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Cómo se cocina a cuatro grandes cocineros vascos

Cuatro célebres cocineros del País Vasco, entre ellos Karlos Arguiñano, habrían sido extorsionados por la ETA, según reveló un detenido. El único en reaccionar lo hizo con indignación.

La ETA se metió en la cocina. Cuatro de los más prestigiosos cocineros vascos, entre ellos Karlos Arguiñano, podrían ser citados por la Justicia española por haber cedido al chantaje del grupo armado ETA y pagado el llamado impuesto revolucionario, principal fuente de financiamiento de la organización. En el caso de confirmarse las imputaciones, podrían traducirse en delitos de colaboración con banda armada y allegamiento de fondos. Para obtener el “impuesto revolucionario”, ETA amenaza a sus víctimas con convertirlas en blancos de atentados terroristas, una práctica que emplea habitualmente en empresarios.
José Luis Beotegui, de 55 años, fue detenido la semana pasada en el País Vasco, en el marco de una vasta operación policial contra ETA desarrollada en Francia, donde fue detenido el número uno del aparato político de la organización separatista Mikel Albizu, alias “Mikel Antza”. Durante su comparecencia ante el juez Fernando Andreu de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, Beotegui indicó que había enviado cartas reclamando el pago del “impuesto revolucionario” con el que ETA se financia a cuatro cocineros vascos de renombre: Karlos Arguiñano, Martín Berasategui, Juan Mari Arzak y Pedro Subijana. ETA reclamaba a cada uno de ellos el pago de 88 mil dólares. El presunto etarra añadió que Arzak se dirigió a él en su nombre y en el de Subijana para que gestionara una reducción en la cantidad exigida. El acuerdo alcanzado consistió, siempre según Beotegui, en que los dos cocineros hicieran un primer pago de 44 mil dólares y fueran completando el resto durante el año. El etarra dijo no haber recibido el dinero de los otros dos, por lo que desconocía si llegaron a pagar o no. Beotegui afirmó al juez que él recibió personalmente los primeros pagos de Arzak y Subijana, pero dijo desconocer si siguieron pagando. El magistrado estudia citar a los cuatro cocineros para que puedan defenderse de las imputaciones de Beotegui.
Arguiñano, dueño de varios hoteles y restaurantes, famoso en nuestro país por sus programas de cocina en televisión, no quiso hacer declaraciones y su representante se limitó a asegurar que el chef “no tiene nada que decir” porque “no sabe nada de este asunto”. Martín Berasategui, también dueño de varios restaurantes y hoteles, fue el único de los cuatro que hizo declaraciones y salió rápidamente a desmentir que había hecho los pagos. “Lo único que sé hacer es trabajar”, afirmó. “Alguien quiere atacarme sólo porque cocino bien y soy famoso en todo el mundo.” Consideró “injusto” y una “sinvergüencería” el “revuelo” que se ha organizado en torno a este asunto, del que se enteró a través de los medios de comunicación. “Niego rotundamente las acusaciones”, agregó, antes de decir que Arguiñano, Subijana y Arzak, que supuestamente también habrían sido víctimas de esta extorsión, están “tan indignados” como él. “Somos cocineros que sólo sabemos comer y trabajar, hacer feliz a la gente que viene a nuestro restaurante. Gozamos del prestigio de la crítica internacional e intentamos darle al País Vasco la imagen que tiene”, y luego agregó que “de todo lo demás” no puede opinar porque no entiende de política. “De lo único que entiendo es de cocina. Ojalá los cocineros pudiéramos arreglar el gran problema que hay. Y ojalá se arreglara con una cena, yo intentaría cocinar lo mejor posible para solucionar el problema, pero no está en mi mano”, concluyó el famoso cocinero.

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Izq. a der.: Arguiñano, Berasategui, Subijana y Arzak.
 
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