EL MUNDO › A TRES MESES DEL VOTO POR LA PERMANENCIA O NO DE GRAN BRETAÑA EN LA UNION EUROPEA

Yo me pregunto si me quedo o si me voy

Las últimas encuestas ponen a ambos campos cabeza a cabeza revirtiendo la tendencia favorable al Remain (quedarse) de principios de año. El director de campaña del Leave es nada menos que el ministro de Justicia británico.

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

A menos de tres meses del referendo nadie puede asegurar si los británicos se inclinarán por seguir en la Unión Europea o darán el portazo. Las últimas encuestas ponen a ambos campos cabeza a cabeza revirtiendo la tendencia favorable al Remain (quedarse) de principios de año. El ministro del Tesoro de Estados Unidos, Jacob Lew, que no quiere más olas en la atribulada economía mundial, fue una de las últimas voces en alzar la alarma sobre el factor británico. “No es bueno para la economía británica, para la economía europea o para la economía mundial. En un mundo en que la incertidumbre geopolítica es uno de los grandes riesgos, está claro que una salida de la Unión Europea tendrá consecuencias económicas”, señaló.

En enero el campo del Remain le llevaba 10 puntos en las encuestas a los del Leave. Esta semana un sondeo le dio la delantera a los que quieren marcharse y en el acumulado mensual ninguno se saca ventaja. Con cifras tan ajustadas y un 20% de indecisos la campaña para el referendo del 23 de junio se ha polarizado más que nunca y florecen las malas artes de ambos campos.

Los Leave titularon a la campaña del Remain con nombre de película de terror –Project Fear– pero no dudaron en lanzar una tanda de golpes bien bajos contra sus rivales. En un informe esta semana dieron a conocer una lista de asesinatos y violaciones cometidos por 50 ciudadanos de la UE en el Reino Unido. El acento de los crímenes estaba puesto en los nuevos miembros del este europeo con el asesinato de una chica de 14 años, Alice Gross, cometido por un oriundo de Letonia, Arnis Zalkalns. No resulta demasiado alentador que el director de campaña del Leave sea nada más y nada menos que el ministro de Justicia británico, Michael Gove, presunta autoridad máxima en la administración de ecuanimidad.

Los de Remain tienen su propia lista de hipérboles. A nivel económico, aseguran que si triunfa el No a la UE se perderán tres millones de empleos, algo así como el 10% de la población económicamente activa del país. Un mecanismo del estilo del chequeado.com argentino –el “full fact”– recuerda que esta cifra sale de la cantidad de empleos británicos vinculados al comercio con la UE, pero “no indican que dependen de que el Reino Unido sea miembro de la UE”

No importa. Una vez instalado el miedo en un área decisiva –economía, seguridad, inmigración– se espere que gatille el voto a favor o en contra. En los normalmente escépticos y apolíticos británicos ningún tema se salva de una inmediata y virulenta controversia. Con los atentados de Bruselas y París en mente, con el temor de que por mero peso probabilístico Londres sea el próximo blanco, el ministro de defensa británico Michael Fallon salió a decir que la UE es fundamental para la seguridad británica.

Fallon es el mismo ministro que el año pasado dijo que Argentina representaba una amenaza militar para los malvinenses. En otros temas estaría de acuerdo con el coronel Richard Kemp, un ex comandante de las fuerzas británicas en Afganistán, pero Europa es diferente. En el The Times del anti-UE magnate mediático Rupert Murdoch, Kemp señaló que era “absurdo” decir que el referendo afectaría la colaboración en temas críticos de seguridad. “Si nos vamos de la UE, vamos a poder decidir quién entra y sale del Reino Unido. De no hacerlo, intensificamos la amenaza terrorista, exponemos a nuestro pueblo y traicionamos a nuestra nación”, escribió Kemp.

Las entrecruzadas lealtades políticas vuelven más impredecible el resultado. En el Remain está una parte del gabinete de David Cameron y de los diputados conservadores, la mayoría de los laboristas, los escoceses, galeses y la mayoría de las poblaciones urbanas de Inglaterra. En el Leave se encuentra una mayoría de diputados conservadores, una minoría de laboristas y la muy conservadora campiña inglesa con sus pueblos y condados. “Si en casi todos los temas uno puede asumir una similitud de opiniones en lectores del (conservador) Daily Mail y el (progresista) The Guardian, entre jóvenes y viejos, graduados o trabajadores manuales, en Europa hay una enorme polarización”, resume Peter Kernell, director de la encuestadora Yougov.

El resultado puede convertirse en dinamita política para el primer ministro David Cameron quien prometió el referendo para evitar que los ultranacionalistas del UKIP le birlaran votos a los conservadores en las elecciones generales del año pasado. En marzo Cameron se vio obligado a desmentir su renuncia ante la Cámara de los Comunes si ganaba el no a la UE porque, según explicó, quería estar a cargo del proceso de desvinculación que tomaría aproximadamente unos dos años. Más de uno está apostando exactamente a lo contrario, entre ellos el ex alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, un carismático líder que ha combinado exitosamente un estilo aristocrático con el de un parroquiano del pub del barrio. No son pocos los analistas que dudan mucho que Cameron sobreviva una derrota.

Nadie puede predecir el resultado. El Remain tiene a favor la resistencia a un cambio drástico en tiempos de incertidumbre, un factor de importancia a la hora de cautivar al 20% de indecisos. El apoyo de sindicatos, empresarios y la City, sumado a los distintos sectores políticos son una sólida base de partida. Pero el riesgo de un evento que cambie radicalmente el panorama –una crisis del euro, un ataque terrorista, una nueva ola inmigratoria– mantiene a todos en vilo.

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Michael Gove, presunta autoridad máxima en la administración de ecuanimidad.
Imagen: AFP
 
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