EL MUNDO › EN UN CLIMA DE TENSIóN, LA OPOSICIóN SUMó APOYO DE FUNCIONARIOS

La protesta en Ucrania no cede

Miles de opositores bloquearon parte de la sede gubernamental en reclamo de una política de integración con la Unión Europea. El gobierno advirtió que la situación está descontrolada y tiene todos los signos de un golpe de Estado.

Tras un fin de semana de masivas protestas, miles de opositores bloquearon ayer parte de la sede gubernamental de Ucrania en reclamo de una política de integración con la Unión Europea. El gobierno advirtió que la situación está descontrolada y tiene todos los signos de un golpe de Estado. Además de haber bloqueado completamente las entradas y salidas de la sede del gabinete nacional y del Banco Central, la oposición ucraniana sumó el apoyo de funcionarios y hasta alcaldes de ciudades del oeste del país, donde la mayoría se siente más cercana a Europa que a Rusia. Los canales de televisión más importantes del país también moderaron su apoyo al presidente Viktor Yanukovich y el primer ministro, Nikolai Azarov, y comenzaron a dar más espacio al heterogéneo frente opositor, que pasó de pedir la firma de un acuerdo de cooperación con Bruselas a la renuncia del gobierno. De hecho, el Parlamento podría votar hoy una moción de censura contra el gobierno de Azarov. Por su parte, Yanukovich pidió a manifestantes y fuerzas de seguridad que cumplan la ley y mantengan un carácter pacífico durante las protestas.

En una reunión con embajadores europeos, el primer ministro dijo que las protestas pasaron de ser multitudinarias a descontroladas y advirtió que su gobierno tiene información de que se está preparando el asalto al edificio del Parlamento. “Los políticos que se sumaron a estas acciones radicalizaron la situación. Estas fuerzas políticas tienen la ilusión de que se puede revertir el orden establecido”, explicó el premier a los embajadores. “Esto tiene todos los signos de un golpe de Estado. Esto es muy grave. Nosotros mostramos paciencia, pero quisiéramos que nuestros socios no sintieran que hay permisibilidad”, agregó.

“Cuando decimos que estamos construyendo un Estado democrático decimos que es importante que todos cumplan con la ley. No importa si son autoridades, fuerzas del orden o participantes en esas acciones. Todos deben cumplir obligatoriamente las leyes de nuestro Estado”, dijo Yanukovich. “Se puede decir que en la noche del viernes al sábado las fuerzas del orden se pasaron tres pueblos. Y en este caso no puede haber justificación. Aunque entendemos que algo las provocó”, señaló el presidente, quien pidió a la oposición que ayude a la policía a encontrar a los provocadores. Cerca de 200 personas resultaron heridas durante las protestas del domingo, en las que participaron entre 150.000 y medio millón de personas, según distintas fuentes.

En 2004, Yanukovich acusó a las potencias europeas de haber financiado y promocionado la Revolución Naranja, un levantamiento popular que cuestionó y logró revertir la victoria electoral del ahora presidente, quien era y sigue siendo considerado como un férreo aliado de Moscú. Esta polarización entre los sectores promoscovitas y los proeuropeos volvió a poner en jaque la estabilidad del país hace unas semanas, después de que el mandatario anunciara que suspendía la firma de un Acuerdo de Asociación con la UE.

Según denunció la oposición y más tarde confirmó el gobierno ucraniano, Yanukovich cedió a las presiones de Rusia, que amenazó con suspender toda la cooperación bilateral si firmaba el acuerdo con Bruselas. Lejos de intentar mantener un bajo perfil para no avivar las tensiones en Kiev, el presidente ruso Vladimir Putin se metió de lleno en la crisis política ucraniana al asegurar que las protestas de la oposición no constituyen una revolución sino un pogromo.

El término pogromo –el ataque de una multitud a gente indefensa– remite al linchamiento de un grupo particular, pero en Ucrania está específicamente vinculado a la persecución a los judíos y tiene pesadas connotaciones históricas. “Las protestas tienen poco que ver con las relaciones entre Ucrania y la UE y obedecen a intereses de quienes quieren agitar los procesos políticos internos”, aseguró Putin.

Pese al apoyo de Moscú y ante el rápido deterioro de la situación en las calles de Kiev, Yanukovich decidió llamar al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y pedirle que envíe una delegación para reanudar las negociaciones sobre el Acuerdo de Asociación con la UE, según anunció el mismo Barroso. El presidente polaco, Bronislaw Komorowski, lo confirmó e informó que el diálogo entre la UE y Kiev volvió a abrirse, liderado por el viceprimer ministro ucraniano, Serhiy Arbuzov.

Los partidos de la oposición anunciaron que hoy presentarán una moción de censura contra Azarov. Antes de las protestas, el oficialismo controlaba una cómoda mayoría parlamentaria, mientras que todo el arco opositor apenas sumaba 205 de los 226 votos necesarios para hacer caer al Ejecutivo. Sin embargo, en los últimos días y especialmente tras la represión de este fin de semana, varios legisladores abandonaron la bancada oficialista y hasta algunos funcionarios renunciaron a sus cargos. No será fácil que la oposición, que incluye desde sectores moderados hasta la extrema derecha, reúna los votos necesarios, pero de hacerlo sus líderes ya adelantaron que además de hacer caer al gobierno, también llamarán a elecciones presidenciales anticipadas. Pese a la amenaza, la oficina del presidente Yanukovich informó que el mandatario partirá hoy a China en viaje oficial, como tenía planeado.

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Durante el fin de semana hubo protestas masivas y ayer las manifestaciones continuaron.
Imagen: AFP
 
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