EL MUNDO › EL CANDIDATO DEMóCRATA ES FAVORITO PARA GANAR LA ALCALDíA; HOY SE VOTA TAMBIéN EN NUEVA JERSEY Y VIRGINIA

Bill de Blasio promete cambiar Nueva York

“El pueblo quiere que ésta sea una ciudad donde todos vuelvan a tener una oportunidad”, dijo quien abrió las puertas de su casa en Brooklyn durante la campaña y simpatiza con el sandinismo y la Revolución Cubana.

El candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York, Bill de Blasio, se dirige hacia una contundente victoria en la elección de hoy, en la que mantiene una enorme ventaja sobre el republicano Joe Lhota en todas las encuestas. El desafío del demócrata será encarnar el cambio que promete, tras doce años de mandato del alcalde Michael Bloomberg. Por otra parte, también hoy los estados de Virginia y Nueva Jersey elegirán gobernadores. En el primero, un estado históricamente conservador, el candidato demócrata Terry McAuliffe tiene una ventaja de más de diez puntos sobre el republicano Ken Cuccinelli. En cambio, en el estado mayormente demócrata de Nueva Jersey, el gobernador republicano Chris Christie tiene todas las posibilidades de conseguir la reelección con un amplio margen de diferencia frente a la demócrata Barbara Buono. Se trata de los primeros comicios tras la reapertura de la administración federal.

“Necesito la ayuda de todos ustedes mañana (por hoy)”, dijo en perfecto español De Blasio, durante un acto realizado en las puertas de la alcaldía de Nueva York, donde los principales líderes hispanos de esta ciudad le expresaron su apoyo. De Blasio destacó el espíritu, la energía y el corazón de la comunidad hispana de la ciudad, un colectivo de enorme significación electoral, que alcanza al 30 por ciento de sus 9,2 millones de habitantes. El candidato afirmó que en su campaña no vio a nadie que haya sido más apasionado por el cambio de políticas municipales que los vecinos de los barrios latinos. “El pueblo quiere cambio, quiere que ésta sea una ciudad donde todos vuelvan a tener una oportunidad”, añadió el demócrata, quien repitió en varios tramos de su discurso la promesa de traer justicia económica.

De Blasio, de 52 años, es hijo de un veterano de guerra que se suicidó en 1979, por lo que fue criado por su madre, de origen italiano, de quien adoptó su apellido. Está casado con una poeta y militante feminista afroamericana, con quien tiene dos hijos, Chiara y Dante. Durante la campaña se mostró con su familia y abrió las puertas de su casa en Brooklyn, destacándose como un hombre más cercano para los votantes. En 1991, fue asistente del alcalde demócrata David Dinkins y seis años más tarde fue designado para dirigir el Departamento de Vivienda en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut. En 2000, trabajó para la campaña de Hillary Clinton, que buscaba una banca en el Senado. En 2009, fue electo con el 78 por ciento de los votos para ocupar el cargo de defensor del Pueblo de su ciudad. Seguidor del sandinismo y de la Revolución Cubana, su principal crítica a los sucesivos alcaldes neoyorquinos se centra en la desigualdad y en la exclusión de quienes viven en esa urbe.

Los comicios para elegir a la nueva autoridad municipal neoyorquina se presentan además como un referendo sobre la gestión del magnate Bloomberg, quien gobernó la ciudad durante tres mandatos seguidos desde 2001. Las encuestas que registran una significativa preferencia de los neoyorquinos por De Blasio indican paralelamente una respetable aprobación a la gestión de Bloomberg, y el paradójico hecho de que la mayoría busca un cambio para la ciudad. “No hay duda de que hay un desgaste con la administración de Bloomberg y De Blasio representa el cambio”, señaló Carlos Vargas, profesor del Centro de Estudios Puertorriqueños del Hunter College en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY). El último sondeo de intención de voto, divulgado ayer por The Wall Stret Journal y NBC, coloca a De Blasio con el 65 por ciento, mientras que Lhota se queda en el 24 por ciento.

Durante la gestión Bloomberg, la ciudad continuó su importante mejora económica y experimentó una drástica reducción de la criminalidad, pero la mayoría de las escuelas públicas siguen teniendo un funcionamiento deficiente, la desigualdad continúa creciendo y persisten grandes bolsas de pobreza. Un sondeo que preguntó sobre la administración de Bloomberg mostró un 45 por ciento de aprobación a su gestión, con un 34 por ciento que la catalogó como regular y un 18 por ciento que la consideró mala.

El favorito para ser el próximo alcalde de Nueva York aseguró que su objetivo es aumentar los impuestos a quienes ganen más de medio millón de dólares al año, a fin de que todos los niños tengan educación preescolar y financiar un horario más largo para las escuelas medias, así como su promesa de construir 200.000 viviendas a precios accesibles.

El Partido Demócrata no gana esa alcaldía desde 1989, algo curioso en una ciudad donde los demócratas superan a los republicanos por una proporción de seis a uno. La victoria del republicano Rudy Giuliani en 1993 fue posible por los disturbios raciales y la elevada criminalidad. Bloomberg es un multimillonario que pasó de demócrata a republicano para evitar el complicado proceso de primarias, y ganó su primer mandato menos de dos meses después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, gracias en parte al impacto de esos ataques y también a la multimillonaria campaña que lo financió.

En Virginia, McAuliffe cuenta con el apoyo del presidente Barack Obama, que estuvo haciendo campaña este fin de semana, y del ex presidente Bill Clinton, lo que demuestra la importancia otorgada por el partido a estos comicios. “Ya han visto que una facción extrema del Partido Republicano ha demostrado que están dispuestos a sabotear al país y la economía si no logran el ciento por ciento de lo que quieren. No pueden permitirse tener un gobernador que piensa del mismo modo”, había expresado Obama ante unas 1600 personas durante un acto en el norte de Virginia. El republicano Cuccinelli, miembro del Tea Party, basó su campaña en los ataques contra el llamado Obamacare, respaldado por Marco Rubio y otros miembros del ala más extremista del partido. El republicano no cree en el cambio climático, se opone al matrimonio igualitario, es partidario de ejercer un menor control de las armas de fuego y está a favor de la prohibición del aborto y de los métodos anticonceptivos.

En la campaña de Nueva Jersey, el gobernador republicano Christie intentó mostrarse como moderado, donde a pesar de declararse en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, retiró una apelación judicial con la que pretendía prohibir estas uniones. El republicano demostró que, pese a su conservadurismo, es capaz de atraer a los progresistas de Nueva Jersey, así como a los hispanos y afroamericanos, dos sectores de la población de los que el Partido Republicano tiene dificultades para ganar su confianza.

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El último sondeo divulgado ayer por The Wall Stret Journal y NBC coloca a De Blasio con el 65 por ciento y a su rival con el 24 por ciento.
Imagen: AFP
 
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