EL MUNDO

“Hay que presionar a los sauditas a que hagan más contra el terror”

Madeleine Albright fue la secretaria de Estado de Bill Clinton durante su segundo mandato. En esa condición, impulsó la acción de la OTAN contra Yugoslavia. Pero es crítica respecto de la invasión a Irak y de un aliado “que nos ha ayudado en algunas cosas y en otras no”.

Por Ana Carbajosa *
Desde Madrid

–Usted fue durante su mandato una firme defensora del multilateralismo. ¿Cuál cree que son los principales peligros que entraña el unilateralismo del gobierno de George W. Bush?
–Los problemas del siglo XXI requieren cooperación internacional. La administración Bush mantiene que operan multilateralmente y hasta cierto punto es verdad. El problema es que no emplean el multilateralismo desde el principio, y cuando lo necesitan, como ha sucedido con la ONU en Irak, ya es tarde, porque al no haber recurrido a ella, ha perdido parte de la autoridad que tenía.
–¿En qué estado están las relaciones transatlánticas?
–No están en muy buen estado. Han habido intentos por parte de Bush de mejorarlas, como el viaje a Normandía o la cumbre del G-8. Habrá que ver si hay un verdadero deseo de resolver las cuestiones juntos en la cumbre de la OTAN en Estambul (el próximo lunes).
–Arabia Saudita es un aliado cada vez más peligroso para EE.UU. ¿Puede Washington prescindir de esa alianza?
–Los sauditas nos han ayudado en algunas cosas y en otras no. Es difícil hablar de ellos. Hay que recordar que Bin Laden es un saudita que lucha contra lo que él considera una familia real occidentalizada y corrupta. Hay que presionarlos para que luchen contra el terrorismo y que se produzcan reformas. Necesitamos su ayuda y ellos la nuestra. Se tienen que dar cuenta de que el terrorismo también es un problema para ellos.
–Usted defiende una mayor implicación internacional en la posguerra iraquí. ¿Cómo se debe concretar?
–Es importante que la ocupación no tenga un rostro únicamente norteamericano. Queremos un Irak estable y seguro y para eso hace falta la comunidad internacional. Ahora hay que estar allí tanto los que estuvieron de acuerdo con la guerra como los que no.
–¿Qué le parece la decisión española de retirar las tropas?
–Zapatero hizo una promesa electoral y yo admiro a los candidatos que cumplen sus promesas, pero tiene que darse cuenta de que las circunstancias en Irak han cambiado respecto al momento en que hizo la promesa.
–Su familia huyó a EE.UU. en busca de democracia. ¿Cree que los valores que su país de acogida defiende están en peligro tras las torturas en Abu Ghraib?
–La libertad y la democracia siguen siendo los valores de América. Hay que investigar qué pasó y castigar a los culpables. Abu Ghraib ha dañado mucho la imagen de EE.UU. Pero los que degüellan tienen que tener cuidado con hacer juicios. Decapitar es asqueroso, y no está justificado por lo que unos pocos estadounidenses hicieron. Hay que explicar qué terrorismo es cuando se daña a una persona inocente por motivos políticos.
–Usted defendió la intervención de la OTAN en los Balcanes. ¿Cuándo está justificada una acción militar?
–No hay una sola fórmula. Pero tiene que servir para parar un genocidio o una limpieza étnica y tiene que haber un cierto consenso como hubo en la OTAN con los Balcanes.
–¿Lo hubo en Irak?
–Podría haberlo habido más adelante, pero no lo hubo. Yo no estuve de acuerdo con esa guerra, porque pienso que había que haberse concentrado en Afganistán. Pero también deberíamos estudiar qué se puede hacer con el Consejo de Seguridad para que cuando éste actúe la gente no esté ya muerta. Entre Bush y Chirac lo paralizaron. Y no sólo Bush es culpable. Chirac amenazó con vetar todo, y las sanciones impuestas a Irak no funcionaron en parte por los intereses económicos de los franceses.
–En su libro cuenta cómo a principios de los ’80 EE.UU. armó y entrenó a los talibanes para luchar contra los soviéticos. ¿Cómo es posible que nadie en la Casa Blanca se diera cuenta del peligro que suponían esos nuevos aliados?
–Fue una gran victoria para los rusos invadir Afganistán en 1979. Para nosotros era importante castigarlos. Los mujaidines eran simplemente los guerrilleros que luchaban contra los rusos. No supimos comprender lo que suponía apoyar a esa gente, porque entre ellos se encontraba Bin Laden. En aquel momento, lo importante era echar a los rusos.
–¿Qué cambios prevé en la política exterior estadounidense si John Kerry gana las elecciones de noviembre?
–Habrá que ver cuál es la situación en el mundo en noviembre, pero desde luego supondría una manera de relacionarse con el mundo. Kerry desarrollará una labor diplomática más intensa y dará más importancia al sistema internacional, recurrirá más al multilateralismo.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Madeleine Albright con el ex premier español José María Aznar en Madrid, anteayer.
 
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