creemos que la inclusión de otros, especialmente Japón y Corea del Sur, sería esencial para alcanzar un acuerdo sobre cuestiones sustantivas”, dijo. Estados Unidos sigue sosteniendo que la inclusión de Corea del Sur y Japón en una próxima etapa de las negociaciones es esencial para su éxito. De hecho, la misión encabezada por Kelly se detendrá en ambos países antes de regresar a EE.UU.
Pero las diferencias que hay en Washington sobre cómo encarar el caso de Corea del Norte ayer quedaron demostradas. Bush autorizó la guerra contra Irak con el argumento de que ese país poseía armas de destrucción masiva.
Corea del Norte es uno de los países, junto con Irak e Irán, que el presidente estadounidense incluyó en su discurso sobre el “eje del mal” el año pasado. Pero el domingo pasado, Bush aseguró que hay “bastantes posibilidades” de que la vía diplomática sirva para resolver la crisis norcoreana y autorizó la apertura de conversaciones con ese país. En cambio, según una nota publicada ayer en el diario The New York Times, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, tiene una visión diferente sobre este problema: favorece un “cambio de régimen” en Corea del Norte, aunque sin tener que ir a la guerra necesariamente. Según ese diario, hace unos días Rumsfeld distribuyó un memo en el que proponía que Estados Unidos se aliara con China para presionar “a favor del derrocamiento del Ejecutivo norcoreano”. Rumsfeld no hizo ningún comentario sobre esta posibilidad durante una conferencia de prensa realizada ayer en el Pentágono.

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Kim Jong-il, el reclusivo líder norcoreano, en una de sus raras apariciones públicas.
 
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