EL MUNDO › EL NUEVO PREMIER GRIEGO, QUE PROMETIó TERMINAR CON LA AUSTERIDAD, DEBERá NEGOCIAR CON LA EUROPA FINANCIERA

Asumió Tsipras junto a los socios antiajuste

El líder de Syriza pudo formar gobierno al alcanzar un acuerdo con los Griegos Independientes, un pequeño partido de la derecha nacionalista que se opone firmemente a la austeridad impuesta por la Unión Europea.

 Por Patrick Cockburn *

Desde Atenas

El líder de izquierda Alexis Tsipras juró como primer ministro de Grecia ayer después de la decisiva victoria de su partido, Syriza, sobre los partidos pro establishment que apoyan el programa de la Unión Europea (UE), que empobreció a muchos griegos. Rápidamente pudo formar un gobierno al alcanzar un acuerdo con los Griegos Independientes, un pequeño partido de la derecha nacionalista que se opone firmemente al ajuste y a la Troika –conformada por el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea–, que supervisó los términos del rescate. La sorprendente elección de Tsipras de su socio político muestra que espera un enfrentamiento prolongado con la UE y necesita un aliado que, por encima de todo, sea de la línea dura en el principal asunto económico.

Georgios Katrougkalos, un miembro del Parlamento Europeo de Syriza, dijo que un acuerdo con los Griegos Independientes, que están cerca de la Iglesia Ortodoxa y son propensos a las teorías conspirativas, “no es lo ideal”, pero los dos partidos estaban unidos en su oposición a la tutela de la UE. Los temas sociales, tales como la línea dura de los Griegos Independientes sobre la inmigración, no eran una prioridad en este momento.

Se esperaba que Syriza mirase al partido de centroizquierda To Potami y a los socialistas del Pasok para que le dieran una mayoría en el nuevo Parlamento, donde ocupa 149 de los 300 escaños. Pero Katrougkalos dijo que ambos partidos se descartaron debido a su compromiso con “las políticas neoliberales económicas, favorables a las privatizaciones y la eliminación de las leyes que protegen el trabajo”.

Agregó que Syriza tiene la intención de poner freno a los poderes de los oligarcas griegos que estaban cerca de To Potami y Pasok, diciendo que su tendencia a evadir impuestos debe terminar. En el corto plazo, la velocidad con que se formó el gobierno reduce la sensación de incertidumbre en Atenas. Pero se espera una confrontación con los líderes de la Eurozona en el futuro próximo y Grecia podría estar enfrentando un asedio económico, ya que la UE podría suspender los nuevos créditos. Syriza ya no quiere negociar con la Troika, sino hablar directamente con los gobiernos interesados.

Al mismo tiempo, Syriza dejó en claro que no quiere abandonar el euro o no pagar sus deudas, opciones que serían devastadoras para Atenas y perjudiciales para la credibilidad de la UE, que lleva cinco años intentando y no logrando resolver la crisis.

No hay duda de que Syriza ve su victoria como parte de una campaña europea contra las políticas neoliberales que se enfrentan a una creciente oposición, sobre todo en España, Italia y Francia. También hay una creciente aceptación internacional de que Grecia no podrá nunca pagar su abultada deuda (equivalente al 177 por ciento del PIB) y necesita dinero para escapar de la recesión que ha visto reducir su economía en una cuarta parte. Syriza puede estar esperando una batalla con la UE, pero tiene cuidado de no parecer demasiado agresivo. Yanis Varoufakis, un representante de esa formación, mencionado como próximo ministro de Finanzas, dijo ayer: “Nosotros, que estamos en la Zona Euro, debemos ser muy cuidadosos de no hablar tan sueltos de cuerpo de chismes, Grexit (como llamana la salida del euro de Grecia) o fragmentación. Grexit no está sobre la mesa; no vamos a Bruselas y Frankfurt y Berlín con la posición de confrontar”.

Aun así, Tsipras va a necesitar toda la simpatía internacional que pueda conseguir porque se enfrenta a una lucha desigual con Berlín y Bruselas, con las que debe confrontar, y también pedirles dinero prestado. El periódico Kathimerini, de Atenas, advierte que, al convertirse en primer ministro, Tsipras encontrará “arcas vacías, un liderazgo europeo despiadado y un partido (Syriza) tan diverso como la Torre de Babel”. Se admite que es “la estrella de rock de la izquierda internacional”, pero se pregunta qué va a hacer cuando “golpee contra la pared del Banco Central Europeo”. Al mismo tiempo, el diario comenta que las clases altas en Grecia deben ajustarse a la nueva situación.

Al preguntarle cómo Syriza planeaba recaudar los miles de millones necesarios para paliar los efectos de la austeridad, como la electricidad gratuita para aquellos que fueron desconectados, Katrougkalos dice: “Vamos a recaudar el dinero de los evasores de impuestos”. Otras reformas incluyen el aumento del salario mínimo a 750 euros por mes y el alivio para la deuda privada. La crisis en Grecia en los últimos cinco años significa que 4 de los 11 millones de griegos viven en la pobreza y el desempleo juvenil es de un asombroso 57,5 por ciento.

La desigualdad creció también. Antes de la crisis, el 10 por ciento de la población poseía el 40 por ciento de la riqueza, pero ahora son dueños del 50 por ciento. Un signo revelador de la pobreza es la niebla que envuelve Atenas cuando hace frío. Costas Zachariadis, biólogo y candidato de Syriza en la capital, dijo que la contaminación viene porque la gente no tiene dinero para pagar la electricidad o el gas para calentarse, “por eso queman puertas viejas, basura o cualquier cosa que encuentren: la contaminación es cada vez más peligrosa porque Atenas tiene ahora una atmósfera como Londres en 1952 (cuando el smog mató a 3000 personas)”.

La victoria de Syriza profundizará las divisiones sociales entre los pobres y los jóvenes votantes de la izquierda y los más acomodados y grupos de mayor edad, que permanecen con los partidos conservadores. Katrougkalos dice: “El voto para nosotros fue en gran parte un voto de clase. Tenemos una gran mayoría de los pobres con nosotros”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Alexis Tsipras rápidamente formó un gobierno con los Griegos Independientes, un partido pequeño de derecha.
Imagen: EFE
 
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