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Terminator 4 ganó el reality-show, pero ahora debe ganar la elección

Arnold Schwarzenegger se impuso en el debate entre los candidatos a la gobernación de California. En las dos semanas que quedan para las elecciones, afronta el peligro de una división del voto republicano.

Por José M. Calvo *
Desde Washington

La recta final de la campaña electoral en California atrapa la atención de millones de personas, que a pesar del desconcierto por las decisiones de los tribunales sobre la convocatoria, definitivamente confirmada, del próximo 7 de octubre, siguen con pasión el espectáculo que ofrecen los principales candidatos. Lo que el miércoles por la noche iba a ser un ordenado debate con las preguntas preparadas de antemano se convirtió en un reality show político entre el actor Arnold Schwarzenegger y la comentarista de televisión Arianna Huffington. El moderador tuvo que aclarar en broma a la audiencia que no se trataba de un programa de humor y reconoció estar en ocasiones mareado por la algarabía.
Además de Schwarzenegger, uno de los dos candidatos republicanos, en el estudio estaban el otro gran favorito, el demócrata Cruz Bustamante, el republicano conservador Tom McClintock, el ecologista Peter Camejo y la independiente Arianna Huffington. El actor fue el centro de la atención, por su índice de conocimiento popular, que le permite un lugar destacado en los sondeos, y porque su punto débil está en los detalles políticos y económicos. Y Schwarzenegger no salió malparado: se defendió correctamente, actuó como se esperaba y colocó las frases donde debía. Arianna Huffington, que tiene sólo un 3 por ciento en las encuestas, se lanzó contra él en pleno: lo acusó de hipocresía política; él le echó en cara que aprovecha descaradamente ciertas ventajas fiscales para no pagar casi impuestos; ella lo negó, muy enojada, y lo acusó de hacer películas violentas; él le recomendó tomar café descafeinado; y tras una de las muchas interrupciones, Arianna le dijo a Arnold: “Así es como tratas a las mujeres, ya lo sabemos”. Arnie no perdió la sonrisa, pero sí quizá los papeles, porque dijo: “Acabo de darme cuenta de que te tengo un papel estupendo en ‘Terminator 4’”. La audiencia celebró el chiste, que la propia Huffington, según dijo después del debate, entendió como una referencia a la escena de Terminator 3 en la que el personaje de Schwarzenegger tira por el retrete una cabeza de una mujer robot. “Es una clara señal de lo que piensa de las mujeres”, lamentó.
Las interrupciones no dejaron casi espacio para conocer sus propuestas de solución de los graves problemas que tiene California, aunque durante la hora y media de debate, televisado en directo por varias cadenas nacionales, se habló de impuestos, de empleo, de crisis económica, de inmigrantes ilegales y de seguro médico. Bustamante tuvo que defenderse de las acusaciones de haber cobrado dinero de los casinos indios; Camejo pidió más impuestos sobre los ricos y McClintok, que no criticó a su compañero de partido, se comprometió a no tocar los impuestos. Schwarzenegger fue el principal animador y el ganador del debate televisivo entre los cinco principales candidatos a gobernador de California, según informó ayer la cadena estadounidense CNN. Según el sondeo, el actor hollywoodense salió vencedor para el 32 por ciento de los consultados, en segundo lugar quedó McClintock (22 por ciento) y Bustamante en el tercero (13 por ciento). Según las últimas encuestas, el actor republicano se encuentra en segundo lugar (26 por ciento) en intenciones de voto, precedido con un ajustado margen por Bustamante (28 por ciento), de origen hispano.
La primera ironía es que quizá toda la campaña no sirva para nada; la segunda es que los republicanos pueden robarse votos entre sí y dar la victoria al adversario. Los californianos deben decidir el 7 de octubre si quieren que siga o no el gobernador Gray Davis, reelegido hace menos de un año; en caso negativo, deben seleccionar a uno de los 135 candidatos. Si Davis sobrevive –y es una opción que está recuperando terreno– no habrá nuevo gobernador. Si no, puede ocurrir que la división del votorepublicano entre Schwarzenegger y McClintock le dé la victoria a Bustamante.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Arnold Schwarzenegger aplaudido por su esposa, María Shriver, en un acto tras el debate.
 
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