EL MUNDO › YA SE HABLA DE 100 MIL MUERTOS
EN ASIA. HAY 5 MILLONES EN RIESGO

Lo peor aún puede estar por llegar

La ONU calculó en 80 mil los fallecidos en Asia, pero la Cruz Roja los estimó en 100 mil. La OMS advirtió que por falta de agua potable están en peligro de muerte 5 millones de personas.

En Asia, después del tsunami, el dolor se alarga junto con las cifras de las víctimas. Los expertos dicen que los muertos pueden estar superando los cien mil. El número oficial llegaba a 69.000, pero las Naciones Unidas habla de 80.000 y la Cruz Roja de 100 mil muertos. Los heridos llegarían a los 200 mil, según Gregory Hartl, vocero de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ahora se teme por las epidemias y otro vocero de la OMS, David Nabarro, dijo que cinco millones de personas corren peligro de muerte por la falta de agua potable, alimentos y equipos sanitarios básicos. En medio de la avalancha de cuerpos diseminados por playas, hoteles, casas y templos, suena a milagro el caso de Meghan Rajshekhar, una adolescente de 13 años que fue arrastrada por las aguas junto a sus padres y decenas de personas en la base aérea india de Car Nicobar, una isla del océano Indico. Meghan fue hallada, viva, mientras caminaba perdida por la playa. La niña relató que pudo salvarse aferrándose a una puerta. Pasó dos días en el mar y gritó once veces tratando de llamar la atención de los helicópteros de rescate, cuyos ocupantes nunca la escucharon. El mismo mar que le quitó a sus padres, la regresó a la arena.
Meghan, que tiene algunas heridas que no comprometen su vida, contó a los socorristas que ella siempre supo en qué dirección estaba la costa y que se dejó llevar por las olas hasta la orilla. “Ha sido un milagro en medio de la catástrofe”, dijo el comandante de la base militar, V. V. Bandhopadhyay, en declaraciones a la agencia Press Trust of India. La adolescente fue hospitalizada en Port Blair.
Distinta fue la suerte del matrimonio formado por Debajit y Babli Das. Ellos se salvaron, pero perdieron a su hijo de un año, Rudradeep. La pareja, oriunda de Krishna Nagar, en el oeste de Bengala, pudo sobrevivir subiéndose a un árbol. “Vamos a regresar sin nuestro hijo. Volví a la casa para llevarme una foto suya pero ya no había nada”, comentó la madre, arrasada por la tragedia.
El acceso al agua potable es ahora prioritario para las víctimas del maremoto en el Océano Indico. “Sin una operación inmediata y a gran escala para aprovisionar de agua potable a las poblaciones afectadas, millones de personas se exponen a contraer enfermedades transmitidas por el agua”, advirtió el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Con el fin de prevenir los riesgos de epidemia, Unicef distribuyó comprimidos para purificar el agua y sales de rehidratación en Sri Lanka.
El desastre no perdonó a nada ni a nadie. El padre Xavier, responsable de la basílica de Nuestra Señora de Vailankanni, en India, dijo que en el templo se encontraron más de 500 cadáveres. Cientos de creyentes visitaban el mayor santuario católico de la India, con motivo de las fiestas navideñas. Ahora se están abriendo fosas para sepultar a los peregrinos, muchos de ellos sin identificar y sin haber sido extraídos de los escombros de los edificios que se derrumbaron.
“No me sorprendería para nada si tenemos más de 100.000 muertos”, declaró en Ginebra Peter Rees, jefe de las operaciones de apoyo de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja. Frente a una catástrofe sin precedentes, Naciones Unidas pedirá a los países donantes la suma record de 1600 millones de dólares, un monto similar al reclamado para reconstruir a Irak tras la ofensiva norteamericana.
Estados Unidos donará 35 millones de dólares y Japón ofreció 30 millones. Gran Bretaña liberará unos 29 millones de dólares, Australia 27 millones y Francia 20,3 millones de dólares norteamericanos. Hasta ahora, la ONU reunió unos 220 millones de dólares en ayuda humanitaria, a los que se sumarán ahora los aportes de los países más poderosos del planeta.
Un tema de gran preocupación es lo ocurrido con los desaparecidos, tanto los locales como los extranjeros. Suecia buscaba a unas 1500 personas; Noruega ya tiene 13 muertos y entre 700 y 800 desaparecidos. Por su parte, Alemania tiene 26 muertos identificados y un millar de desaparecidos. En Italia temen por la suerte de 600 turistas de esa nacionalidad. Entre los países occidentales con más víctimas se encuentran Francia (20 muertos), Gran Bretaña (24), Italia (13) y Estados Unidos (12), todos sin noticias, además, sobre centenares de personas.
Una familia indonesia filmó durante media hora su desesperación desde el segundo piso de su casa de Banda Aceh, donde se refugió para escapar a la furia de las olas. La televisión difundió el video casero de la familia de Sayed Husainy, que se preparaba para asistir a una boda y por eso tenía preparada la cámara de video cuando la tierra se puso a temblar. Las gigantescas olas empujaron a los Husainy a subir al primer piso y después a refugiarse en el segundo, cuando la sólida casa era un barco de papel. Se ve a mujeres con el velo tradicional de la religión musulmana que se ponen a rezar mientras las olas avanzan durante largos diez minutos. Luego, sólo aparecían en la escena los restos de algunas pocas viviendas.
El presidente George Bush anunció la constitución de “una coalición internacional de auxilios” a los damnificados (ver aparte), mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) prometió ser condescendiente con los países afectados. La ONU anunció también que, con alguna demora, dará su colaboración para que los países del sudeste asiático tengan a futuro un sistema de alarma temprana, para evitar que desastres como el ocurrido tengan las mismas terribles consecuencias. Miles de vidas podrían haberse salvado si los países afectados hubieran contado con ese sistema.

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Paiyagala, una ciudad costera de Sri Lanka, en medio del caos.
 
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