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Martes, 27 de enero de 2015

TEATRO › SERGI LóPEZ ANTICIPA EL FESTIVAL TEMPORADA ALTA EN TIMBRE 4

“Nos gusta la idea de vivir perpetuamente insatisfechos”

El actor ya participó de las tres ediciones anteriores del encuentro, que es una extensión del que se realiza en las ciudades de Salt y Girona. Esta vez trae Non Solum, obra que compartirá programa con Constructivo, Con la claridad aumenta el frío y Con la cabeza en las nubes.

 Por Sebastián Ackerman

La realización, por tercer año consecutivo, del Festival Temporada Alta en Timbre 4 es casi una prolongación adaptada del original, con más historia, que se desarrolla entre octubre y diciembre en las ciudades catalanas de Salt y Girona. Pero representa un crecimiento exponencial para los organizadores, por lo que esta vez el festival se extiende desde hoy hasta el domingo 8 de febrero, días en los que podrán verse Non Solum, Constructivo, Con la claridad aumenta el frío y Con la cabeza en las nubes, además del Torneo de Dramaturgia Transatlántico, clásico del festival, que suma a autores peruanos. Y entre la fría Catalunya y la cálida Buenos Aires se tienden puentes artísticos que nuevamente traen a Sergi López, que en diálogo con Página/12 resalta: “Pienso que hay un lazo fuerte entre nosotros, que Timbre 4 me quiere tanto como lo quiero yo, pues es como verse con una especie de amante esporádica, que tiene muchos compromisos, pero es una bendición que podamos reencontrarnos”.

Cuando suba al escenario, López tendrá asistencia perfecta a estos encuentros. Es porque en Buenos Aires se siente cómodo y encuentra aquello que busca con su pasión, el teatro: “No solamente la idiosincrasia, el afecto y la generosidad del público, que ha visto muchas cosas, pero que te agradece de forma cariñosa el espectáculo. Yo me reconozco en la gente”, destaca. “Me dicen muchas cosas sobre el espectáculo, cómo lo sienten suyo, cómo lo han visto. La gente es muy dinámica y está muy bien: en el fondo, hacemos teatro para mover alguna cosa”, confiesa el actor. Y aunque sea más conocido en estas pampas por sus participaciones en el cine (Harry, un amigo que os quiere, Una relación privada, Sólo mía y El laberinto del Fauno, entre otras), repite que su lugar en el mundo es el teatro. “Es algo que nunca voy a dejar. El cine depende de los demás, de si me llaman o no. Si no me llaman, no haría una película solo (risas). En cambio, en el teatro sé que, pase lo que pase, un espacio, una nariz y ya puedes decir un poema”, afirma.

–Bueno, si por allá no consigue donde actuar, puede venir a la Argentina, donde el teatro callejero es muy popular.

–Pongo el sombrero y ya está. Pero ya lo he hecho, ¿eh? No en la Argentina, pero en Europa fuimos de gira haciendo circo en la calle. Fue en Suiza, donde no nos tiraron ni una sola moneda. En el sitio donde más dinero negro hay, donde tienen más oro escondido, ¡y no nos dieron ni un duro! Bueno, llevábamos un perro, para ellos debía ser algo muy sucio: morenos y con un perro...

–Usted vino las dos veces anteriores y este año se multiplica la programación. ¿Por qué cree que el teatro catalán es tan bien recibido en Buenos Aires?

–Pues seguramente como los amantes, porque un buen día Narcis (Puig, director del festival Temporada Alta en Girona) se encontró con la gente de Timbre 4 y ocurrió algo. Al final, los encuentros en la vida acaban generándose, pero no sabes qué es lo que hace que sucedan. Yo me encontré con el profesor que me cambió la vida (Jacques Lecoq) y quizás otra persona al lado se encontró con él y no le dijo nada... Entonces ocurrió algo con la compañía de Claudio (Tolcachir) en Temporada Alta y enseguida empezaron las ganas de volver a verse, de tener algo en común, de inventar algo. Y ahí estamos.

Catalunya en Buenos Aires

Lo que en las temporadas anteriores se llamó la “semana catalana”, terminó duplicándose y durante estos trece días podrá disfrutarse de cuatro espectáculos seleccionados de Temporada Alta del Viejo Continente. Constructivo, obra de Piero Steiner y Ernesto Collado, es un “manifiesto” contra la esterilidad de la arquitectura moderna, un juego performativo donde dos trabajadores de la construcción invitan a repensar cuestiones universales mientras buscan respuestas personales al vacío ético que los rodea en lo que llaman una “arquitectura más humana”, encarado desde un humor “delirante”. También subirá al escenario La cabeza en las nubes, con Xavier Bobés, que es a la vez teatro de objetos, sombras chinas, danza, imagen digital y música que narra el juego de los adultos en el mundo. La manipulación de juguetes representará las vivencias de un ser femenino a partir del día que es abandonado por el amante, y todo el proceso de adaptación del personaje: la soledad, los recuerdos, los deseos frustrados, el desconsuelo y de nuevo el enamoramiento.

