EL MUNDO › EL RECHAZO A LAS POLíTICAS DEL PREMIER ERDOGAN UNIó A MANIFESTANTES Y A LA CENTRAL SINDICAL

Turquía vivió un cuarto día de indignación

“Ahora estamos en primavera, pero no dejaremos que se transforme en invierno”, declaró Erdogan en alusión a la “primavera árabe” que terminó con gobiernos como el egipcio. En cambio, el presidente Abdullah Gul se mostró moderado.

Turquía vivió un cuarto día de protestas sociales y represión de la policía, razón por la cual la principal central sindical del país convocó para hoy a una huelga por 48 horas contra el exceso policial. La situación se agravó ayer después de que la Unión de Médicos Turcos (TBB) anunciara la muerte de Mehmet Ayvatas, un manifestante de 19 años atropellado al levantar una barricada en una autovía en Estambul. Frente a los acontecimientos, el presidente, Abdullah Gul, aceptó entrevistarse ayer con Kemal Kilicdaroglu, dirigente del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP), al que se acusa de estar fomentando las protestas.

Esta anunciada reunión llegó en un momento crítico y horas después de que el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, que concentra la mayoría de las críticas, se fue del país para una visita oficial a Marruecos y Túnez durante cuatro días, repitiendo que no cedería ante las protestas. “Nos mantendremos firmes (...). Sí, ahora estamos en primavera, pero no dejaremos que se transforme en invierno”, declaró Erdogan por la mañana, en alusión a la “primavera árabe”.

La confrontación entre activistas y el gobierno turco comenzó el viernes pasado en el pequeño parque de Gezi, una zona arbolada de tres hectáreas situada junto a la plaza de Taksim, centro neurálgico del lado europeo de Estambul. Las protestas se iniciaron pacíficamente para pedir que ese parque no sea demolido para construir un centro comercial y un complejo de viviendas, aunque luego se profundizaron y derivaron en reclamos de la renuncia de Erdogan con manifestaciones en todo el país. El primer ministro, acusado de autoritarismo y de querer islamizar la sociedad turca, se enfrenta a un movimiento de protesta de una importancia inédita desde la llegada al poder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado) en 2002.

Por su parte, el presidente Gul se mostró a favor de una solución pacífica, en contraste con la actitud del primer ministro. “Hay que respetar a todos, hay que cumplir las reglas. La democracia no son sólo las elecciones. Entendimos el mensaje. Vivimos en una sociedad abierta y hay que mostrar respeto hacia todas las opiniones, visiones e ideas políticas diferentes”, dijo el presidente turco.

Las fuerzas antidisturbios turcas emplearon ayer gases lacrimógenos contra cientos de manifestantes que trataban de reunirse en la céntrica plaza Kizilay de Ankara, informaron los medios locales. La intención policial fue evitar que los manifestantes, en su mayoría jóvenes, se concentren en esa plaza que ya fue escenario de enfrentamientos violentos en la noche de anteayer. Algunas calles de la capital turca estaban bloqueadas por las barricadas levantadas por los manifestantes, mientras que la ruta principal desde la localidad de Eskisehir a Ankara fue bloqueada por estudiantes de dos universidades que tienen sus campus fuera de la ciudad.

Por otro lado, el corazón simbólico de la protesta, la plaza Taksim de Estambul, recuperó ayer algo de normalidad. A media tarde, sólo unos centenares de personas se paseaban por el lugar. La mayoría de los comercios reabrió sus puertas, pero las barricadas armadas con mobiliario urbano o coches destruidos bloqueaban el acceso a la plaza desde las calles adyacentes, signo de la determinación de los manifestantes de no dejar que las fuerzas de seguridad, que por orden del gobierno se alejaron el sábado pasado, tomen el control del lugar.

Frente a esta situación de creciente violencia, Ismail Hakki Tombul, el secretario general de la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Públicos (KESK), una de las cuatro principales organizaciones obreras de Turquía, anunció ayer dos días de huelga a partir de hoy y anticipó que solicitó a otros sindicatos que se unan a las protestas. “Desde hace siete días la gente está en la calle y los sindicatos deben de jugar también su papel en esto”, declaró, sumando las tres primeras jornadas en la que la protesta popular no fue reprimida. La huelga de advertencia anunciada por el sindicato en un comunicado se justifica por el estado de terror que se aplicó contra las multitudinarias protestas de los últimos días. Esta confederación de sindicatos está conformada por once organizaciones obreras y cuenta con más de 200 mil afiliados.

En tanto, el ministro del Interior turco, Muammer Guler, señaló que 939 personas fueron detenidas en las más de 90 protestas que se realizaron.

Asimismo, además del anuncio del primer muerto, un médico de uno de los hospitales en los que se refugiaron varios manifestantes señaló a la prensa que los heridos por la brutalidad policial se cuentan por centenares. Las organizaciones no gubernamentales hablan de mil heridos en Estambul y al menos 700 en Ankara, pero el gobierno no confirmó las cifras.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se manifestó profundamente preocupado por las protestas violentas en Turquía y en especial por la represión excesiva de las manifestaciones. “Nos preocupan los reportes de un uso excesivo de la violencia por parte de la policía, esperamos que haya una investigación completa de esos incidentes y una contención total por parte de los agentes frente a estos incidentes”, dijo Kerry, de visita en Polonia.

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La Unión de Médicos Turcos anunció la muerte de un manifestante tras cuatro días de represión policial.
Imagen: AFP
 
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