EL MUNDO › SEGUN EL GOBIERNO DE TURQUIA, LOS KAMIKAZES ERAN TURCOS

La red con el fundamentalismo local

La policía turca identificó a los dos kamikazes como turcos, uno fue filmado en el vehículo. La conexión con Al-Qaida.

La policía turca identificó ayer los cadáveres de los dos presuntos kamikazes que se inmolaron el sábado en dos sinagogas de Estambul matando a 24 personas e hiriendo a 300 –siendo que Al-Qaida se adjudicó los ataques en un mensaje que difundió el domingo un diario saudita–. Aunque todavía faltan los exámenes de ADN, los cuerpos de los suicidas pertenecerían a dos turcos, Azad Ekinci y Mesut Cabuk. También ayer, la policía detuvo a nueve personas. “Ninguno de los detenidos es árabe”, indicó el gobernador de la ciudad, Muammer Guler. Y pidió a la población que “no se preocupe” porque “nuestra policía resolverá el caso”. Tres hombres y una mujer fueron detenidos el domingo, pero la policía los dejó en libertad después del interrogatorio. Por su parte, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que todavía no está confirmado que la autoría de los atentados haya sido de Al-Qaida.
“Es responsabilidad de las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia determinar si es auténtico el comunicado”, dijo el premier turco Recep Tayyip Erdogan refiriéndose al mensaje que supuestamente fue difundido el domingo por la red de Osama bin Laden y donde se atribuyó el doble atentado. Según el canal de TV satelital qatarí Al Jazira, el presunto comunicado de la red fue enviado por mail al diario saudita Al Quds, que se edita en Londres. El mensaje afirma que los ataques en Estambul fueron obra de la brigada Abu Hafs Al Masri, que asegura estar afiliada a Al-Qaida. De todas formas, el ministro del Interior turco, Abdulkadir Aksu, descartó la hipótesis de que un grupo clandestino turco haya actuado solo. “Es evidente que el doble atentado se preparó desde el extranjero”, aseguró.
Según la policía turca, Mesut Cabuk, cuyo cuerpo fue identificado ayer, sería el hombre filmado mientras manejaba una camioneta por la cámara de seguridad de la sinagoga Neve Shalom. Aparentemente, Cabuk pertenecía al grupo ilegal Movimiento Islámico turco, mientras que Ekinci –como se identificó al segundo atacante– pertenecía a Ibda-C, otra agrupación fundamentalista. De todas formas, recién hoy estarán listos los análisis de ADN que confirmarán la identidad de los cuerpos. “Las cosas van a estar más claras con los resultados de las pruebas”, sostuvo ayer Erdogan.
La policía llegó a Cabuk y a Ekinci siguiendo el rastro de las camionetas utilizadas en los ataques. Una de ellas pertenecía a un habitante de Bingol, una localidad al este del país. Su hermano, Azad Ekinci, era vigilado desde hacía un tiempo por sus vínculos con un grupo radical turco. En tanto que los documentos de la segunda camioneta estaban a nombre de un hombre con residencia en Estambul, quien afirmó que su hijo, Feridun Ugurlu, estaba en contacto con organizaciones islámicas radicales. La policía cree que Ekinci robó el documento de identidad de su hermano y que Ugurlu hizo lo mismo con el de su padre para comprar las camionetas. De hecho, hace un mes, un hombre que pagó en efectivo las compró en una concesionaria de Estambul. Según la policía, las bombas que destruyeron los dos templos pesaban unos 400 kilos cada una y fueron fabricadas en Turquía.
Erdogan habló ayer por teléfono con George W. Bush y le prometió que Turquía hará todo lo posible por capturar a los autores de los atentados. En tanto, el ministro de Justicia y vocero del gobierno turco, Cemil Cicek, criticó “las lágrimas de cocodrilo” de algunos países después de los atentados. “Los que hicieron esto no son humanos, no son musulmanes”, sostuvo. “Turquía seguirá luchando con determinación contra el terrorismo, pero desgraciadamente, se quedó sola en su combate antiterrorista”, aseguró.
Ayer, varias decenas de heridos seguían internados mientras que los familiares de las víctimas del doble atentado se preparaban para enterrarlas. La cifra oficial de los muertos subió a 24 cuando una anciana de 85 años llamada Anita Rubinstein fue encontrada ayer entre los escombros del templo Beth Israel, en el barrio suburbano Sisli. A varios kilómetros, en el centro histórico de Estambul, la policía turcaescudriñaba la zona junto a expertos israelíes y agentes del Mossad –el servicio de inteligencia de Israel– en busca de más pistas.

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Los investigadores trabajan en la escena frente a la sinagoga Neva Shalom donde fue el ataque.
 
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