EL MUNDO › TSIPRAS BUSCA FRENAR UNA CORRIDA CON CREDITOS DEL BCE

Ayuda para los bancos griegos

Con su apuesta por dejar la negociación en manos de una cumbre, el gobierno griego espera que al final nadie quiera arriesgar la Eurozona por cifras que el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, calificó anteayer de “minúsculas”.

El Banco Central Europeo aprobó ayer aumentar, por segunda vez esta semana, el límite de la ayuda de urgencia (ELA) para los bancos griegos. Sólo en esta semana se han retirado al menos 3000 millones de euros, según la prensa. En abril, último mes sobre el que se tienen datos oficiales, se sacaron 4700 millones de euros de los bancos. “Los que invierten en la crisis y en escenarios de terror se verán refutados. Habrá una solución basada en el respeto de las normas de la Unión Europea y de la democracia, que permita a Grecia volver al crecimiento dentro del euro”, dijo el primer ministro griego, Alexis Tsipras, en la nota difundida por su oficina.

Grecia espera aún llegar a un acuerdo con sus acreedores en la cumbre europea del lunes, para evitar una suspensión de pagos, pero los dirigentes europeos instaron a Atenas a preparar un compromiso a partir de este fin de semana para evitar un impago a los acreedores. “Queríamos que las negociaciones finales tuvieran lugar al más alto nivel político de Europa y ahora trabajamos para conseguir el éxito de esa cumbre”, declaró el gabinete del primer ministro griego, Alexis Tsipras.

Con su apuesta por dejar la negociación en manos de una cumbre, el gobierno griego espera que al final nadie quiera arriesgar la Eurozona por cifras que el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, calificó anteayer de “minúsculas”. Se refería al medio punto porcentual que separa a Grecia y sus acreedores en las previsiones fiscales del próximo año.

Pero tras el fracaso de la reunión de ministros de Finanzas de la Zona Euro de anteayer, varios responsables europeos advirtieron que la reunión excepcional de jefes de Estado o de gobierno del lunes no serviría de nada si no se trabajaba seriamente durante el fin de semana. “Necesitamos una forma de propuesta sobre la mesa para la cumbre”, insistió el ministro de Finanzas finlandés, Alexander Stubb, según el cual “la pelota está claramente en el tejado griego”.

Atenas, por su parte, considera que sus propuestas son creíbles y que pueden responder a las expectativas de sus interlocutores sin agobiar demasiado a una población ya muy lastrada por seis años de crisis. Sin embargo, la canciller alemana, Angela Merkel, dio muestras de pesimismo y dijo que el encuentro será meramente “consultativo” si no hay una “base para un acuerdo” ligado a nuevas concesiones griegas.

Frente a una situación que se está volviendo crítica, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, instó a Grecia a entenderse con sus acreedores, sin lo cual, dijo, “el país se encaminará al default”.

La cita del lunes será una de las últimas ocasiones para hallar un acuerdo antes del 30 de junio, fecha en la que Grecia debe pagar unos 1500 millones de euros al FMI para evitar caer en situación de suspensión de pagos. Las arcas de Atenas están vacías y es probable que el gobierno de Tsipras tenga que elegir entre pagar al FMI o abonar los sueldos y las pensiones de los funcionarios.

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, declaró el jueves que ya era demasiado tarde, incluso si se firma un acuerdo, para que los 7200 millones de euros del rescate a Grecia se entreguen antes del 30 de junio. Un posible impago de Grecia al FMI es una posibilidad cada vez más plausible, al igual que una salida del país de la Zona Euro, una situación conocida como “Grexit”. Un escenario que, para Tsipras, “sería el principio del fin de la Zona Euro”, según declaró el primer ministro en el diario austríaco Kurier.

“Hay tanto en juego” que un fracaso no se puede plantear, consideró el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Angel Gurría, de visita en Eslovaquia. Principalmente, está en juego el pago de los 240.000 millones de euros prestados a Grecia desde 2010 y de los préstamos otorgados principalmente por los Estados europeos.

La principal línea roja es el recorte del gasto en las pensiones en un uno por ciento del producto interior bruto (PIB). Atenas sostiene que semejante volumen de recorte no puede efectuarse sin aplicar directamente la tijera a las prestaciones, que en los últimos años han vivido diversas reformas hasta verse reducidas hasta en un 48 por ciento. En su intervención en el Eurogrupo, Varufakis reconoció que en Grecia el 16 por ciento del PIB se dedica al pago de las pensiones –un porcentaje que los socios consideran desmesurado–, pero recordó que esto es exclusivamente consecuencia de la fuerte caída del PIB en los años de crisis (un 25 por ciento) y no porque hayan aumentado las prestaciones. Varufakis propuso además imponer por ley un freno al déficit y crear un Consejo Fiscal independiente que vigilaría de cerca que no hubiera descarrilamientos e impondría, en caso de ocurrir, automáticamente recortes en el gasto presupuestario.

El escenario de compromiso que circula actualmente entre los medios internacionales consistiría en ofrecer a Grecia una nueva prórroga de tres meses para ganar tiempo y evitar el impago.

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Sacan plata de un cajero automático en Atenas, ayer. Delante, un mendigo acostado.
Imagen: AFP
 
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