Por su parte, Pep Tosar escribió Con la claridad aumenta el frío a partir de testimonios autobiográficos de Thomas Bernhard, aprovechando la intensidad obsesiva, el hastío y la sátira característicos del escritor austríaco. En esta obra va desgranando anécdotas y palabras de cortesía que apenas disimulan su ánimo gruñón, y muestra a través de la risa las miserias del ser humano y del panorama cultural que nos rodea, y del que, intuye Tosar, todo el mundo es cómplice. Y Non Solum, de la dupla Sergi López y Jorge Picó, es una comedia existencial: un hombre solo se multiplica para responder una pregunta: ¿qué está pasando aquí? “No sabemos muy bien la respuesta, ¿eh? Todavía nos preguntamos qué pasa aquí... Es una pregunta existencial. Es tan difícil de contestar que ya casi no lo pretendemos”, se ataja el catalán.

–¿Cómo surgió la idea de esta obra “existencial”?

–Non Solum tiene un origen bastante prosaico, banal, y es que yo había dejado de hacer teatro durante tres años y medio, y era una olla a presión. O sea: estuve sin escribir, sin hacer teatro y se me iban acumulando las ideas, y al final necesitaba dejarlo salir. Era como una terapia. Y en Non Solum hay algo de ese exceso de ideas, de preguntas, de todo a la vez. Cada vez estoy más contento de que, con Jorge (Picó, el coautor), con quien también hicimos 30/40 Livingston aquí el año pasado, hay una cosa que no sé si nos define, pero en todo caso no podemos evitar: acabamos haciendo teatro que es mucho más difícil de explicar que de ver. Tiene mucho de un viaje sin saber a donde vas. No tiene un sentido argumental clásico. Queríamos escapar a esta cosa de dramaturgia lineal, de un personaje que atraviesa circunstancias. Queríamos que sea más un viaje psicodélico, extraño, marciano, con el lazo del teatro y del actor, y pensamos que esto tiene una gran fuerza, ver a un tío solo, desesperado, a quien le pasan cosas. Tiene una fuerza muy grande. Nos puede llevar adonde quiera.

–En sus obras, ustedes trabajan más sobre el camino que en los desenlaces...

–¡Sin darnos cuenta! Cuando hicimos 30/40... no partimos del tema de la búsqueda. Partimos de la idea de un ciervo, un antílope, una gacela y un tío que lo mira. Y acabó apareciendo esta idea de búsqueda, de preguntarse, de estar continuamente sin saber qué es lo que buscamos, qué es lo que queremos. Es curioso... nosotros pensamos también que tiene algo de político, un poco de... no sé si anticapitalista, pero encontramos que el pensamiento nos empuja a buscar respuestas sencillas, comprensibles, de pocas palabras, la idea de confort. Y la propuesta de “pregunta, pregunta, pregunta”, hay gente a la que le da miedo. A nosotros nos gusta esta idea de vivir en la duda, perpetuamente insatisfechos también.

Modelo para armar

El Festival Temporada Alta nació en 1992 en Girona, presentando un puñado de obras locales. Con el tiempo se convirtió en un espacio referente para la escena europea y latinoamericana. El año pasado, 54 mil espectadores presenciaron 134 funciones de obras de teatro, música, danza y circo. Además fue la puerta de entrada, en los últimos años, de distintos autores argentinos (Claudio Tolcachir, Javier Daulte, Ricardo Bartís, Daniel Veronese, Mariano Pensotti y Romina Paula, entre otros). “¡Hombre! Para nosotros no solamente las compañías a través de los autores argentinos tienen muy buen nombre sino el público argentino, y por extensión la educación y la cultura argentinas, tienen muy buen nombre en nuestras tierras”, cuenta López. “De nuestra parte, sé que hay muchas ganas de veros, de recibiros, de acogeros y tal, y también funciona a veces en sentido inverso. ¡O eso parece!”, ríe.

Y no falla en la presunción, porque Claudio Tolcachir asegura que lo que intentan hacer con esta Temporada Alta en Timbre 4, además de traer obras y autores catalanes, es retribuir la generosidad que recibieron cada vez que participaron de la versión europea del encuentro (ver recuadro). “Durante las obras, pensábamos qué podíamos hacer para sacarles las ganas a ellos de venir a Buenos Aires, espacios para recibirlos... Era una locura, porque no tenemos la capacidad de bancar un festival, pero bueno...”, confiesa Tolcachir. “Con Maxi (Seugé) y Jonathan (Sak), productores de Timbre 4, y con Narcis Puig de ese lado, surgió como deseo de extender el vínculo: así como nos recibían, también poder recibirlos nosotros a ellos, con la capacidad de nuestras estructuras”, aclara el autor de La omisión de la familia Coleman.

Todo esto, claro, en su casa, Timbre 4, el teatro que fundó allá por 2001 y que se convirtió en una referencia para el teatro independiente de la Ciudad. “Para mí, Timbre no es el edificio; es que más allá de todo lo que pueda legitimarte afuera, hay una decisión de estar con quienes querés estar, y de hacer lo que querés hacer. Para mí Timbre fue la salvación. No es el mundo el que significa sino que hay algo que vos tenés que encontrar, cómo querés vivir”, define. “Después podés tener más o menos éxito, pero es el lugar donde te encontrás con quienes amás y podés aventurarte en lo que te apasiona, donde te alimentás de deseo. Y es la gente con la que lo hago, mis compañeros. Si no, Timbre 4 no tendría sentido. Lo que me emociona desde el lugar de Timbre es que haya gente que se interese, que venga, que agradezca muchas veces. Es muy lindo poder servir de algo como espacio”, concluye el director.

* Toda la programación en www.timbre4.com. Las funciones se realizan en ambas salas del teatro, Boedo 640 y México 3554.

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Sergi López define a Non Solum, que escribió junto a Jorge Picó, como una “comedia existencial”.
 
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