Los migrantes indocumentados que viven en Estados Unidos disminuyeron, por primera vez desde 2004, hasta quedar por debajo de los 11 millones, según un estudio publicado ayer por el Centro de Estudios de Migración de Nueva York (CMS, por sus siglas en inglés). Los sin papeles descendieron en 2014 hasta los 10,9 millones y llegó a haber ese año un millón menos que en 2008, cuando vivían en Estados Unidos 12 millones de indocumentados, señaló el estudio.

Según expertos del CMS, la reducción en las llegadas de mexicanos en los últimos diez años jugó un papel significativo en esa tendencia. En 2014 había 600.000 indocumentados mexicanos menos en Estados Unidos que en 2010, señaló el CMS, y destacó que entre 1980 y 2014, la cantidad de residentes legales mexicanos aumentó a mayor ritmo que los indocumentados procedentes de ese país. “A pesar de las afirmaciones de que en Estados Unidos hay una población creciente y fuera de control de inmigrantes indocumentados, su número descendió cada año desde 2008”, explicó Donald Kerwin, director ejecutivo de CMS. “Además, el número y el porcentaje de personas nacidas en el extranjero, con estatus legal, aumentó”, aseguró.

La población de indocumentados se redujo en la mayoría de los estados después de 2008. Sin embargo, en once, entre ellos Texas, alcanzó su nivel máximo. A excepción de Alabama y, posiblemente, Georgia, la aprobación en 2010 y 2011 de leyes estatales migratorias restrictivas tuvo “poco impacto en las tendencias de población indocumentada”, dijo el informe. California, con 2,5 millones, es el estado con mayor número de indocumentados, seguido por Texas, Nueva York y Florida. El presidente Barack Obama anunció en noviembre de 2014 una serie de decretos migratorios gracias a los cuales cinco millones de indocumentados obtendrían permiso de trabajo temporal y la garantía de que no serían deportados durante tres años.